Xalapa, Ver.- Como cada año, a excepción de 2020 y 2021 por la pandemia, esta noche de Viernes Santo, miles de católicos salieron a las calles para realizar en Xalapa la Procesión del Silencio, en cortejo fúnebre de absoluto respeto.
¿Dónde inició el recorrido de la Procesión del Silencio en Xalapa?
En la parroquia Emperatriz de América, al toque de los tambores solemnes y con la imagen de la Virgen de los Dolores con manto negro, inició el recorrido con personas de distintas edades, con cirios y velas en las manos para iluminar el camino.
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A la procesión, que tiene el fin de congregar a los fieles católicos y unirse al pesar y duelo de la Virgen tras la crucifixión de su hijo Jesucristo, se fueron incorporando gradualmente más grupos, en un recorrido que esta vez tuvo cambios en su habitual ruta.
De Américas a Revolución y de Acosta a Clavijero, para luego tomar Enríquez y finalmente llegar a la plaza Lerdo frente a la Catedral Metropolitana, el cortejo tuvo al frente a mujeres vestidas de blanco y negro, quienes cargaron la imagen de la Dolorosa, rodeada de flores blancas.
Con algunas pausas breves para hacer cambios de quienes cargaban la imagen, en el centro de la capital del estado sí se procuró el silencio, solo interrumpido cada 10 segundos por el sonido de los tambores, que anunciaban el paso de la Virgen.
Apóstoles vestidos de negro y blanco, así como el arzobispo, monseñor Jorge Carlos Patrón Wong, también marcaron el paso de la procesión, con la urna de cristal que contiene la imagen del cuerpo de Cristo muerto.
La Procesión del Silencio, que tuvo duración aproximada de 80 minutos, se efectuó posterior a los oficios de la Pasión del Señor, en los que los que el arzobispo le recordó a la Iglesia que Dios amó tanto al mundo, que entregó a su hijo.
“Jesucristo aprendió a sufrir y padecer, y tanto nos amó, que murió por cada uno de nosotros. A partir del Viernes Santo, todos los dolores, las insatisfacciones, las injusticias, las corrupciones, la muerte y la enfermedad que cada uno de nosotros puede vivir, y personas cercanas a nosotros viven o pueden vivir, los viven con Jesús”, dijo.
Subrayó que a partir de este Viernes Santo, nadie está solo en su sufrimiento y dolor, nadie se siente solo en los momentos más difíciles. Si se mantiene la fe, enfatizó, habrá aceptación y continuidad aun cuando todo parezca un fracaso o injusticia.
El silencio de la Procesión concluyó con cantos en la Catedral, donde en mensaje final, monseñor Jorge Carlos Patrón Wong apuntó que acompañar a María en su dolor hace mucho bien a los católicos.
“Jesús antes de morir demostró el gran amor por cada uno de nosotros entregando su vida, y antes de dar su vida dio a María para que fuera nuestra madre, para que como el joven apóstol Juan, nunca nos sintiéramos solos. Hoy acompañamos a María porque ella nos acompaña todos los días”, expresó.
Añadió que la enseñanza de María es que cuando se sufre, se tiene algún dolor o se hace frente a lo no deseado, a la muerte violenta o a la injusticia, hay que hacer silencio.
Mencionó que cuando se guarda silencio, se descubre lo que hay en el corazón y es posible distinguir entre los sentimientos, pensamientos e impulsos que son de un hijo de Dios y aquellos que son del espíritu del mal y pueden complicar las situaciones.
Llamó a rechazar el odio y la venganza y, desde el silencio, optar como María por los caminos de Dios, “porque por María hemos recibido el regalo de la fe y con ella podemos nacer en la confianza y en la esperanza”.