Veracruz, Ver.- Nayeli Monche, de 22 años, viaja con uno de los últimos grupos de migrantes haitianos que cruzan el estado de Veracruz. Desde hace cuatro días arribó a la zona conurbada acompañada de su esposo, su hijo, su hermano y cinco amigos más.
En su grupo son nueve personas que desde su llegada se hospedan en un hotel de Veracruz con dinero que algunas personas les dieron para ayudarlos en su trayectoria desde su país hasta llegar a esta ciudad.
En todos ellos, como los demás migrantes provenientes de Haití, la motivación para salir de su país fue la falta de empleo y la pobreza, de acuerdo con lo relatado por Nayeli.
La joven relató, con un español que poco habla y se le dificulta entender, que ingresó a México por Tapachula, Chiapas, desde ahí siguió su trayecto viajando en autobús, buscando llegar a Tampico, para después cruzar a los Estados Unidos.
CONTINÚA MOVILIZACIÓN POR TRANSPORTE FORÁNEO
En el municipio de Veracruz, hasta ahora las líneas de autobuses no han negado el servicio a los ciudadanos haitianos, siempre que presenten su pasaporte o permiso migratorio en la ventanilla en la que adquieren sus boletos.
Muchos de ellos, como Nayeli, cuentan con pasaporte de Chile, país que los acogió desde el 2016 cuando la Isla ubicada en el Caribe fue asolada por un fuerte terremoto y varios de ellos decidieron migrar y pedir refugio
Debido a la pandemia de Covid-19 y la falta de trabajo decidieron continuar con su migración hacia los Estados Unidos, Nayeli cuenta que en el trayecto ha sido complicado tener comida todos los días
Al momento de entrevistarla no había probado alimento desde un día antes, ya que su grupo busca administrar su dinero. Aunque la prioridad para ella es que su hijo, por ser menor de edad, pueda tener comida todos los días.
“Necesito comida para el niño, porque él está pequeño, la última vez que comimos fue ayer, el hotel lo pagamos con plata que traíamos, es de lo que las personas nos dieron desde que salimos”, relata con palabras entrecortadas.
En los alrededores de la Terminal de Autobuses de Veracruz el flujo de migrantes haitianos dejó de ser alto como en la semana anterior, algunos todavía deambulan por los pasillos o descansan en las bancas de la sala de espera.
Otros grupos más reducidos esperan turno para poder tomar un autobús, mientras descansan en el camellón de la avenida Salvador Díaz Mirón, frente a la terminal de autobuses.
Nomy Sitel es uno de los haitianos que pasa el día y la noche en las inmediaciones de la central de autobuses desde el viernes pasado, que llegó a la terminal de autobuses procedente de Tapachula.
El español que habla Nomy es más reducido que el de Nayeli, pero alcanza a relatar cómo ha pasado los últimos días, primero en un intenso calor de más de 30 grados en el día.
Él viaja sin su familia, pues aunque trabajaba en el ramo de la construcción en Haití, antes de emprender su camino a los Estados Unidos, su esposa y sus hijos, de 12 y 19 años, se quedaron en Haití.
La falta de empleo en las dos migraciones que ha hecho acompañado de otros de sus connacionales, fue el motivo por el cual tuvo que desplazarse para encontrar mejores oportunidades, cuenta desde la central de autobuses en el que ha sido parte de su estancia por cinco días.
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Su viaje también lo ha realizado a bordo de autobuses, en donde no ha tenido ningún problema para adquirir boletos como un pasajero normal.
La ruta que han tomado los migrantes haitianos por territorio nacional inició en Tapachula, en el estado de Chiapas, ingresando por la frontera con Guatemala.
El primer punto al adentrarse en el estado de Veracruz es el municipio de Las Choapas; la mayoría continúa su camino en autobuses hasta ciudades como Coatzacoalcos y Acayucan, antes de tomar autobuses con destino al puerto de Veracruz que hacen escala en la región de Los Tuxtlas o Cosamaloapan, dependiendo de la ruta que se tomen.
En el puerto de Veracruz los espacios han sido demandados para viajar principalmente a puntos como Poza Rica, desde donde se dispersan a ciudades del norte del país como Tampico, Ciudad Acuña y Ciudad Juárez, antes de intentar cruzar a Estados Unidos.
