/ jueves 28 de marzo de 2019

Narra Flavino, paso a paso, la renuncia de Duarte y su ascenso a gubernatura

Nos engañó, dice sobre JDO; no me arrepiento de haber aceptado la gubernatura, destaca

“Duarte nos engañó a todos”, asegura el exgobernador de Veracruz Flavino Ríos Alvarado, tras confirmar que él no estaba al tanto de las anomalías que existían en el Gobierno del Estado, esto pese a formar parte del gabinete de Javier Duarte de Ochoa. Asegura que en muchas de las irregularidades que el exmandatario cometió estuvieron involucradas personas ajenas al gobierno y que eran sus amigos cercados de la universidad.

Para Diario de Xalapa, Ríos Alvarado reitera que durante su paso por la Secretaría de Educación de Veracruz (SEV) y posteriormente en la Secretaría de Gobierno no hubo ninguna irregularidad, y que incluso su trabajo en ambas dependencias fue auditado por el Órgano de Fiscalización Superior de Veracruz (Orfis) y la Contraloría General del Estado (CGE) sin que se detectaran anomalías. Sin embargo, precisa que él no mete las manos al fuego por ninguno de sus compañeros de gabinete —algunos presos en el penal de Pacho Viejo— y tienen que ser ellos los que se defiendan de las acusaciones. “Yo no sé si cometieron delitos”, indicó.

En la segunda parte de la entrevista realizada en su casa de Xalapa, el exgobernador de Veracruz señaló que, pese a que era el segundo al mando en el gobierno estatal, la noticia de la licencia del exgobernador Javier Duarte de Ochoa la conoció al mismo tiempo que millones de veracruzanos: el 12 de octubre de 2016 a las 7 de la mañana, a través de un noticiero de televisión. “Me habla mi esposa y me dice ‘Fla, Fla, ven’ y es cuando voy y veo en la televisión que Duarte pidió licencia para defenderse de las acusaciones”, relata.

Sin embargo, no fue la única sorpresa que el político veracruzano se llevó ese día, ya que horas más tarde Duarte de Ochoa le comunicó que sería él quien asumiría el cargo de gobernador de Veracruz para los 48 días que restaban de la administración, esto a petición del gobierno federal, que encabezaba Enrique Peña Nieto.

Minutos antes de la medianoche, el mismo 12 de octubre de 2016, Flavino Ríos Alvarado rinde protesta como Gobernador de Veracruz ante el Congreso local en una caótica ceremonia que se caracterizó por la oposición de varios legisladores.

DUARTE ME PIDIÓ AYUDA PARA CONTROLAR EL CAOS

Sentado en el jardín de su casa, el político veracruzano asegura que de manera inicial nunca contempló la posibilidad de incorporarse al gabinete de Javier Duarte de Ochoa, quien se convirtió en gobernador en 2010. Por el contrario, explicó, durante el proceso electoral de ese año su pensamiento estaba entre contender por la presidencia municipal de Minatitlán o postularse para diputado local.

Señaló que fue su esposa la que tomó la decisión por él y se la comunicó de manera directa a Duarte de Ochoa, candidato del tricolor. “Me acuerdo que en una reunión con Duarte es mi esposa la que decide ante él, que era candidato, que yo fuera diputado local. La explicación era muy sencilla, ella es xalapeña y quería quedarse en Xalapa”.

Ríos Alvarado concluye su periodo como legislador y regresa a su natal Minatitlán a trabajar en su notaría pública. En diciembre de 2014 recibe una llamada del gobernador Duarte de Ochoa para invitarlo a Xalapa y es en esta ciudad donde le propone integrarse a su gabinete como titular de la Secretaría de Educación de Veracruz, cargo que asume en enero de 2015 tras la salida de Adolfo Mota Hernández.

“Yo quería ser diputado federal, pero él me pide que le ayude y me dice que se va Mota y que me iba a tomar protesta como secretario de Educación. Siempre he pensado que se puede hacer mucho por la educación en Veracruz y más en la educación indígena y por eso acepté”.

