VERACRUZ, Ver.- El 8 de marzo de 2018 es una fecha que Karla Araceli Ochoa Sandoval no olvidará nunca, ese día su hija —a los 4 años de edad— fue diagnosticada con leucemia en un hospital privado de la ciudad de Veracruz.
Varios días antes presentó un resfriado que rápidamente se complicó con un cuadro severo de fiebre, por lo que médicos recomendaron estudios especializados para descartar o confirmar alguna enfermedad.
“En ese momento me dice el doctor que si tenía Seguro Popular, le dije que sí, y de una vez la ingresaron a la Torre Pediátrica con su tratamiento (…) Fue una noticia bastante difícil porque es algo que nadie se espera”, narró.
Karla Araceli tuvo que replantear su vida en ese momento para dedicarle su tiempo completo al tratamiento de su pequeña hija, sin descuidar a su otro hijo, de 13 años de edad, que dependía completamente de sus cuidados.
No fue difícil porque yo estoy dedicada a mi hijo, tenía una fondita de antojitos que era con lo que los mantenía y la tuve que dejar
Lo primero que hizo fue cambiar su lugar de residencia para mudarse a la ciudad de Veracruz, donde su hija recibiría las 120 quimioterapias que se programaron para tres años.
Para ello habló con toda su familia, padres, abuelos, hermanos y su esposo, quienes sin ninguna duda se ofrecieron a apoyarla económicamente para que la pequeña Nora Aylin recibiera la atención médica requerida.
“Afortunadamente tengo una familia tan grande que todos me ayudan, es algo que muchas personas me comentan, que soy muy afortunada por eso”, declaró.
Karla Araceli Ochoa afirma que su hija, a su corta edad, ha logrado seguir su tratamiento de quimioterapias con gran fortaleza, pues a pesar de los efectos secundarios que incluyen un dolor intenso, siempre ha demostrado estar animada.
Justamente en Nora Aylin, que ahora tiene 5 años de edad, es donde encuentra su mayor inspiración para seguir adelante.
Las enfermeras, los doctores, otras mamás me dicen que mi hija es muy fuerte
Lo anterior la motivó a ser una de las mujeres que encabezó la demanda de amparo ante el Poder Judicial de la Federación para obligar a las autoridades de la Secretaría de Salud a brindar el tratamiento de quimioterapias a pacientes del Hospital Pediátrico, cuando por una semana éstos fueron suspendidos debido a la falta de instrumental médico y medicinas.
Finalmente, indicó que si bien no reniega de esta etapa a la que calificó como una prueba de Dios, admitió que padecimientos como éste dejan desgastada a las familias en el sentido psicológico, económico y moralmente.