Los ataques de pánico o ansiedad asociados a la violencia igual da en hombres y mujeres.
Martha tiene 30 años, no ha sido víctima de ningún asalto en la vía pública, pero cada que camina por sitios oscuros o siente la presencia de una persona extraña empieza a tener ansiedad y temor. Dado que no puede dejad de salir, busca hacerlo acompañada la mayoría de las veces.
La Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE 2018) señala que en Veracruz, el 61.3% de los ciudadanos opta por no salir de noche.
Aún más, estar inmerso en una situación de violencia e inseguridad está provocando cuadros clínicos que tienen que ver con estados de angustia y pánico, incluso en menores de edad, aseveró el catedrático de la Facultad de Psicología de la Universidad Veracruzana, Arturo Marinero Heredia.
“No a todos nos pasa eso, por qué algunos sí podemos caminar en una calle oscura, lo que no tiene que ver con valentía, porque los ataques de pánico o ansiedad asociados a la violencia igual da en hombres y mujeres, eso tiene que ver con la propia historia. Puede ser que yo nunca sufrí un ataque pero me angustio enormemente como si me fuera a pasar”, dijo.
Incluso una situación de ese tipo puede convertirse en una psicopatología o enfermedad y ocurre tanto en quien ha sido víctima de algún delito como en alguien que no lo ha sido.
“Eso ya ocurre, es algo muy actual, en consulta privada y aquí en la facultad llegan personas con problemas de ansiedad de esa índole. Más ahora que hace un sexenio y es curioso porque lo empezamos a ver desde niños muy pequeños, 6 o 7 años. Son cuadros clínicos que tienen que ver con estados de angustia, pánico, y que generalmente aparecen sin ninguna razón clara”, detalló.
Y es que, subrayó el especialista, la violencia es un factor que determina en absoluto la vida mental de las personas y los vínculos y relaciones de la gente.
“Hoy que tenemos tantas dificultades por cuestiones de violencia, que las tenemos a la vuelta de la casa, dentro de las escuelas, noticias como la matanza en Minatitlán, una bala perdida producto de una situación de rivalidad entre cárteles y que en la calle te toque, que vayas al antro y te encuentres una masacre por supuesto que todo eso impacta”, dijo.
Señaló que lo más grave puede ser cuando las personas dejan de lado su vida social por el temor a ser víctimas de algún delito. Esta situación puede pronunciarse más en los adolescentes y jóvenes ante la negación justificada de permisos de los padres.
“Pero también es justificada la necesidad de un chico de socializar, ir contra los padres porque es deporte nacional ir contra los padres en la adolescencia, pero de querer participar e ir al antro, salir con tus amigos y ese es un lío muy grande”, dijo.
Anteriormente, dijo, los niños podían irse de sus casas a las escuelas sin la vigilancia del adulto y hoy, hay tal preocupación, que ello parecería ser un acto de omisión de cuidado de los papás.
“Claro que provoca cambios en las relaciones, la convivencia, en los vínculos, los lazos sociales, y eso significa también que pueden producir formas en donde haya roces en la familia y entre los jóvenes mismos, así como muchos temores ante las salidas”, añadió.
Lo positivo, consideró, es que en esas formas distintas de vínculo, se busca el cuidado colectivo. Por ello, se han creado incluso grupos de WhatsApp para avisarse en cada salida en grupo, de la hora de llegada a casa, lo que genera cohesión ante la amenaza e incluso se han ideado estrategias como la implementada por comercios de Xalapa de “Te Ayudamos a Llegar segura a casa”.
LOS DATOS
La Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE 2018) señala que en Veracruz, el 61.3% de los ciudadanos opta por no salir de noche.
Además, el 61.1% de la población de 18 años y más piensa que la inseguridad es el problema más importante que aqueja a los veracruzanos, seguido del desempleo, con 45.6% y el aumento de precios, con 41.3%.
Los datos del INEGI establecen que ante este panorama de inseguridad e impunidad, el 76.6% de los veracruzanos no permite que sus hijos menores de edad salgan de sus hogares.
El 61.3% de los ciudadanos opta por no salir de noche, el 60.8% dejó de usar joyas, el 46.7% no lleva dinero en efectivo, el 38.1% no visita a parientes o amigos, el 34.9% ya no sale a caminar.
El 30.1% dejó de usar taxis e incluso el 2.5% dejó de ir a la escuela como medida de seguridad, según algunos de los indicadores.
Los sitios en donde los ciudadanos veracruzanos se sienten más inseguros es en los cajeros automáticos de la vía pública, el banco, las carreteras, los mercados, el transporte público, la calle, los parques o centros recreativos y el centro comercial.