NAOLINCO, Ver.- Vender comida es una labor que requiere sacrificios, tenacidad y una dedicación permanente, expone la señora Rufina Pacheco Mendoza, quien tiene 20 años en este negocio, en esta población.
Para atender su clientela, ella todos los días elabora una buena cantidad de los tradicionales chiles rellenos de chipotles, pollo, res y queso, chilatole de codillo, arroz, frijoles y mole.
Originaria de la comunidad de Acatlán llegó a vivir a Naolinco hace poco más de 20 años por cuestiones laborales de su esposo y fue que aprendió a cocinar los platillos tradicionales de la región y se decidió a comenzar un negocio propio.
Fue la necesidad económica y el querer salir delante de una forma digna que empezó a planear lo que cocinaría para instalar su negocio, “que aunque es bastante modesto le permite ganar un ingreso que le hace falta a su familia, además de que empleo a otra persona y eso es muy importante”.
Resalta que uno de los secretos para que muchas familias escojan a Naolinco como destino gastronómico es que la preparación es un aprendizaje que herencia de las familias.
“En mi caso aprendí de mujeres que tienen las recetas originales para preparar los famosos chiles chipotles en los que se utiliza panela para que no piquen y porque les da un sabor único, además en el caso de los xalapeños van asados porque es una forma de darles el saber original y eso a las personas que llegan a comer a esta población les encanta y por eso regresan cada vez que es posible”.
En su caso que su comedor está ubicado en las afueras del pueblo, específicamente en la vía que lleva a su pueblo Acatlán, pues tiene diversos platillos que son característicos de la región como coliflor capeada con queso, tortas de papa con queso, mole o guisados como son los chilatoles.
Indica que en su caso pues es más buscada por las personas que van de salida y se detiene al ver su mesa de chiles, “eso es lo que les llama la atención y siempre me compran y regresan porque saben que aunque sencillo son deliciosos sus preparaciones”.
Comenta que es bueno que ahora esta población sea Pueblo Mágico porque llegan más visitantes y son más altas las ventas, “lo que sí puedo decir que este negocio no es fácil dado que requiere de trabajo casi 12 horas, porque mientras una despacha otra prepara salsas y tortillas de mano que van con los chiles o el mole.
También vende tacos de carnitas, cueritos y longaniza que también es casera y orgánica porque se prepara de forma artesanal en esta población.
Resalta que el platillo que más vende porque a las familias les encanta es la costilla en chile seco. “Es un platillo que siempre es solicitado por las paseantes, por lo que todos los preparamos una buena cazuela de esta delicia”.
