Por consentirlos, padres harían a los niños obesos

"La mamá, a veces por ser más fácil o porque el niño se quede quieto les da jugo, sin saber el daño que les hace", observa la especialista Irasema del Bosque Márquez

Mayra Figueiras Hernández

  · viernes 8 de marzo de 2019

Orizaba, Ver.- Menores tendrán problemas en edad adulta como diabetes e hipertensión / Foto: Miguel Castillo

Orizaba, Ver.- Debido a que la obesidad es un padecimiento que afecta cada vez a un mayor número de niños y adolescentes, en las escuelas primarias y secundarias se promueve una alimentación sana entre los estudiantes, a quienes se dan charlas sobre una buena nutrición.

Durante la jornada educativa que se realiza en una escuela diferente cada semana, una nutrióloga y personal del sector salud y el municipio se da a la tarea de pesar y medir a los adolescentes en quienes se detecta sobrepeso.

Irasema del Bosque Márquez, coordinadora de Salud en la ciudad, recordó que a pesar de que hace algunos años el gobierno federal dispuso que en las cooperativas escolares se sustituyeran los productos chatarra por comida más sana, no todos acataron la disposición, aparte de que muchos padres de familia tampoco procuran dar una alimentación sana a sus hijos.

La mamá, a veces por ser más fácil o porque el niño se queda quieto les da jugo, sin saber el daño que les hacen al consentirlos, están haciendo al niño obeso y con ello aumenta el riesgo de que sufran de hipertensión y por consiguiente que puedan sufrir un infarto

Por ello es que se busca que desde corta edad a los niños se les dé a conocer el plato del buen comer, la jarra del buen beber y con ello se cambia la cultura de consumir comida rápida o chatarra, por una que incluya más verdura y fruta que productos que sólo engordan.

Así como a los chicos en quienes se detecta obesidad o sobrepeso se les da seguimiento para lograr que lleguen a su peso normal y se mantenga en él, por salud, a los encargados de las cooperativas escolares se sugiere cambiar el tipo de alimentos que venden a los estudiantes, pero depende de cada uno de ellos hacerlo.

“En muchas sí vemos que se suman al cambio por la salud de los niños, pero en otras vemos que siguen con la comida chatarra”, concluyó.