Xalapa, Ver.-El arzobispo de Xalapa, Jorge Carlos Patrón Wong afirma que para “bien morir, hay que bien vivir” y que, aunque ahora se vive una lucha, también se tiene una hermosa esperanza y grande consuelo de que Jesús está vivo y que “resucitaremos con cristo”.
En su homilía en la Catedral Metropolitana de Xalapa recuerda que al inicio de este mes se celebraba la fiesta de Todos los Santos y de los fieles difuntos, en la que se ha reflexionado sobre dos realidades: la vocación a la santidad y el paso que todos tienen que hacer después de la muerte.
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“Después de que termine nuestro peregrinar en esta tierra y recordamos en la oración a todos aquellos que nos han precedido, que han vivido antes de nosotros porque están vivos, se mantienen vivos”.
¿Por qué es importante aprender a vivir "bien" de acuerdo con el arzobispo de Xalapa?
Expone que al final del año litúrgico, las escrituras, en la celebración de los domingos, va a insistir en que, para poder entender la vida, se debe entender qué va a pasar después de la vida terrena.
“Para bien morir, hay que bien vivir, pero para saber con certeza qué va a pasar después de la muerte, viene Dios a clarificar para nosotros y revelar cuál es la nuestra realidad como seres humanos”.
Expone que este domingo se presenta en el libro de Macabeos el martirio de siete hermanos donde frente a un rey, un gobernante que impone leyes injustas y pretende que sean infieles a Dios, y uno a uno es torturado y asesinado frente a su madre quien, al verlos morir, los fortalece en la fe y la fidelidad.
“Que nuestras familias, que nuestros seres queridos principalmente los adultos fortalezcamos nuestra fe y nuestra fidelidad a Dios, que los jóvenes, que los niños, fortalezcan también a sus papás y sus abuelitos en toda la certeza de la fe, la vida en la tierra y la vida futura”.
Recuerda que San Pablo dice que se está aquí en una lucha, “pero dice, tenemos una hermosa esperanza, un grande consuelo, el consuelo aquí presente de que está Jesús vivo con nosotros, pero también que resucitaremos con Cristo”.
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“Como cristo resucitado un cuerpo glorioso, sin límites, es una vida nueva, plena, diferente, nunca pensemos en la vida eterna con nuestros conceptos, nuestras ideas, nuestras teorías, simplemente humana, eso es ridículo, Dios es un Dios de vivos, pero no una vida pequeñita, una vida plena, grande por eso lo que nos espera no lo podemos ni imaginar, es algo bellísimo, esa es la promesa de la vida eterna”, abundó.