La contaminación tiene repercusiones en la salud de las personas, tales como diarrea, cólera, disentería, tifoidea y poliomielitis, las cuales son la principal causa de muerte en menores de 5 años.
La disminución de la inversión pública para proyectos de saneamiento estatal y regional, así como la poca disponibilidad de tratamiento en aguas residuales municipales, mantiene a la entidad veracruzana con graves problemas de contaminación de las aguas superficiales.
Hasta 2016 el Sistema Nacional de Información del Agua (SINA) de la Conagua (Comisión Nacional del Agua) registraba un total de 120 plantas de tratamiento de aguas residuales municipales, así como 159 plantas de tratamiento de aguas residuales industriales, todas en operación dentro de la entidad veracruzana.
Sin embargo, el último Censo Nacional de Gobiernos Municipales y Delegaciones, en el Módulo Agua Potable y Saneamiento —presentado por el INEGI 2017—, reportó que sólo 45 municipios veracruzanos cuentan con servicio de tratamiento de aguas residuales municipales y 159 no tienen disponibilidad de este servicio.
El servicio de tratamiento de aguas residuales municipales se refiere al reporte de las autoridades, en que al menos una fracción de las aguas son sometidas a procesos físicos, químicos o biológicos con el objetivo de eliminar o reducir su carga contaminante.
De acuerdo con un informe de la Delegación Federal de la Semarnat (Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales) en Veracruz la contaminación del agua se genera debido a que las disposiciones normativas de regulación no se atienden, y la operación de las plantas de tratamiento previo a las descargas de aguas residuales, industriales y domésticas, en muchos casos es ineficiente.
Una de las afectaciones más graves de la contaminación de los cuerpos de agua superficiales es la limitación para ser aprovechada en otros usos, cuyo tratamiento para su aprovechamiento como agua potable resulta muy costoso.
Asimismo, los programas y proyectos de saneamiento, en los niveles estatal y regional, se han visto afectados con la disminución de la inversión pública.
En 2011 el Gobierno del Estado de Veracruz, en coordinación con los municipios y el gobierno federal, realizaron inversiones para la construcción y operación de plantas de tratamiento de aguas residuales, asimismo la Semarnat reportaba la ejecución de programas y proyectos de saneamiento ambiental en las zonas conurbadas Veracruz-Boca del Río-Medellín-Alvarado, Coatzacoalcos-Minatitlán-Cosoleacaque y Xalapa-Banderilla.
Para 2018 la Federación sólo aprobó un proyecto de inversión para Veracruz, en el área de Medio Ambiente y Recursos Naturales, dejando fuera cuatro programas.
Con un monto asignado de 70 millones de pesos de un costo total de 87 millones 497 mil 372 pesos, el gobierno federal atenderá el proyecto de mantenimiento y rehabilitación del Sistema Acueducto Uxpanapa La Cangrejera.
Quedaron fuera los proyectos ejecutivos, la construcción, rehabilitación de la infraestructura hidráulica, drenes y desazolves de ríos y arroyos en la cuenca del Papaloapan; la rehabilitación de áreas de temporal, el análisis de la interfase salina en los acuíferos de la costera Veracruz, Cotaxtla y costera Coatzacoalcos.
En el nivel estatal la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) cuenta con presupuesto etiquetado para la “Protección Ambiental”, que asciende a mil 290 millones 552 mil 011 pesos (en el que se contemplan los programas “Ordenación de aguas residuales, drenaje y alcantarillado”, con un presupuesto de 158 millones 124 mil 317 pesos y “Reducción de la Contaminación”, con un gasto asignado de 65 millones 726 mil 825 pesos) para ejercer en el presente año.
LOS RÍOS CONTAMINADOS
El Organismo de la Cuenca Golfo-Centro de la Conagua, a través de la Red Nacional de Monitoreo, ha presentado resultados de los cuerpos de agua superficiales más contaminados, con parámetros asociados a descargas residuales municipales (coliformes fecales y la Demanda Bioquímica de Oxígeno, con una importante carga de ésta generada también por agroindustrias).
De los resultados presentados en el transcurso de los años 2007 y 2016, la clasificación de ríos veracruzanos contaminados no ha presentado variaciones positivas.
