Xalapa, Ver.-El vocero de la Arquidiócesis de Xalapa Juan Beristain de los Santos afirma que el exceso y la mentira se van convirtiendo en moneda de uso común, en la vida práctica de muchos ciudadanos y en muchas áreas de la vida social, porque se ha perdido el aprecio por la luz de la verdad y de la legalidad que impulsen a la búsqueda del bien de todos y para todos.
En su comunicado dominical refiere que la situación ha llegado a un grado de inconsciencia que se reconoce como un estilo de conducta ejemplar a todo aquel que consigue muchos bienes materiales a través de medios ilícitos.
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"A todo aquel que se aprovecha y engaña de palabra y obra a los más indefensos, a todo aquel que aplasta con su imagen y su éxito, valiéndose de su puesto de privilegio, a los que desconocen sus derechos y obligaciones civiles y religiosos".
Por ello, apunta que hoy más que nunca, por las circunstancias que vive la nación y el estado veracruzano, es necesario que todos vuelvan a recuperar la finura y fuerza del alma para participar informadamente en los asuntos e intereses públicos de todos.
"El gusto por la reflexión que nos lleve a defender aquello que no se puede negociar y la dignidad de la conducta moral y ética que nos permita, bajo la legalidad y autonomía, vivir en una sociedad justa y abierta a la trascendencia".
¿Cómo ayuda la presencia de Dios cuando se atraviesa por una crisis?
Agrega que el descubrimiento de la presencia salvadora de Dios en medio de las vicisitudes de la vida es el objetivo de la fe en Cristo.
"No es la exterioridad espontánea ni la falsedad cotidiana de las acciones personales y comunitarias sino la interioridad y la verdad de bien común lo que nos lleva a la profunda riqueza de lo que es la vida humana y su vocación trascendente".
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Expuso que no es la erudición sin ética lo que revela el significado profundo de la persona y su valor, sino la sabiduría espiritual de Cristo la que guía e ilumina el camino de los acuerdos justos para superar y vencer todo el sufrimiento y pobreza que marcan a personas que nadie ayuda en la justicia.