Relata que meses después, el entonces mandatario veracruzano vuelve a pedirle su ayuda, esta vez para que se hiciera cargo de la Secretaría de Gobierno, ante la renuncia de Gerardo Buganza. “Me dijo ‘te lo pido a ti porque sé que no te tengo que decir lo que tienes que hacer, tú ya sabes que viene un periodo complicado’. Es por eso que acepté ser secretario de Gobierno, aunque muchos me decían que mejor me quedara en la Secretaría de Educación y a lo mejor hubiera sido más cómodo quedarme ahí”.

En medio de una situación social complicada, el Partido Revolucionario Institucional pierde en julio de 2016 la elección a gobernador por primera vez en la historia de Veracruz y el candidato del PAN-PRD, Miguel Ángel Yunes Linares, se convierte en el gobernador electo.

“Cuando perdimos la elección las cosas se pusieron muy difíciles y es ahí cuando él (Javier Duarte) me dejó prácticamente toda la carga”, explica.

RENUNCIA DE DUARTE, POR TELEVISIÓN

A pesar de ser el segundo hombre del gobierno de Veracruz, Flavino Ríos Alvarado asegura que conoció la noticia de la renuncia de Javier Duarte de Ochoa a través de la televisión, junto a su esposa, en su casa de Xalapa.

El priista relata que el 11 de octubre, un día antes de que el entonces mandatario solicitara licencia de su cargo como gobernador, estuvo en la Ciudad de México y que, a su regreso a Veracruz, ambos conversaron durante varias horas en el aeropuerto de El Lencero, pero que nunca tocaron ese tema.

“El lunes 11 Duarte estuvo en la Ciudad deMéxico, supongo yo que fue cuando se entrevistó con Osorio Chong. Y yo estuve con él en el aeropuerto de El Lencero de las 6 de la tarde a las 8 de la noche, y platicamos de muchas cosas, menos de esos temas”.

Dio a conocer que esa misma noche, saliendo de El Lencero, tomó la decisión de no regresar a la oficina en Palacio de Gobierno y mejor revisar los pendientes en su casa y cenar temprano. “Yo soy más diurno que nocturno y siempre he dicho que después de las 9 de la noche no se pueden arreglar las cosas, y que mejor hay que esperar al otro día a las 6 de la mañana. Así que ese día salgo de El Lencero a las 8 y me vine a casa. Llegué a las 8:20 y le dije a mi esposa que había estado con Duarte, cenamos y me dormí”.

Ríos Alvarado detalló que el 12 de octubre su rutina comenzó como todas las mañanas, despertando a las 6 para preparar el café y sentarse con su esposa a tomarlo con galletas Marías. Minutos más tarde se comenzó a alistar para ir a trabajar y es cuando su esposa prende la televisión y escucha en el noticiero matutino de Televisa que Duarte de Ochoa se separaría de su cargo como gobernador de Veracruz.

“A las 7 de la mañana, mi mujer me habla: ‘Fla, Fla, ven’ y yo pensé que se había caído, pero me dice, ‘mira’, y es cuando veo en la televisión a Duarte con Loret de Mola. Inmediatamente viene el reclamo de mi esposa: ‘tú sabías porque estuviste con él anoche y no me dijiste nada’”.

Sin embargo, el exgobernador reconoce que en ese momento no sabía nada de la decisión tomada por Duarte de Ochoa, quien únicamente se hizo acompañar por Alberto Silva, quien era titular de la Coordinación General de Comunicación Social. “Yo no sabía nada, pero me puse a investigar y ya checo que Duarte se fue de aquí de Xalapa al puerto deVeracruz, tomó el avión a las 11 de la noche a Toluca, durmió en México y a las 7 estaba en Televisa para la entrevista”.

Ríos Alvarado reconoce que su primera idea es que al dejar Duarte la gubernatura él tendría que presentar su renuncia y dejar el cargo.

“Dije yo, si se va el gobernador, el secretario de Gobierno que vino a ayudar al gobernador tiene que renunciar, es lo lógico, lo normal”.

