Veracruz, Ver.-Pese a la tragedia ocurrida en Texas, donde 51 migrantes fallecieron asfixiadas y sofocadas por el calor tras ser abandonados en un tráiler de un camión, el obispo de Veracruz, Carlos Briseño Arch asegura que no ha inhibido el interés de indocumentados por llegar a Estados Unidos.
Muestra de ello son las constantes solicitudes de apoyo de migrantes en Casa Santa Ana de Boca del Río y el Albergue Decanal Guadalupano en Tierra Blanca.
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“Son oleadas, a veces me han pasado los informes, y a veces en semanas llegan 100, 200 o hasta 500, hay épocas donde vienen muchos, otras donde vienen poco pero siempre están constantemente viniendo migrantes. No dejan de pasar por la casa de atención a migrantes”, dice el prelado.
Briseño Arch se pronuncia porque la tragedia de Texas sirva de reflexión para quienes tienen la intención de buscar el sueño americano de manera ilegal, pues los riesgos que corren tanto ellos (migrantes) como sus familias, son cada vez más peligrosos, ya que hace ver que están expuestos a ser utilizados para la venta de órganos, abuso sexual en las mujeres, secuestros, maltrato hasta accidentes fatales.
Y si bien es cierto, pide pensarlo, tampoco que se juzgue por el actuar de los indocumentados.
Por ello, el ministro de la Iglesia Católica también exhorta a la población veracruzana a no dejar de ayudar a los migrantes, pues la odisea por la que pasan la mayoría es de sufrimiento.
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Carlos Briseño menciona en ese sentido que el mensaje de esta misa dominical en la Catedral de Veracruz, fue la hospitalidad con el prójimo, que ha sido una de las características del pueblo mexicano.
“Yo siempre he presumido incluso en el extranjero que los mexicanos tenemos esa cualidad de ser hospitalarios, pero precisamente por la influencia a veces anglosajona y la influencia a veces egocéntrica de nuestro mundo a veces nos hemos vuelto muy individualistas y egoístas, y este evangelio es lo que nos invita a la hospitalidad, a tratar de dar los mejor de nosotros a los demás , cuando atendemos a algún necesitado o pobre, que no se nos olvide que estamos atendiendo a Dios, que es más de lo que vamos a recibir de Dios, que lo que podemos dar a aquel necesitado, el señor siempre bendice y multiplica, cuando somos generosos con los demás”, concluye.