Nayeli y Nomy esperan no tener problemas para continuar su migración viajando en autobuses, que consideran la forma más segura para llegar juntos hasta la frontera norte del país.
Párroco no piensa dejarlos solos y sin ayuda
Boca del Río, Ver.- En busca de un refugio seguro donde puedan alimentarse, asearse y descansar, haitianos están llegando a los albergues de la zona conurbada Veracruz-Boca del Río después de haber sufrido todo tipo de abusos en su trayecto desde que salieron de su país.
De acuerdo con Cecilio Herrera párroco de la iglesia Santa Ana ubicada en el municipio de Boca del Río, hace unos días una pareja de haitiano llegó al albergue de la comunidad en donde se les está brindado todo tipo de apoyo desde alimento, un lugar limpio para descansar y tienen acceso a agua para asearse.
Explica que la pareja de jóvenes llegó en muy mal estado pues en su viaje sufrieron todo tipo de abusos, desde violaciones en sus derechos, robos e incluso la mujer fue violentada sexualmente.
“Llegó con nosotros una pareja de haitianos, Jimmy y su esposa, llegaron en muy mal estado, están muy desesperados por la situación que viven en su país y decidieron arriesgar su vida saliendo de su lugar de origen en busca de un futuro incierto, en su trayecto han pasado por muchas cosas, perdieron todo y ha sufrido maltratos en el camino, abusaron de su esposa, ellos buscaban un lugar para asearse porque estuvieron varios días en la central de autobuses y alguien les informó de que podían llegar aquí”, explicó.
Afirmó que sin importar el tiempo se les brindará todo el apoyo que requieran ya que están abiertos a la posibilidad de quedarse en México e integrarse a la sociedad porque se trata de personas de bien.
“Vienen a la voluntad de Dios, su sueño es llegar a Estados Unidos, pero dicen que si pueden quedarse aquí lo harán, quieren trabajar, son personas de bien”, aclara.
En ese sentido el sacerdote hizo un llamado a la población para solidarizarse con estas personas, sobre todo no maltratarlas y ofrecerles apoyo.
“Yo hago un llamado para que no se les de malos tratos, que la sociedad demuestre su calidad humana sin importar que religión practican pero que se manifieste Dios en sus obras, todos somos migrantes que vamos hacía la vida eterna”, insistió.
En tanto el procurador de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes del DIF municipal de Veracruz, Ibis Domínguez Maldonado, dice que, aunque se cuenta con el albergue nocturno para dar atención a todo tipo de personas como migrantes, hasta el momento ningún haitiano ha requerido el apoyo.
Menciona que en ocasiones evitan buscar apoyo de las autoridades ante el temor de que puedan tener problemas con Migración por lo que buscan otro tipo de albergues.
No obstante, afirma que el albergue está habilitado para recibirlos, darles alimentación y hasta atención médica en caso de requerir.
“No hemos tenido solicitudes por parte de los haitianos, muchas veces no se acercan por el temor de que puedan ser deportados pero nosotros no somos autoridad migratoria y en caso de requerir el apoyo simplemente se deben acercar al albergue que está en la calle de Canal en la colonia Centro, hacen la solicitud, hay un protocolo por el tema de la pandemia y deberán seguir las indicaciones, pero una vez que ingresen pueden tener acceso a las regaderas, el baño, una cama y sábanas limpias para pasar la noche”, dijo.
Comenta que dentro de las instalaciones del DIF ya han tenido presencia de menores provenientes de otros países pues en lo que va del año han alojado a 54 menores de Guatemala, Honduras, El Salvador y Nicaragua.
“Cuando el Instituto de Migración asegura a menores que viajan solos o por situaciones de que las personas con las que viajan no acreditan el parentesco, esos niños son llevados a los sistemas DIF y damos alojamiento a las niñas, niños y adolescentes, pero no hemos tenido a ningún haitiano”, puntualiza.
Los menores pasan un tiempo dentro de las instalaciones y después de todo un proceso son regresados a su país bajo el protocolo de retorno asistido seguro.
Con información de Ingrid Ruiz | Diario de Xalapa