Tras conocerse la noticia de la renuncia, RíosAlvarado comienza a recibir decenas de llamadas, entre ellas la del propio gobernador, quien le pide que lo alcance en el aeropuerto de El Lencero para hablar con él. Al acudir, Duarte le comunica la intención del gobierno federal de que sea él quien se encargue del gobierno de Veracruz hasta el 30 de noviembre, fecha en que concluía la administración estatal.

“Cuando aterriza el avión de Duarte sale Silva primero y me llama a mí y me dice ‘Quiere hablar Duarte contigo’. Caminamos juntos cerca de 20 minutos y me dice ‘el gobierno federal quiere que te quedes’ y es cuando me doy cuenta de lo que estaba pasando. Le dije que yo no había hablado con nadie del gobierno federal y me dijo que iba a hablarme Osorio Chong. Yo le dije que aceptaba sólo si me iban a apoyar porque traíamos un conflicto serio económicamente hablando”.

SER GOBERNADOR, EL MÁXIMO HONOR

A casi dos años y medio de ese día, Ríos Alvarado relata que ya con el compromiso del gobierno federal de darle apoyo económico para los pendientes que tenía Veracruz y el respaldo en materia de seguridad, acepta el cargo. Horas más tarde, a las 11:15 de la noche, rinde protesta.

Reconoce que a partir del 13 de octubre de 2016 comienza a darse cuenta de la situación crítica de la entidad en materia económica, ya que, aunque él conocía buena parte de los adeudos pendientes, desconocía temas como el de las “empresas fantasmas”, que el gobierno creó para el desvío de recursos económicos. “Todo eso de las empresas fantasmas fue en 2011, 2012, 2013 y 2014, porque 2015 y 2016 ya no hubo nada. Además, estuvo involucrada gente de afuera que no era del gobierno. Hay gente de Duarte que no estaban en el gobierno que fueron con él a la escuela, de la IBERO, donde él estudió”, dijo.

Explicó que a él le tocó gestionar ante la Secretaría de Hacienda y Crédito Público recursos económicos para solventar la crisis y tener un cierre de año menos complicado. Detalló que en cada entrevista con los funcionarios del gobierno federal cargaba con tarjetas de la Secretaría de Finanzas y Planeación de Veracruz en las que se detallaba el recurso que se requería para las quincenas de noviembre y diciembre.

“Me atendieron bien en Hacienda, siempre recibí un buen trato y pudimos pagar sin ningún problema la primera quincena de noviembre. El 14 de noviembre de común acuerdo con el gobierno entrante nombro a Clementina Guerrero como titular de la Secretaría de Finanzas y Planeación. Ella, que es mi amiga personal, se hace cargo de pagar la primera de noviembre y la segunda de noviembre”.

El exgobernador destacó que la participación de Guerrero García en la Sefiplan le dio a su gobierno la certeza de que no había irregularidades en el manejo del recurso extra que se recibió mientras que la administración entrante pudo conocer desde días antes la situación en la que estaba Veracruz. “Cuando dicen que se hicieron pagos al final del mandato siempre les digo ‘pregúntenle a la secretaria de Finanzas, ella se encargó de todo. Eso me da a mí la garantía de salir sin ningún reclamo, bueno, sí tuve reclamos de los exsecretarios, que querían su pago de marcha y su bono”.

Reconoce que al final de su gestión de 48 días se arreglaron varios pendientes económicos y que sólo quedó pendiente el pago a empresarios y a los presidentes municipales. Además, señaló que aunque la Universidad Veracruzana no recibió el recurso pendiente, sí se firmó ante el SAT un convenio en el que el gobierno de Veracruz reconoció como propia la deuda que se tenía por el no pago del ISR de los trabajadores universitarios.

“Le dimos trasparencia a la entrega-recepción, no hubo reclamos de que alguien haya tomado dinero para otras cosas y eso fue positivo y benéfico tanto para nosotros que salíamos como para los que entraban, porque el que entraba ya sabía cómo estaban las fianzas, no había engaños”, reiteró.