Los ríos que se han clasificado como fuertemente contaminados por la presencia de bacterias de origen fecal son Cazones, Nautla, Sedeño, Blanco y San Agustín, así como los arroyos El Diamante y Agua Nacida.
En el caso de contaminación generada tanto por materia orgánica biodegradable como biodegradable expresada como DQO (Demanda Química de Oxígeno), los afluentes que presentan mayores índices son Bobos (cuenca del río Nautla), río Blanco (cuenca del río Papaloapan) y Sedeño (parte alta de la cuenca del río Actopan).
Dentro de los resultados de calidad de agua de 5 mil sitios de monitoreo, realizado en 2016, se detectaron 69 recursos contaminados en Veracruz, entre ríos y arroyos ubicados dentro del semáforo rojo, que no cumplieron con parámetros DQO y DBO.
En Xalapa el río Sedeño, que pasa por la colonia Lucas Martín, el puente El Tronconal, hasta el municipio de Banderilla, se encuentra en alerta roja por la contaminación. También el Carneros, con ubicación en la colonia Luz del Barrio y Los Pinos. En Las Ánimas, igual se registran cuerpos de agua contaminados.
Las cascadas de Texolo y su entorno, en el municipio de Xico, fueron incluidas en alerta roja por contaminación. El río Pintores, en el municipio de Coatepec, se encuentra contaminado y cercano a las descargas del ingenio Mahuixtlán, SA de CV.
En el municipio de Tlaltetela, el río Los Pescados también se ubica en alerta roja.
Hasta 2016 el río Pixquiac fue el único recurso natural clasificado con condiciones aceptables en la calidad del agua.
La zonas turísticas y de recreación, como playa Chachalacas y la laguna Mandinga, en Úrsulo Galván y Alvarado, respectivamente, cuentan también con alertas por contaminación de aguas.
La playa Chachalacas fue clasificada en nivel amarillo por los niveles de contaminación establecidos en el indicador SST (Sólidos Suspendidos Totales) y que además no cumple en calidad de DBO y DQO.
Mientras que la laguna Mandinga obtuvo la calificación roja en calidad del agua, con fuertes niveles de contaminación.
En calidad de agua subterránea se informa que dos pozos subterráneos ubicados en el municipio de Tierra Blanca, uno de ellos en la localidad La Gloria, están fuertemente contaminados por coliformes fecales.
A parte de la contaminación del agua, los principales problemas ambientales en la entidad son el manejo inadecuado de residuos sólidos urbanos, el derrame de hidrocarburos, el tráfico de vida silvestre, la deforestación, la afectación de humedales y la falta de promoción de servicios ambientales, todas estas problemáticas calificadas con un nivel de importancia “alta” por parte de la Semarnat.
LA SALUD PÚBLICA
Para el Fondo para la Comunicación y la Educación Ambiental AC, la salud pública municipal está directamente relacionada con el saneamiento del que se disponga y al igual que el acceso al agua potable, el saneamiento es un derecho humano.
Detalla que el problema por el uso público del agua tiene dos grandes componentes: la contaminación por aguas grises y negras en los sistemas de alcantarillado y la creciente producción de residuos sólidos junto a un mal manejo de los mismos.
En algunos municipios no se cuenta con la infraestructura o carecen de un marco normativo para el adecuado tratamiento de las aguas residuales, por la que terminan vertidas en los ríos o cuerpos de agua cercanos.
Esta contaminación tiene repercusiones en la salud de las personas: dentro de las enfermedades transmitidas por agua destaca la diarrea, cólera, disentería, tifoidea y poliomielitis, las cuales son la principal causa de muerte en menores de 5 años.
Frente a ello, la asociación civil considera que la reducción de la contaminación del agua requiere una fuerte inversión en infraestructura para el tratamiento de las aguas residuales, lo cual representaría un ahorro en cuanto a la atención médica que debe darse al tratamiento de enfermedades diarreicas provocadas por agua y productos agrícolas contaminados.
Finalmente, “invertir en la infraestructura necesaria para incrementar la capacidad de tratamiento de aguas residuales representa una ganancia a largo plazo al disminuir los costos de contaminación, sobreexplotación y transportación del agua”, apunta.