Hipólito Reyes Larios, arzobispo de Xalapa, afirmó que es necesario hacer una y otra vez oración y rezar mucho el Padre Nuestro para que la situación del país pueda cambiar. Durante su homilía de este domingo, el prelado refirió que él mismo, cuando hace oración, le ha dicho a Dios que por mucha oración que se hace la situación del país sigue igual.
“Acudo a hacer oración y yo mismo le he dicho al Señor que hacemos mucha oración, pero que la situación del país sigue violenta, sigue mal y entonces el Señor me ha respondido: ‘Hombre de poca fe, tienes que seguir insistiendo, tienes que seguir moliendo’. Por ello, yo les pido que hagamos oración por la paz, a nosotros nos toca hacer oración, nos toca preocuparnos unos de otros para que esta turbulencia que hemos tenido ya por muchos años se vaya poco a poco, pero necesitamos estar con Dios y hacer oración una y otra vez”, aseveró.
El arzobispo de Xalapa refirió que la sociedad actual está muy corrompida y que en ella hay mucha maldad y malos comportamientos además de adicciones y vicios, “por ello tenemos que estar siempre insistiendo en la oración no basta con rezar un ratito y no basta con decir el Padre Nuestro y nada más, sino hay que decirlo pensando que estamos dirigiéndonos a nuestro Padre que nos ama, que nos quiere y que al ver a su hijo Jesucristo que se ofreció en la cruz nos ve a nosotros como sus hijos e hijas muy amados”.
Hipólito Reyes Larios recordó que desde 2011, los obispos del país promueven una oración que se llama “Oración por la paz” invitó a todos los feligreses a hacerla una y otra vez.La oración es la siguiente: Señor Jesús, Tu eres nuestra paz,/ mira nuestra Patria dañada por la violencia/ y dispersa por el miedo y la inseguridad./ Consuela el dolor de quienes sufren,/ da acierto a las decisiones de quienes nos gobiernan./ Toca el corazón de quienes olvidan que somos hermanos/ y provocan sufrimiento y muerte/ dales el don de la conversión./ Protege a las familias/ a nuestros niños, adolescentes y jóvenes,/ a nuestros pueblos y comunidades./ Que como discípulos misioneros tuyos,/ ciudadanos responsables,/ sepamos ser promotores de justicia y de paz,/ para que en ti, nuestro pueblo tenga vida digna./ María, Reina de la Paz, ruega por nosotros./ Amén.