El exmandatario asegura que pese a las dificultades económicas que enfrentó nunca se ha arrepentido de haber aceptado el reto de ser gobernador de Veracruz, ya que para él es el más alto honor al que puede aspirar un veracruzano. “No me arrepiento de nada. Era un momento de decisión y siempre hay que tomarlas y nunca lamentarse de lo que hayas hecho. Siempre hay que mirar hacia adelante”, precisó.

Sobre Javier Duarte, quien meses después de la renuncia fue detenido, Ríos Alvarado asegura que “engañó a todos” y que tendrá que hacerse responsable de los delitos cometidos. “Yo creo que nos engañó. Yo siempre le preguntaba cómo es que sólo tenía dos propiedades y que incluso pedía al SAT que le devolviera recursos. Ya no sé si eso es lo que tiene y si es culpable, como se declaró, pero lo cierto es que nos engañó”.

Asimismo expuso que no mete “las manos al fuego” por ninguno de sus excompañeros de gabinete, muchos de los cuales ya han sido señalados de irregularidades, y que en esos casos también cada uno debe hacerse responsable de los delitos que cometa.

ME QUEDO EN MI CASA A TRABAJAR

Tras casi dos años de proceso y tras ser exonerado de tres delitos por lo que fue encarcelado, Flavino Ríos reiteró que no buscará ningún otro puesto de elección popular y que se retirará de la vida política para seguir trabajando en su notaria en Minatitlán. Explica que seguirá aportándole al PRI su voto y sus cuotas pero que no buscará ni aceptará cargos.

“Creo que un buen servidor público debe dedicar todo su tiempo y capacidades a servir a los demás y siento que ya no tengo la capacidad de seguir. Para mies fundamental ser sencillo y atender bien y a todos”, indicó.

Sin embargo, agregó que seguirá trabajando, ya que como abogado se siente con la fuerza y experiencia de seguir, además reconoce que económicamente debe seguir buscando el sustento de él y su esposa.

“Mi esposa come poquito y yo un poquito más que ella, pero con que nos alcance no aspiramos a más. Con un poder notarial o una compra-venta al día nos alcanza”, indicó.

El político veracruzano destacó que ser notario público es un trabajo honesto y remunerado, que además le deja la amistad y bendiciones de cientos de personas con las que interactúa, por lo que seguirá ejerciendo.

“Duarte nos engañó a todos”, asegura el exgobernador de Veracruz Flavino Ríos Alvarado, tras confirmar que él no estaba al tanto de las anomalías que existían en el Gobierno del Estado, esto pese a formar parte del gabinete de Javier Duarte de Ochoa. Asegura que en muchas de las irregularidades que el exmandatario cometió estuvieron involucradas personas ajenas al gobierno y que eran sus amigos cercados de la universidad.

Para Diario de Xalapa, Ríos Alvarado reitera que durante su paso por la Secretaría de Educación de Veracruz (SEV) y posteriormente en la Secretaría de Gobierno no hubo ninguna irregularidad, y que incluso su trabajo en ambas dependencias fue auditado por el Órgano de Fiscalización Superior de Veracruz (Orfis) y la Contraloría General del Estado (CGE) sin que se detectaran anomalías. Sin embargo, precisa que él no mete las manos al fuego por ninguno de sus compañeros de gabinete —algunos presos en el penal de Pacho Viejo— y tienen que ser ellos los que se defiendan de las acusaciones. “Yo no sé si cometieron delitos”, indicó.

En la segunda parte de la entrevista realizada en su casa de Xalapa, el exgobernador de Veracruz señaló que, pese a que era el segundo al mando en el gobierno estatal, la noticia de la licencia del exgobernador Javier Duarte de Ochoa la conoció al mismo tiempo que millones de veracruzanos: el 12 de octubre de 2016 a las 7 de la mañana, a través de un noticiero de televisión. “Me habla mi esposa y me dice ‘Fla, Fla, ven’ y es cuando voy y veo en la televisión que Duarte pidió licencia para defenderse de las acusaciones”, relata.

Sin embargo, no fue la única sorpresa que el político veracruzano se llevó ese día, ya que horas más tarde Duarte de Ochoa le comunicó que sería él quien asumiría el cargo de gobernador de Veracruz para los 48 días que restaban de la administración, esto a petición del gobierno federal, que encabezaba Enrique Peña Nieto.

