Veracruz, Ver.- Es urgente que autoridades municipales y estatales incentiven la reactivación económica, ante una ampliación en los indicadores de pobreza en Veracruz, alerta el coordinador del Observatorio de Finanzas Públicas y Desarrollo Regional (OFD) de la Universidad Veracruzana (UV), Hilario Barcelata Chávez.
“No existen todavía instrumentos que reactiven la actividad económica por parte del Gobierno Estatal, de los gobiernos municipales, no ha habido el suficiente recurso para impulsar algunos programas incentivar a la economía”, comenta.
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El especialista señala que de acuerdo con las últimas cifras de organismos oficiales, en el estado de Veracruz más de 500 mil ciudadanos jarochos ingresaron al índice global de pobreza en este año.
Señala que es preocupante que 60 por ciento de los veracruzanos no cuenten con los ingresos suficientes para cubrir sus necesidades alimentarias, cuando existen las condiciones para aprovechar el sector primario.
Detalla que los indicadores señalan que 5.2 millones de personas viven en Veracruz con ingresos por debajo de la línea de bienestar, que en promedio son mil 600 pesos.
“Si nos vamos específicamente al índice global de pobreza tenemos un incremento de 200 a 500 mil personas, si nos vamos a rubros ya particulares de educación o salud, por ejemplo, en salud hay una situación delicada porque el número de personas sin acceso a la salud se ha incrementado”, declara.
El especialista de la UV recomienda que se incentiven los apoyos a las Micros, Pequeñas y Medianas empresas, ya que son estas las que representan más del 90 por ciento del sector productivo en proveeduría y servicios, “Mucho tiene que ver con el apoyo que se le den a los productores, sobre todo a los pequeños productores, en el ámbito de los servicios el 99 por ciento de las empresas en Veracruz son Micro y Pequeñas Empresas, ahí es donde hay que apoyar”.
Del mismo modo, dice que es necesario que las autoridades fortalezcan el presupuesto del próximo año para atender al sector agropecuario, de tal forma que les permita ser más eficiente y, al mismo tiempo, reducir los recursos al ramo de desarrollo social, sobre todo en programas asistenciales.
