CÓRDOBA, Ver.- Una de las enfermedades mentales que más atañe a la población es el trastorno de bipolaridad, el cual lejos de ser tratado llega a ser estigmatizado, situación que complica aún más su tratamiento, alerta el psicólogo César Sinhué Gómez Sánchez, quien detalla que es la euforia máxima a la depresión extrema lo que viven actualmente más de 3 millones de personas en México.
El 30 de marzo se conmemora el Día Mundial del Trastorno Bipolar y según la OMS es la sexta causa de discapacidad en el mundo, la bipolaridad es un trastorno del ánimo que afecta o bien el área de la felicidad como el área de la tristeza y se tienen brotes que pueden ser de manías o de depresión teniendo sus orígenes en distintos factores que van desde el grado hereditario hasta un problema de índole hormonal.
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La bipolaridad puede tener influencia de tipo hormonal, relacionado con la enfermedad del hipertiroidismo, pues cabe destacar que la hormona tiroidea se encarga de regular sistemas de neurotransmisión de serotonina y noradrenalina en el cerebro humano, algo puede interferir en el comportamiento y afectar el estado de ánimo, causar ansiedad o depresión.
Cuando están en episodios de manía que es un momento de euforia, los bipolares son muy extrovertidos, hablan mucho, tienen una tendencia muy alta al consumo de drogas y a la promiscuidad, “tienen muchísima energía, como si hubieran consumido cocaína que es un psicoestimulante, son extremadamente felices y eufóricos, no duermen y se ríen mucho”, explica el psicoterapeuta.
En contraste con la depresión estos cambios son totalmente opuestos, se pueden ver devastados, desganados, con llanto, sin intensión de levantarse de la cama, en algunos casos pueden llegar a tener alucinaciones, una falta del arreglo y preocupación social, que los puede llevar al suicidio.
“Es un cambio súbito y desproporcionado de la realidad que puede tener desenlaces fatales, los problemas emocionales pueden llegar al suicidio de no tratarse a tiempo”, afirma. Son infieles y tienen un vínculo con la promiscuidad y adicciones que los expone a enfermedades autoagresivas y comportamientos desafiantes con la autoridad hasta llegar a comportamientos autosuicidas.
En terapia los profesionales ayudan a los pacientes a identificar este tipo de brotes para saber en qué momento acudir al especialista, esto para solicitar ayuda o tener las contenciones debidas que puedan suministrarles el medicamento adecuado para contener el brote de manía o depresión.
Es importante señalar que la bipolaridad no tiene cura, solo se debe llevar un tratamiento permanente para contener los episodios que conlleva la enfermedad. Rodrigo Castillo Pérez, psicólogo clínico particular, explicó que el Trastorno Afectivo Bipolar es un problema de salud denominada como Trastorno Afectivo que van encadenado con el manejo de las emociones siendo este una alteración a nivel neurotransmisor del cerebro que son sustancias que regulan la capacidad de controlar las emociones.
Este trastorno mental influye en la capacidad de control de las emociones, pensamientos y conductas, pero también esta enfermedad puede ser heredada, ya que si hay familiares con este tipo de problema de salud existe un 80 por ciento de probabilidad genética de adquirirlo, "la parte genética que heredamos de nuestros antepasados existe una carga que da predisposición".
Castillo Pérez manifestó que los factores medioambientales, de aprendizaje e inmediatos que llegan a generar eventos traumáticos en la persona que si no cuenta con el apoyo intrapsíquico se puede ver rebasados, puede generarse un factor de riesgo para padecer algún Trastorno Afectivo o el Trastorno Bipolar.
Cuestionado sobre las afectaciones emocionales con la llegada del Covid-19, el doctor afirmó que la presencia de síntomas en la población se generalizado existiendo demanda del servicio psicológico pues la vida social, laboral y de convivencia fuera de casa se vieron cancelados, "si hay personas que ya contaban con alguna condición predisponente a una enfermedad mental, todos estos estímulos adversos y la desinformación acerca del Covid-19 puso en riesgo la estabilidad emocional".