Minutos antes de la medianoche, el mismo 12 de octubre de 2016, Flavino Ríos Alvarado rinde protesta como Gobernador de Veracruz ante el Congreso local en una caótica ceremonia que se caracterizó por la oposición de varios legisladores.

DUARTE ME PIDIÓ AYUDA PARA CONTROLAR EL CAOS

Sentado en el jardín de su casa, el político veracruzano asegura que de manera inicial nunca contempló la posibilidad de incorporarse al gabinete de Javier Duarte de Ochoa, quien se convirtió en gobernador en 2010. Por el contrario, explicó, durante el proceso electoral de ese año su pensamiento estaba entre contender por la presidencia municipal de Minatitlán o postularse para diputado local.

Señaló que fue su esposa la que tomó la decisión por él y se la comunicó de manera directa a Duarte de Ochoa, candidato del tricolor. “Me acuerdo que en una reunión con Duarte es mi esposa la que decide ante él, que era candidato, que yo fuera diputado local. La explicación era muy sencilla, ella es xalapeña y quería quedarse en Xalapa”.

Ríos Alvarado concluye su periodo como legislador y regresa a su natal Minatitlán a trabajar en su notaría pública. En diciembre de 2014 recibe una llamada del gobernador Duarte de Ochoa para invitarlo a Xalapa y es en esta ciudad donde le propone integrarse a su gabinete como titular de la Secretaría de Educación de Veracruz, cargo que asume en enero de 2015 tras la salida de Adolfo Mota Hernández.

“Yo quería ser diputado federal, pero él me pide que le ayude y me dice que se va Mota y que me iba a tomar protesta como secretario de Educación. Siempre he pensado que se puede hacer mucho por la educación en Veracruz y más en la educación indígena y por eso acepté”.

Relata que meses después, el entonces mandatario veracruzano vuelve a pedirle su ayuda, esta vez para que se hiciera cargo de la Secretaría de Gobierno, ante la renuncia de Gerardo Buganza. “Me dijo ‘te lo pido a ti porque sé que no te tengo que decir lo que tienes que hacer, tú ya sabes que viene un periodo complicado’. Es por eso que acepté ser secretario de Gobierno, aunque muchos me decían que mejor me quedara en la Secretaría de Educación y a lo mejor hubiera sido más cómodo quedarme ahí”.

En medio de una situación social complicada, el Partido Revolucionario Institucional pierde en julio de 2016 la elección a gobernador por primera vez en la historia de Veracruz y el candidato del PAN-PRD, Miguel Ángel Yunes Linares, se convierte en el gobernador electo.

“Cuando perdimos la elección las cosas se pusieron muy difíciles y es ahí cuando él (Javier Duarte) me dejó prácticamente toda la carga”, explica.

RENUNCIA DE DUARTE, POR TELEVISIÓN

A pesar de ser el segundo hombre del gobierno de Veracruz, Flavino Ríos Alvarado asegura que conoció la noticia de la renuncia de Javier Duarte de Ochoa a través de la televisión, junto a su esposa, en su casa de Xalapa.

El priista relata que el 11 de octubre, un día antes de que el entonces mandatario solicitara licencia de su cargo como gobernador, estuvo en la Ciudad de México y que, a su regreso a Veracruz, ambos conversaron durante varias horas en el aeropuerto de El Lencero, pero que nunca tocaron ese tema.

“El lunes 11 Duarte estuvo en la Ciudad deMéxico, supongo yo que fue cuando se entrevistó con Osorio Chong. Y yo estuve con él en el aeropuerto de El Lencero de las 6 de la tarde a las 8 de la noche, y platicamos de muchas cosas, menos de esos temas”.

Dio a conocer que esa misma noche, saliendo de El Lencero, tomó la decisión de no regresar a la oficina en Palacio de Gobierno y mejor revisar los pendientes en su casa y cenar temprano. “Yo soy más diurno que nocturno y siempre he dicho que después de las 9 de la noche no se pueden arreglar las cosas, y que mejor hay que esperar al otro día a las 6 de la mañana. Así que ese día salgo de El Lencero a las 8 y me vine a casa. Llegué a las 8:20 y le dije a mi esposa que había estado con Duarte, cenamos y me dormí”.

