Por segundo día consecutivo y tras pernoctar en la plaza Sebastián Lerdo y los bajos del Palacio de Gobierno, los trabajadores de la alcoholera de Orizaba bloquean la calle Enríquez para exigir a las autoridades que la empresa se reabra.
Los manifestantes aseguran que no se retirarán hasta obtener una solución, dado que son más de mil familias las que se quedaron sin sustento con el cierre de la alcoholera, registrado el pasado 18 de mayo.
Recordaron que el cierre de la empresa se dio de manera sorpresiva y sin que a la fecha se les haya proporcionado una explicación.
“Personas ajenas a la empresa llegaron y nos dijeron que teníamos que desalojar, somos empleados de todas las áreas, de todos los puestos, estamos aquí porque queremos una respuesta, necesitamos volver a trabajar, nuestras familias necesitan comer”, exponen.
Sobre la plaza Sebastián Lerdo amanecieron colchonetas y cobijas, las cuales fueron utilizadas por los trabajadores para pasar la noche a la intemperie.
El grupo de personas arribó a la capital veracruzana ayer a temprana hora en camiones que rentaron para su traslado. Algunos de ellos debieron hacer uso de sus ahorros, pedir algún préstamo o incluso recurrir a los empeños para poder cubrir el costo del traslado, dado que desde el cierre de la empresa se quedaron sin ingresos.
Se debe recordar que el pasado 18 de mayo personal de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) de la Fiscalía General de la República (FGR), apoyados por elementos de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), intervinieron y aseguraron las instalaciones de la alcoholera, ubicada a un costado de la autopista Puebla- Veracruz, a fin de investigar probables delitos de índole federal.
Ese día se dio a conocer que los agentes federales llegaron a bordo de varias patrullas de la dependencia, acompañados por los policías estatales y de manera sorpresiva desalojaron a los trabajadores.
A través de las redes sociales se mencionó que el operativo obedecía a un cateo, pero no se dieron a conocer mayores detalles.
Desde entonces las actividades permanecen suspendidas en la planta alcoholera provocando incertidumbre entre los obreros, quienes no han sido notificados sobre si volverán o no a laborar.