En 2024 existe el “techo de cristal en la ciencia” y no se debe dejar de señalar que faltan políticas públicas, leyes y que los hombres asuman su responsabilidad dentro de los hogares, expresa Addy María Gómez, subdirectora de Vinculación Institucional y Fortalecimiento Municipal del Instituto Veracruzano de las Mujeres.
“Los trabajos de cuidados o la maternidad no tienen que limitar a una mujer a desarrollarse plena y profesionalmente, si tiene dificultades quiere decir que esa política pública o institución es discriminatoria”, apuntó en conferencia.
- Te puede interesar: ¿Empleos temporales en Canadá? Realizan foro para informar a trabajadores veracruzanos
Sistema de Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas
De acuerdo con datos del Sistema de Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas, menciona que en México hay 494 mil 753 mujeres y 996 mil 519 hombres estudiantes; la brecha de género en las carreras STEM se ha reducido 4.4 por ciento en 10 años y de seguir esta tendencia, México tardaría 37 años en cerrar la brecha.
Añade que la matrícula de mujeres en carreras STEM debe aumentar al menos 71 por ciento para igualar la de los hombres. En sueldos, apunta que las mujeres en estas áreas ganan en promedio 13 mil 336 pesos al mes, lo cual equivale a un ingreso 8 por ciento mayor al de las mujeres que no son STEM.
Señala que las brechas de género en STEM comienzan en la infancia y se abren con el tiempo, por lo cual es necesario un cambio de paradigma desde la educación básica, con énfasis en secundaria y bachillerato.
En su participación en foro coordinado por el Consejo Veracruzano de Investigación Científica y Desarrollo Tecnológico sostuvo que la brecha de género en la ciencia sigue siendo una tarea pendiente; además, nombró las condiciones de desigualdad que prevalen en la administración pública para los puestos de toma de decisiones, al tratarse de empleos de tiempo completo.
Al referirse al término “escaleras rotas”, expuso que hay el 58 por ciento de participación laboral femenina en los niveles intermedios de empoderamiento económico, pero con ganancias inestables y vulnerables a los cambios.
La participación laboral volátil y creciente dificultad para conciliar empleo y trabajo doméstico y de cuidados, anota, hace que en determinadas circunstancias no puedan llegar a la cima de la igualdad.
Ante niñas, jóvenes, científicas y tecnólogas, explicó que el techo de cristal se refiere a las barreras invisibles que representan los límites a los cuales se enfrentan las mujeres en su carrera profesional, no por falta de preparación.
Por la estructura social, añadió, las mujeres no destinan el mismo tiempo que los hombres para la formación profesional, los empleos y a la investigación, pues sus roles siguen siendo con un enfoque de cuidados.
“La familia, la ciudadanía y el Estado indican que las mujeres primero deben atender lo privado, un papel reproductivo, un rol de cuidados, un trabajo no remunerado y normalizado que sí impacta en el ámbito profesional y puestos de liderazgo”, enfatizó.
En las políticas públicas, subrayó, siguen ser tomadas en cuenta las desigualdades, cuando si por fin una mujer logra tener licenciatura y posgrados, pero también ser madre, su acceso a la investigación es mínimo por la exigencia del tiempo completo.
“Culturalmente se ha creído que no podemos desarrollarnos en ambos ámbitos y los gobiernos deben promover que sí es posible pero atendiendo las desigualdades con leyes y presupuestos etiquetados para becas y apoyos. Las leyes tienen que cambiar para que las nuevas generaciones le apuesten a la investigación”, indicó.
Addy María Gómez menciona que en otros países se ha logrado avanzar más, pese a ello, basta observar los Premios Nobel: en el área de Física, solo cuatro son para mujeres y 212 para hombres.
En fisiología, 12 para ellas y 210 para hombres; siete para químicas y 179 para químicos. No es exclusivo de estas áreas, en literatura, 101 han sido premiados y solo 16 las premiadas.
Indicó que para romper el techo que limita a las mujeres a salir adelante, más mujeres tienen que ocupar puestos de decisión y en las investigaciones para volverse modelos para las nuevas generaciones. Finalmente dijo que cuando una mujer llegue a la cima, cree redes de apoyo para sostener e impulsar a otras.