Ríos Alvarado detalló que el 12 de octubre su rutina comenzó como todas las mañanas, despertando a las 6 para preparar el café y sentarse con su esposa a tomarlo con galletas Marías. Minutos más tarde se comenzó a alistar para ir a trabajar y es cuando su esposa prende la televisión y escucha en el noticiero matutino de Televisa que Duarte de Ochoa se separaría de su cargo como gobernador de Veracruz.

“A las 7 de la mañana, mi mujer me habla: ‘Fla, Fla, ven’ y yo pensé que se había caído, pero me dice, ‘mira’, y es cuando veo en la televisión a Duarte con Loret de Mola. Inmediatamente viene el reclamo de mi esposa: ‘tú sabías porque estuviste con él anoche y no me dijiste nada’”.

Sin embargo, el exgobernador reconoce que en ese momento no sabía nada de la decisión tomada por Duarte de Ochoa, quien únicamente se hizo acompañar por Alberto Silva, quien era titular de la Coordinación General de Comunicación Social. “Yo no sabía nada, pero me puse a investigar y ya checo que Duarte se fue de aquí de Xalapa al puerto deVeracruz, tomó el avión a las 11 de la noche a Toluca, durmió en México y a las 7 estaba en Televisa para la entrevista”.

Ríos Alvarado reconoce que su primera idea es que al dejar Duarte la gubernatura él tendría que presentar su renuncia y dejar el cargo.

“Dije yo, si se va el gobernador, el secretario de Gobierno que vino a ayudar al gobernador tiene que renunciar, es lo lógico, lo normal”.

Tras conocerse la noticia de la renuncia, RíosAlvarado comienza a recibir decenas de llamadas, entre ellas la del propio gobernador, quien le pide que lo alcance en el aeropuerto de El Lencero para hablar con él. Al acudir, Duarte le comunica la intención del gobierno federal de que sea él quien se encargue del gobierno de Veracruz hasta el 30 de noviembre, fecha en que concluía la administración estatal.

“Cuando aterriza el avión de Duarte sale Silva primero y me llama a mí y me dice ‘Quiere hablar Duarte contigo’. Caminamos juntos cerca de 20 minutos y me dice ‘el gobierno federal quiere que te quedes’ y es cuando me doy cuenta de lo que estaba pasando. Le dije que yo no había hablado con nadie del gobierno federal y me dijo que iba a hablarme Osorio Chong. Yo le dije que aceptaba sólo si me iban a apoyar porque traíamos un conflicto serio económicamente hablando”.

SER GOBERNADOR, EL MÁXIMO HONOR

A casi dos años y medio de ese día, Ríos Alvarado relata que ya con el compromiso del gobierno federal de darle apoyo económico para los pendientes que tenía Veracruz y el respaldo en materia de seguridad, acepta el cargo. Horas más tarde, a las 11:15 de la noche, rinde protesta.

Reconoce que a partir del 13 de octubre de 2016 comienza a darse cuenta de la situación crítica de la entidad en materia económica, ya que, aunque él conocía buena parte de los adeudos pendientes, desconocía temas como el de las “empresas fantasmas”, que el gobierno creó para el desvío de recursos económicos. “Todo eso de las empresas fantasmas fue en 2011, 2012, 2013 y 2014, porque 2015 y 2016 ya no hubo nada. Además, estuvo involucrada gente de afuera que no era del gobierno. Hay gente de Duarte que no estaban en el gobierno que fueron con él a la escuela, de la IBERO, donde él estudió”, dijo.

Explicó que a él le tocó gestionar ante la Secretaría de Hacienda y Crédito Público recursos económicos para solventar la crisis y tener un cierre de año menos complicado. Detalló que en cada entrevista con los funcionarios del gobierno federal cargaba con tarjetas de la Secretaría de Finanzas y Planeación de Veracruz en las que se detallaba el recurso que se requería para las quincenas de noviembre y diciembre.

