Lo primero que hace el maestro Josué Fermín Pale Briones al despertar es revisar su celular, donde ya parpadean los primeros mensajes de alguna madre o padre de familia o de la dirección de su escuela. Se despabila y comienza a responder: “Deme unos minutos…”, es la petición para poder incorporarse y empezar el día.
Entre el desayuno, los hijos, la esposa, comienza a ver actividades, a responder dudas, a checar la plataforma donde envía las tareas; aunque las indicaciones se dan en un chat general, por separado contesta con paciencia cada pregunta que en privado realizan los padres de familia.
“Es un ciclo que no acaba, ha sido cansado, porque no existe un horario definido ni un tiempo definido, pero uno tiene que hacerle saber a los alumnos que ahí estamos, que los estamos acompañando, que nos importa lo que están haciendo y que queremos que sigan aprendiendo desde casa”, indica el docente que este ciclo escolar da sexto año en la escuela primaria "Abraham Castellanos", en el centro de la ciudad.
El día pasa y llega la hora de la comida, después cae la tarde, técnicamente su horario de trabajo terminó, puede relajarse y hacer alguna actividad privada, pero entonces en el celular parpadea un nuevo mensaje: “Sin importar la hora se resuelven las dudas; a veces he tenido la intención de tirarme en la cama a pasar el rato, ver la televisión, sin estar conectado, pero de pronto llega un mensaje, una petición y me levanto y atiendo…”, agrega el maestro con 20 años de experiencia frente a grupo.
Su familia se compone de cuatro personas: su esposa, sus dos hijos en edad primaria y él. Todos deben conectarse para hacer su trabajo o tareas. Sólo cuentan con una computadora. Coordinarse, entenderse, ayudarse, ha sido parte del proceso al que el confinamiento sanitario los ha empujado, y le ha servido en lo individual para entender a otros padres y madres de familia que deben salir a trabajar pese a la pandemia y estar pendientes de los hijos.
“Algo importante ha sido entender la situación de los alumnos, que no todos tienen acceso a internet para estar al tanto de las tareas, o para el caso de las clases por televisión, muchos tienen tele, pero no servicio de cable, entonces no pueden ver los programas”, explicó Pale Briones.
Su prioridad, si bien ha sido avanzar en los contenidos contemplados, el docente sabe que se vive una etapa extraordinaria, donde lo importante es mantener la estabilidad de los menores; a su juicio, el último periodo del ciclo escolar no debería evaluarse, sino simplemente darse por aprobado y después realizar una nivelación de contenidos.
La cuarentena ha puesto a prueba a todos, incluido a ellos como maestros, que debieron entrarle a las plataformas digitales pese a que muchos de ellos no tenían conocimiento previo o muy general; para Pale Briones significó tomar cursos, aprender, explorar y seguir buscando alternativas para preparar contenidos de calidad para sus alumnos.