Veracruz, Ver.- Si bien ve positivo la reapertura del fuerte San Juan de Ulúa, el secretario general de Asamblea Permanente de Asociaciones Civiles, Guillermo Macías Lagunes, reconoce que aún no se encuentran satisfecho del todo, pues aún falta varias zonas arqueológicas en el estado por reabrir sus puertas.

Explica que les preocupa la situación de los comerciantes de Tajín y las familias que dependen, incluso con Papantla, y Zozocolco de Hidalgo como de los pueblos mágicos de la Sierra, así como las de La Antigua y Zempoala, pues siguen sin poder trabajar y a la vez genera una merma de turistas.

Leer más: Conoce cuando reabrirán el Fuerte San Juan de Ulúa, en Veracruz

El prestador de servicios recuerda que mientras unos sitios representan los principales atractivos turísticos del estado, otros forman parte de la ruta de Cortés que desean conocer paseantes puntualizados.

Asegura que la reapertura de las zonas arqueológicas ha sido una demanda constante de los turistas en los últimos meses, pues recuerda que Veracruz, es sinónimo de historia y cultura.

“La gran mayoría de las familias que han venido a visitar los últimos meses del estado de Veracruz han venido con el objetivo de conocer el San Juan Ulúa y de conocer el Tajín y se llevan la sorpresa de que no están abiertos”, reporta el entrevistado.

En ese sentido, Guillermo Macías celebra que por fin se haya determinado reabrir el San Juan Ulúa, pues ello permitirá reactivar la economía y el flujo de visitantes en el Puerto de Veracruz.

Y es que recuerda que por cada sitio arqueológico no solo se ven beneficiados guías de turistas, hay toda una cadena de familias que dependen de estos atractivos.

“En el San Juan Ulúa estamos hablando de 22 familias de guías de turistas, pero también hay que contar la de los comerciantes, la de los taxistas, la de los vendedores de comida, los tranviarios que también depende del movimiento de San Juan Ulúa y de los taxistas fijos es una gran cadena que se detuvo durante muchos meses”, detalla.

Finalmente se manifiestan dispuestos a colaborar en los protocolos exigidos por el INAH.