“Me atendieron bien en Hacienda, siempre recibí un buen trato y pudimos pagar sin ningún problema la primera quincena de noviembre. El 14 de noviembre de común acuerdo con el gobierno entrante nombro a Clementina Guerrero como titular de la Secretaría de Finanzas y Planeación. Ella, que es mi amiga personal, se hace cargo de pagar la primera de noviembre y la segunda de noviembre”.

El exgobernador destacó que la participación de Guerrero García en la Sefiplan le dio a su gobierno la certeza de que no había irregularidades en el manejo del recurso extra que se recibió mientras que la administración entrante pudo conocer desde días antes la situación en la que estaba Veracruz. “Cuando dicen que se hicieron pagos al final del mandato siempre les digo ‘pregúntenle a la secretaria de Finanzas, ella se encargó de todo. Eso me da a mí la garantía de salir sin ningún reclamo, bueno, sí tuve reclamos de los exsecretarios, que querían su pago de marcha y su bono”.

Reconoce que al final de su gestión de 48 días se arreglaron varios pendientes económicos y que sólo quedó pendiente el pago a empresarios y a los presidentes municipales. Además, señaló que aunque la Universidad Veracruzana no recibió el recurso pendiente, sí se firmó ante el SAT un convenio en el que el gobierno de Veracruz reconoció como propia la deuda que se tenía por el no pago del ISR de los trabajadores universitarios.

“Le dimos trasparencia a la entrega-recepción, no hubo reclamos de que alguien haya tomado dinero para otras cosas y eso fue positivo y benéfico tanto para nosotros que salíamos como para los que entraban, porque el que entraba ya sabía cómo estaban las fianzas, no había engaños”, reiteró.

El exmandatario asegura que pese a las dificultades económicas que enfrentó nunca se ha arrepentido de haber aceptado el reto de ser gobernador de Veracruz, ya que para él es el más alto honor al que puede aspirar un veracruzano. “No me arrepiento de nada. Era un momento de decisión y siempre hay que tomarlas y nunca lamentarse de lo que hayas hecho. Siempre hay que mirar hacia adelante”, precisó.

Sobre Javier Duarte, quien meses después de la renuncia fue detenido, Ríos Alvarado asegura que “engañó a todos” y que tendrá que hacerse responsable de los delitos cometidos. “Yo creo que nos engañó. Yo siempre le preguntaba cómo es que sólo tenía dos propiedades y que incluso pedía al SAT que le devolviera recursos. Ya no sé si eso es lo que tiene y si es culpable, como se declaró, pero lo cierto es que nos engañó”.

Asimismo expuso que no mete “las manos al fuego” por ninguno de sus excompañeros de gabinete, muchos de los cuales ya han sido señalados de irregularidades, y que en esos casos también cada uno debe hacerse responsable de los delitos que cometa.

ME QUEDO EN MI CASA A TRABAJAR

Tras casi dos años de proceso y tras ser exonerado de tres delitos por lo que fue encarcelado, Flavino Ríos reiteró que no buscará ningún otro puesto de elección popular y que se retirará de la vida política para seguir trabajando en su notaria en Minatitlán. Explica que seguirá aportándole al PRI su voto y sus cuotas pero que no buscará ni aceptará cargos.

“Creo que un buen servidor público debe dedicar todo su tiempo y capacidades a servir a los demás y siento que ya no tengo la capacidad de seguir. Para mies fundamental ser sencillo y atender bien y a todos”, indicó.

Sin embargo, agregó que seguirá trabajando, ya que como abogado se siente con la fuerza y experiencia de seguir, además reconoce que económicamente debe seguir buscando el sustento de él y su esposa.

“Mi esposa come poquito y yo un poquito más que ella, pero con que nos alcance no aspiramos a más. Con un poder notarial o una compra-venta al día nos alcanza”, indicó.

El político veracruzano destacó que ser notario público es un trabajo honesto y remunerado, que además le deja la amistad y bendiciones de cientos de personas con las que interactúa, por lo que seguirá ejerciendo.

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