CÓRDOBA, Ver.- Maniatados, torturados, ejecutados, los ruleteros han sido blanco de la delincuencia organizada que domina la región de Córdoba y Orizaba. Hay hermetismo y silencio por parte de líderes, pero su estado de peligro es un secreto a voces para los compañeros del gremio, quienes cargan los ataúdes en los funerales.
El 21 de enero sorprendió la noticia de un taxista decapitado que fue encontrado en el interior de la unidad de alquiler tipo Chevrolet Spark número 2080 del sitio Taxi Fácil de Córdoba, esto sobre la avenida 2, entre las calles 10 y 12. Cabe destacar que estaba amarrado de pies y manos.
El ruletero había sido reportado como desaparecido días antes por familiares y respondía al nombre de Ángel Omar Solano Meza, de 39 años.
“Sólo queremos hacer nuestro trabajo sin temor a ser asaltados, secuestrados o ejecutados; tenemos miedo, especialmente los que nos toca en la noche”, expresa un chofer mientras sube los cristales y explica que la gente les teme y ellos a los pasajeros.
Dos semanas después, la madrugada del 4 de febrero la movilización policíaca respondía al reporte de un chofer asesinado en la colonia Los Filtros. Los homicidas se llevaron la unidad de alquiler a un motel ubicado en el bulevar a Fortín, en donde balearon a uno de los empleados y después escaparon corriendo rumbo a Santa Leticia.
Estos hechos empañaban el ánimo de los cordobeses; sin embargo, en las ciudades vecinas de Orizaba, Nogales y Río Blanco comenzaba el caos.
En la calle Fresno del municipio de Río Blanco el taxista Germán G.H., conductor del taxi 975, fue encontrado la mañana del 14 de marzo ejecutado a bordo del vehículo, en un camino de terracería de la comunidad de la Loma, en este municipio.
Cabe destacar que en la mayoría de los casos los hallazgos son reportados de manera anónima al número de emergencia 911, por lo que elementos de la policía acuden a verificar y dar fe de los hechos, de los cuales en muy raras ocasiones se da con los responsables.
“No vemos acciones por parte de las autoridades, sufrimos con las familias de los compañeros al quedarse sin sustento, sin un padre, un hermano o un hijo. Ésta es una matanza lenta y nadie hace nada, ni la policía, ni la Guardia Nacional, gobierno, nadie nos escucha, ¡ya basta de tanta inseguridad y violencia!”, expresa con el rostro de tristeza y enojo otro chofer, que pide el anonimato por temor a represalias.
La madrugada del 4 de abril fue hallado el cuerpo maniatado y torturado de quien fue identificado como Miguel Ángel Miranda López, de 24 años, que encajuelado fue abandonado a un costado de la autopista Veracruz-Puebla, en el tramo Orizaba-Ciudad Mendoza, a la altura del kilómetro 265.
Así la lista continúa. El pasado 8 de julio un taxista de Río Blanco fue atacado a balazos por un par de sicarios que lo interceptaron en un terreno de la calle Nayarit, en la colonia Ferrocarrilera Francisco Vera González.
El ruletero respondía al nombre de Jesús., de 30 años, quien estuvo hospitalizado y perdió la batalla días después, uniéndose a este conteo de la muerte que pone en evidencia los altos índices delictivos que se viven en la región de Córdoba y Orizaba.
“Son muchos los que han sido víctimas de la violencia, pero no sólo los que encuentran muertos cuentan, hay muchos compañeros desaparecidos desde el año pasado y no sabemos nada de ellos, ellos también importan, queremos ver acciones o mínimo que los busquen”, indica un chofer.
A la fecha no se tiene una estadística fija del número de taxistas asesinados, pero de acuerdo con el recuento son más 10 los ejecutados en Córdoba y sus alrededores, continuando con la sumatoria con los acontecimientos trágicos de Orizaba, Nogales y Río Blanco, donde últimamente el número de desaparecidos sigue aumentando.
Se han implementado retenes a las salidas de las ciudades y operativos, sin embargo, la ola de asesinatos continúa, dejando a los ruleteros como blanco fácil de ladrones y homicidas.