Xalapa, Ver. Dar alimentos calientes en esta época invernal es una misión y tarea que une a familias, iglesias y organizaciones de la ciudad.
Por la noche, principalmente, grupos de voluntarios llegan a hospitales de la ciudad a la hora del cambio de turno, entre las 6 y 8 de la noche, para dar café, ponche, atole, tamales, pan, pambazos, con el fin de dar un poco de los que tienen.
Gozos de la acción caritativa, sin el afán de ser vistos o recompensados por la labor loable de preparar y llevar alimentos que reparten entre mujeres y hombres que se agolpan para obtener algo que comer tras permanecer horas y algunos días, en la salas de espera o en las habitaciones con su paciente.
Es el caso de los integrantes del Coro de la parroquia De todos los Santos, ubicada en el Sumidero, quienes con gran emoción llegaron por la noche del martes con una alegría contagiosa. Unos se ayudaban para cargar una gran olla tamalera repleta de tamales calientes, unos llevaban una gran canasta con pan dulce, ollas con atole de coco, café con leche o solo y ponche.
Los más pequeños, menores de entre 10 y 16 años, buscaban entregar alimentos y bebidas a quienes se formaron en la fila en la banqueta de la salidas al hospital del Centro de Cancerología (Cecan), donde al estar ubicado en un cerro se siente un aire y frío que cala los huesos de quienes llegan por la noche al lugar.
Sin importar nada, sin preguntar qué hacen ahí, las personas ofrecen los alimentos. Reparten y comentan que puedan pedir más, que no hay límite. “Pueden guardar algunos para al rato y tomar todo lo que gusten, dado que todo está caliente y les ayudará a quitarse el frío aunque sea por unos minutos”.
Como les quedaba comida, el entusiasta grupo dijo que se iría al Hospital Civil a entregar tamales, ponche y café caliente a ese lugar. “Queremos que más puedan comer lo que trajimos”.
En esta época de intenso frío, pero previo a la Navidad todos acordamos dar un poco de lo que tenemos “en favor de quienes nos necesitan, de quienes están pasando momento difíciles en los hospitales”.
Acudieron un poco más de 10 niños acompañados con sus papás que fueron quienes donaron los alimentos que entregaron en la puerta de acceso a este hospital.
La alegría en el Hospital Civil
Por su parte, en el centro de la ciudad, afuera del Hospital Civil “Luis F. Nachón”, llegó un grupo de integrantes de la iglesia Soldados de la Cruz de Cristo.
Ahí, el pastor Ernesto Colorado San Gabriel, comentó que independientemente de su labor religiosa es importante que los miembros de su grupo apoyen a quienes más lo necesitan, “porque ese es el mejor mensaje que puede dar una iglesia a sus fieles”.
Los integrantes de esta iglesia también llevaron pan, café y atole caliente, además de pambazos y tamales a quienes están en el nosocomio esperando la recuperación de sus familiares.
Muchos de ellos, comenta el pastor, vienen de municipios lejano no tienen recursos para comer durante el día, “así que esta labor de nosotros es apoyar a quienes lo necesitan en un intento por hacerles pasar el trago amargo que viven de mejor forma”.
Dijo que este trabajo lo hacen desde hace mucho tiempo en el Hospital Civil, cada quince días acuden los miércoles para darle ayuda al necesitado.
“El fin es compartir el pan como lo pide Jesucristo y el alimento espiritual entre los semejantes”.
“Vemos la necesidad de las personas y buscamos ayudar. Otros grupos de su iglesia van con periodicidad al Centro Estatal de Cancerología y donde se necesita”.
Pero son solo ellos, hay muchas familias que deciden llegar con café caliente o pan para quienes están en los hospitales, como son los integrantes de la agrupación BetitoMezanoserinde, quienes también llevaron café, agua, pan, toallitas húmedas y otros productos para los familiares de pacientes del Cecan, “porque las necesidades nunca se acaban, porque siempre hay algo más que dar”.