Hace apenas unos días, Melchor Peredo celebró su cumpleaños 97 con la reciente entrega de un mural al fresco de seis paneles instalados en el palacio municipal de Xalapa. La edad para él no es impedimento para continuar sus proyectos; uno de ellos es crear la descripción de la Batalla de Cerro Gordo para el Fuerte, en Emiliano Zapata.
“Que la gente suba la carretera y encuentre los restos del atalaya y un mural dedicado a ese episodio”, dice en entrevista quien es considerado por Jacques Lafaye como el último continuador de los postulados del movimiento muralista mexicano.
“La Batalla de Cerro Gordo fue una derrota pero fue una gloriosa derrota”, dice para también compartir que en el contexto de los 200 años de Veracruz como integrante de la Federación le gustaría hacer un retrato de Guadalupe Victoria, en homenaje al fundador y forjador de la República Mexicana.
El artista plástico, autor de varios murales en la capital del estado, así como en otras partes del país, Estados Unidos y París, Francia, sigue nutriéndose de la historia, donde encuentra los elementos para continuar un quehacer donde se conjuntan pasado y presente.
Con la idea lista para hacer la maqueta de su próxima obra y buscar el apoyo de las autoridades para poder concretar su iniciativa, ahonda en el muralismo de los últimos años y el actual.
Asegura ser respetuoso de todas las formas de hacer muralismo, pero observa que lo más reciente no trasciende históricamente como un Orozco, un Diego o un Siqueiros. “No perduran y los autores tendrían que preguntarse por qué”.
En su opinión, un mural —tanto como el oficio mismo— bien hecho debe ser cuidado y conservado por el Estado, pues se trata de un patrimonio con valor histórico, artístico y hasta económico de la nación.
Especialmente con Xalapa, que después de la Ciudad de México tiene a nivel nacional la mayor cantidad de obra monumental en espacios universitarios, públicos y privados, Melchor Peredo expone que el Estado tiene un compromiso muy grande y muy serio.
Recuerda las obras cubiertas con cal en la hoy Facultad de Economía-UV como algo muy desafortunado y recalca la importancia de invertir en la conservación y salvaguarda.
Xalapa, manantial de cultura
“Una ciudad sin arte, sin obras artísticas, es una ciudad muerta, un cajón para vivir-dormir. Es importantísimo que haya arte para los ciudadanos actuales y del futuro”, declara.
Rodeado de amigos con quienes comparte intereses en común, y en compañía de Lourdes Hernández Quiñones, con quien disfruta la vida diaria, invita a la población a conocer los murales de la ciudad.
En su libro “Xalapa, reducto de la revolución muralista mexicana”, documenta que en la capital del estado hay al menos cien murales realizados en distintas técnicas y estéticas.
También invita a conocer su más reciente obra, “Xalapa, manantial de cultura”, frescos portátiles sobre placas de cemento comprimido de 35 kilogramos instalados en los muros de las escaleras de acceso al primer piso del palacio municipal con medidas individuales de 1.22 por 2.44 metros.
Entre las diversas expresiones relacionadas con la vida cultural de la ciudad destacan “Juanote”, una estudiante universitaria, Minerva, la diosa de la sabiduría, así como escenas de la Xalapa prehispánica.
¿Por qué murales al fresco? “Porque son lo más adecuado para técnicas clásicas; el fresco tiene una calidad valiosa que no poseen las pinturas acrílicas ni los óleos”.
Melchor Peredo, originario de la Ciudad de México pero radicado en Xalapa, afirma sentirse con el entusiasmo suficiente para seguirle aportando al muralismo del lugar que lo acoge.
