Ixtaczoquitlán, Ver.- Campo Grande, un pueblo tranquilo ubicado a poco más de 6 kilómetros del municipio de Ixtaczoquitlán, recuerdan los lugareños que la siembra de palmas y algunos invernaderos de la zona eran el principal atractivo del lugar sin embargo ahora su fama se torna a un tema más oscuro del que poco se dice, del que poco platican y que tiene aún en el asombro a los habitantes, ahora su tranquilo pueblo es el escenario de un cementerio clandestino.

La noticia del hallazgo de las fosas que el colectivo de Familias de Desaparecidos Orizaba-Córdoba y la Fiscalía General del Estado han encontrado en este pacífico y pintoresco lugar es algo que para muchos vecinos es casi imposible de creer.

Desde hace varios meses el colectivo encabezado por Araceli Salcedo ha trabajado en este lugar en la búsqueda y recuperación de cuerpos, comenta que son los lugareños quienes los contactan para pedir el apoyo cuando encuentran restos humanos, han sido 3 predios hasta el momento en los que se encontraron 32 cuerpos que comparten una característica, fueron desmembrados.

“La situación es grave, nos busca gente de la zona acudimos a su llamado y hemos encontrado un cuarto predio en donde vamos a empezar a hacer la prospección, los marcazos por parte del colectivo y esperamos tener el apoyo de la Fiscalía General de la República como lo hemos hecho en los últimos trabajos”, afirmó Salcedo quien comenta en los primeros predios la Fiscalía General del Estado no tuvo el mismo interés en continuar con el trabajo siendo que estuvieron por cerrar una de las fosas en donde al final se recuperaron 16 cuerpos.

Es desgastante, es una barbarie lo que se esta recuperando, algo que no le deseas a nadie, pero bueno vamos a tratar de recuperar y entregar dignamente a sus familiares los cuerpos de las personas que ahí se encuentran

Los vecinos del lugar poco hablan del tema de las fosas, todos se sienten seguros entre si pero no confían en los visitantes, al preguntar por la ubicación de las fosas clandestinas las personas solo señalan un lugar por donde dicen que se llega, pero nadie ahonda en la información o se atreve a decir la ubicación exacta de donde se encuentran este cementerio del terror.

Erika una joven nacida en este lugar de no más de 3 mil habitantes, nos relata como es la vida en esta comunidad en donde el campo de fútbol y la iglesia son el centro del pueblo, ahí se respira tranquilidad, o eso es lo que podría pensarse, sin embargo esta tierra encierra secretos entre los cerros que los rodean, cerros en donde se encuentran los predios marcados con cintas amarillas que señalan el lugar donde yacen los restos humanos de quienes fueron torturados, violentados y brutalmente asesinados.

“Hace tiempo había rondines, se veía a la policía seguido por acá pero ya no, de un tiempo para acá todo es muy tranquilo por eso nos sorprendió mucho la noticia del hallazgo de esas fosas, Campo Grande es un pueblo tranquilo, quizá en Tuxpanguillo o en otras comunidades haya desaparecidos pero aquí no, todos nos conocemos y es un pueblo en paz”, expresó la joven.

Con fe y confianza en su gente, así es como ella todos los días viaja desde su hogar hasta el municipio de Orizaba para poder estudiar y trabajar, comenta que si tuviera que irse de ahí sería por un mejor trabajo o ingreso pero no por miedo pues aunque se digan muchas cosas su vida está ahí y nadie la ha amenazado o molestado.

Pese a la tranquilidad que refleja el pueblo, las calles se ven vacías, los juegos infantiles sin niños y el campo solitario muestra la poca vitalidad o alegría que algún día tuvo esta comunidad, la cual también fue golpeada por la pandemia en donde el Covid-19 llegó para pegar aún más en la zozobra a los que viven ahí.

Las labores de medición, delimitación y profundidad han tenido éxito pues hallaron 9 fosas positivas en las que la mayoría de los cuerpos recuperados fueron desmembradas, de estos cuerpos se ha logrado entregar los restos de una persona a su familiar pues no todo es recuperar, sigue la parte de la identificación.

“Este es el fin de todo esto, porque recordemos que la palabra encontrar no significa identificar, la chamba ya la hicimos en cuestión de llevar a las autoridades al punto a que ellos trabajen en la recuperación y ahora nosotros debemos hacer la exigencia para que se hagan los trabajos adecuados de genética e identificación”, aseguró Araceli Salcedo.

Con trabajos de varilleo y geo-radar es como los integrantes del CFDOC han logrado detectar alteraciones en el terreno y por ende la exploración de las zonas que entre caminos alejados y en medio de cafetales han localizado los predios siendo en las fosas 7, 8 y 9 el lugar donde hallaron los 32 cuerpo exhumados.

“Las personas del lugar se acercan a nosotros y nos dicen llévenselos, por favor, llévenselos y que lleguen con su familia, la gente está muy agradecida con nosotros, nos llevan agua, comida y nos apoyan en lo que pueden, son gente de campo la que viven por ahí y el dejarnos buscar en sus predios es una gran participación con nosotros”, explica.

La petición a las autoridades es permanente, la poca empatía que tienen ante el dolor que sufren las familias que han perdido algún familiar y el poco interés que existe para trabajar de la mano con los colectivos es algo que ha sido una constante, por ello le piden al Gobernador Cuitláhuac García que ya voltee a vernos y apoye porque las familias lo merecen, expresó Araceli Salcedo.

“El colectivo de familias de desaparecidos Orizaba Córdoba AC pide a todas las personas que han tenido la desaparición de un familiar a que se acerque a nosotros, no están solos, los asesoramos y es muy importante que se hagan la prueba de ADN, se levante una denuncia y podamos ayudarlos porque uno nunca sabe quizá su familiar podría ser uno de los que estamos recuperando, porque la lucha por un hijo no termina y una madre nunca olvida” finalizó.