Veracruz, Ver.- “No hay malos perros, hay malos dueños”, responde de manera tajante el médico veterinario Rafael Torres Cabrera cuando se le pregunta su opinión sobre el estigma que recae sobre la raza de perros pitbull, identificados como agresivos y violentos.

Este tipo de animales que de por sí ya son estigmatizados como una raza agresiva, protagonizaron diversos ataques a personas en la zona conurbada Veracruz-Boca del Río durante la primera mitad del 2021.

Uno de estos ataques ocurrió el 9 de mayo en la colonia Astilleros, en la zona norte de la ciudad cuando una mujer fue atacada hasta la muerte por la mascota de una amiga suya cuando acudió a visitarla.

El especialista afirma que en todos los casos los animales respondieron a estímulos y descuidos propiciados sus propietarios, quienes con su trato provocaron la furia de estos animales sin que exista ninguna consecuencia para ellos.

Sin embargo, el médico veterinario afirma que la raza Pitbull, como otros perros, si son criados en un entorno familiar se convierten en acompañantes dóciles, que podrán convivir con niños y otros animales en un entorno tranquilo.

“No hay malos perros o malos animales, hay malos dueños, si el propietario le da un manejo y una crianza agresiva el perro así será. Pero cuando el perro crece en un entorno familiar es cariñoso, convive en calma y suele atacar solo cuando alguien fuera del entorno familiar llega con una actitud agresiva o que el perro percibe como mala, entonces es probable que ataque”.

El estigma histórico del perro Pitbull

A pesar de la mirada del especialista, lo cierto es que con el paso de los años los perros de la raza Pitbull son vistos como agresivos y violentos, de ahí el estigma que recae sobre ellos, incluso su origen atrae a personas que buscan en las peleas clandestinas de perros su forma de generar dinero.

El médico veterinario Rafael Torres Cabrera indicó que el origen de la raza proviene de los antiguos Bull Terrier, perros que eran utilizados en los circos para pelear con animales más grandes, como una forma de entretener a las personas.

“La raza fue creada hace mucho tiempo y desde entonces era una especie de ataque, ellos eran exhibidos en circos, en donde eran expuestos a pelar con jabalíes, con toros, con animales más grandes”.

Desafortunadamente para muchas personas estos perros siguen siendo objeto de espectáculo, ya que entrenadores recurren al maltrato para hacerlos violentos, con la finalidad de exhibirlos en pelea, afirmó el especialista.

Incluso señaló que hay propietarios que no se dedican a las peleas clandestinas, pero se regodean teniendo un perro Pitbull agresivo, por generar una imagen de virilidad, recurriendo incluso a inyectar drogas para tener animales más agresivos.

Para el médico veterinario, este tipo de actos deben de ser sancionados con base en la Ley de Maltrato Animal, que prohíbe el uso de estos ejemplares, así como de cualquier otro, para peleas de perros.

Del mismo modo, añadió que se castigan conductas de maltrato hacia las mascotas como perros, en donde se incluye a los Pitbull.

Pero además, consideró que podría ser necesario aplicar una reglamentación para su tenencia, como ocurre en los Estados Unidos, en donde para tener como mascota a uno de ellos sus dueños deben de tramitar una licencia con la que se garantizará que no le hará daño o expondrá a un ambiente agresivo.

“Creo que sería bueno que de acuerdo a la persona que lo tenga como mascota o la familia que lo tenga como mascota, realmente vigilar que lo esté utilizando para compañía y no para ponerlo a pelear, para no tener actitudes violentas, porque finalmente el dueño es motivado por el perro”.

Instinto y genética

Además de su historia como peleadores, los Pitbull cuentan con características que ninguna otra raza posee, que es su férreo temperamento y músculos poderosos que desarrolla por la genética de sus ancestros.

El veterinario Rafael Torres Cabrera detalló que debido a músculos en sus mandíbulas que otras razas de perros no poseen, cuenta con una fuerza de mordedura mayor a la de perros de mayor tamaño.

“Tiene músculos muy fuertes, músculos en la mandíbula que se llaman maceteros que son muy fuertes y no se puede abrir incluso con las manos, esto es característico de la raza, son músculos que tiene en sus mandíbulas, esto hace que tengan esa característica especial”, indicó.

A lo anterior se le añaden músculos “fibrosos”, es decir, no son necesariamente grandes pero sí fuertes para alcanzar velocidades altas, tener resistencia y lograr saltos altos.

Se le suma, dijo el veterinario, su instinto, algo que no es ajeno en otras razas de perros e incluso en otros animales, que a diferencia de los humanos pueden percibir comportamientos agresivos o amenazantes, particularmente de personas ajenas a un entorno.

Esto último puede generar momentos de agresividad, que siempre son estimulados por un humano, pero que terminan en una respuesta de agresión por parte de cualquier animal, más letal si son mascotas como un Pitbull por su genética ya descrita.

“Ellos instituvamente actúan de acuerdo a la situación en el momento, pero también de acuerdo a la enseñanza que se le dio, entonces si es un perro demasiado agresivos, que no hay otra forma de evitar que sea violencia, pues pobre perro porque nadie lo va poder tener, pero si son comportamientos derivados de un momento de estímulo, puede que otro dueño le regrese su tranquilidad y que estas actitudes violentas sean erradicadas”.

A pesar del estigma, el historial y la genética, el especialista afirmó que cualquier perro Pitbull sometido a estas situaciones puede ser regenerado con un ambiente de cariño adecuado, incluso aquellos que ya han atacado.

Es por eso que se pronuncia en contra de recurrir a la muerte del animal como una alternativa cuando ha atacado, sin que existan consecuencias primero para su propietario.

Requieren un cuidado especial, pero son grandes acompañantes

Pedro Cruz López es propietario de tres perros de la raza Pitbull, con quienes convive todos los días y quienes se han convertido en sus acompañantes en diversos momentos.

En entrevista cuenta parte de su experiencia en la crianza de estos ejemplares, que reconoce tienen un estigma a cuestas que ha provocado que no sean bien vistos por algunas personas, mientras que otras le tienen mucho miedo.

Aunque también reconoce que se necesita paciencia, responsabilidad y mucho cuidado para saber controlarlos.

Pedro Cruz López indicó que en ocasiones ha tenido que intervenir para evitar peleas entre ellos, aunque en la mayoría de los casos evita propiciar desencuentros entre ellos.

Otra de las situaciones que dice se debe tener en cuenta, es no enfrentarlos a otros animales, ya esto genera que se alteren, aunque se trata de algo que afirma es responsabilidad siempre del propietario.

En su caso, añadió que no cuenta con otros animales porque es difícil que sus perros puedan convivir con alguna mascota extraña, aunque partiendo de la educación narra que incluso pueden hacerse amigos de otras especies, sin ninguna consecuencia.

“Todo depende de la educación, de como se le trata en casa, yo tengo tres y se trata de darles desde pequeño un ambiente sociable”, remató.