Veracruz, Ver.- Con 450 años de historia, el inmueble que alberga el Museo Recinto de La Reforma, es uno de los lugares que no pueden pasar desapercibido si se visita el puerto de Veracruz. El sitio se encuentra en la esquina de la calle Benito Juárez y la avenida Zaragoza, en el corazón del Centro Histórico de la ciudad.
Su torre con la cúpula convertida en un faro muestra los vestigios del antiguo convento de San Francisco, que después de que se incendió en dos ocasiones porque era hecho de madera, fue construido con piedra múcara en 1715, según los apuntes históricos.
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Sandra Vázquez Castillo, quien es directora del Museo Recinto de la Reforma, detalla que durante la guerra civil de Reforma el convento franciscano fue desmantelado y dividido en cuatro espacios, el más representativo fue donde se ubicaba la iglesia y que es el espacio que actualmente está bajo su resguardo.
Lo primero que salta a la vista es la torre del campanario en la esquina izquierda, al costado la puerta tres ventanas se distribuyen al frente de la fachada, decoradas con balaustradas de maderas que bordean los balcones.
“Es un inmueble antiguo, que fue el primer convento franciscano, que hace 450 años llegaron los tres primeros franciscanos a México, a la Nueva España, y el año que entra es cuando se conoce que llegaron los 12 franciscanos, por aquí entró toda su cultura, que cuando vinieron los españoles trajeron la religión y empezaron a evangelizar”.
¿Cuáles son los horarios del Museo Recinto de La Reforma en Veracruz?
Sandra Vázquez indica que el lugar se encuentra abierto a los visitantes de martes a domingos, entre las 9 de la mañana y cinco de la tarde, sin ningún costo de acceso. Aquellas personas que deciden adentrarse pueden ver un edificio que conserva las características de la época de la colonia española en Veracruz.
Al mismo tiempo, en el sitio se encuentran objetos que hacen alusión a la figura del expresidente Benito Juárez; manuscritos exhibidos en vitrinas y artículos personas que utilizó cuando instaló la sede de la República en esta ciudad; además de la tumba de Ángela Cortés de Arellano, bisnieta del Conquistador Hernán Cortés y estatuas de los libertadores.
La denominación de Museo llegó hace seis años, pero inicialmente pasó de ser el convento franciscano a la oficina del expresidente Benito Juárez, posteriormente se convirtió en una bodega de la aduana, hasta 1871, época en la que se retiraron las campanas y se instaló un faro en su torre.
Posteriormente pasó a propiedad del ayuntamiento que instaló la primera Biblioteca Municipal y hasta que en la época de Gustavo Díaz Ordaz se destinó como un espacio dedicado a rendir homenaje al Benemérito de las Américas.
Es por eso que, al fondo de la nave principal, una estatua de Benito Juárez se levanta imponente sobre un pedestal decorado con letras doradas; la figura es bañada por la luz del sol que se filtra sobre la cúpula principal de lo que antiguamente era la iglesia. Bordeado se encuentran las estatuas de ocho hombres ilustres que lo acompañaron en la Guerra de Reforma.
El viento que se filtra sobre las ventanas hacen del recinto un espacio fresco en cualquier temporada, este ambiente pudo haber sido lo que llamó la atención de Benito Juárez sobre el inmueble, dijo Sandra Vázquez.
“A la llegada de Benito Juárez se nacionalizan los bienes eclesiásticos, lo libera y en donde está el Faro actualmente es donde era la iglesia de los franciscanos, lo libera y escribe ahí parte de las Leyes de Reforma, porque en ese tiempo todavía no se terminaba de construir su casa, que está a una cuadra de aquí”.
Desde su designación como Museo Recinto de la Reforma, en el sitio se presentan exposiciones artísticas y eventos culturales, que se programan en una agenda mensual. Para abril, se alista una exposición gráfica que tendrá como temática principal el mar, elemento representativo en este puerto.