Preocupa que en el país se esté implantando la imposición de un pensamiento único que acaba con las libertades fundamentales, traiciona al pueblo y disfraza las mentiras con discursos encantadores. “Debemos mantener la defensa de la persona y de los valores fundamentales que tanto hacen falta para reconstruir el tejido social; no se pueden permitir imposiciones ideológicas que pretenden destruir lo fundamental de una persona: su vida, su familia y sus libertades”, asegura la Arquidiócesis de Xalapa.
En su comunicado de este domingo, indica que actualmente, se observa que se dan algunos ataques sistemáticos a la vida, la familia y las libertades fundamentales. Tal es el caso de las intenciones de la Secretaria de Gobernación por querer imponer un Código Penal único con el que se busca legalizar el aborto en todo el país.
Esto a pesar de que el primer mandatario declaró recientemente que es más importante combatir la corrupción, la impunidad y la inseguridad para buscar la pacificación en el país, expresa este domingo la Arquidiócesis de Xalapa. “De seguir así con estas propuestas, se confirmará el adagio de que no todas las transformaciones son buenas.
La gente espera una transformación positiva, no que los servidores públicos se confabulen para robarles los pocos valores que aún les quedan y que son los que sostienen todavía su esperanza”, afirma. Este domingo, la iglesia católica expresa que a poco más de 100 días de haber asumido sus funciones y de jurar respetar la Constitución, varios diputados locales y federales, así como algunos senadores, han enfocado sus baterías a destruir algunos valores fundamentales que caracterizan a la cultura mexicana.
Cuestiona al mismo tiempo acerca de qué necesidad hay de enrarecer el ambiente y de estar confrontando a la sociedad con asuntos que dividen, “¿Por qué no mejor se atienden los asuntos que son prioritarios para la sociedad? Se necesita un acuerdo entre los distintos actores sociales para aplicarse a la reconstrucción del tejido social. No se debe denostar las instituciones, las organizaciones sociales y apagar las diversas voces que contribuyen en la construcción de la sociedad.
Recuerda que hay más de 17 iniciativas que se han presentado por parte de algunos legisladores sea locales como federales que contradicen la ciencia, la razón y los tratados internacionales sobre derechos humanos. Detrás de estas iniciativas, que os legisladores denominan “nuevos derechos”, está la voz de los falsos profetas a los que se ha referido el papa Francisco, que “son como ‘encantadores de serpientes’, se aprovechan de las emociones humanas para esclavizar a las personas y llevarlas adonde ellos quieren”. “Otros falsos profetas son esos ‘charlatanes’ que ofrecen soluciones sencillas e inmediatas para los sufrimientos, remedios que, sin embargo, resultan ser completamente inútiles: cuántos son los jóvenes a los que se les ofrece el falso remedio de la droga, de unas relaciones de ‘usar y tirar’, de ganancias fáciles perodeshonestas”, indica el comunicado.
La Arquidiócesis de Xalapa indica que cada uno de los integrantes de la sociedad, por tanto, está llamado a discernir y a examinar en su corazón si se siente amenazado por las mentiras de estos falsos profetas. “Tenemos que aprender a no quedarnos en un nivel inmediato, superficial, sino a reconocer qué cosas son las que dejan en nuestro interior una huella buena y más duradera, porque vienen de Dios y ciertamente sirven para nuestro bien”.
¿Qué tipo de sociedad queremos dejar a los ciudadanos del futuro?, ¿qué concepto de persona se desea imponer, si se le está apostando a cambiar los paradigmas antropológicos? Esto también es una especie de corrupción que no se debe permitir, cuestiona la iglesia católica. Se corrompen los conceptos y se les quiere dar un nuevo significado. A lo que ha sido bueno, ahora se le desea considerar como algo malo y a lo malo se le desea colocar como modelo para las nuevas generaciones.