Priorizar al estudiante en su contexto y brindarle herramientas para que se forme un criterio propio es lo que impulsan los trabajos en la Telesecundaria José María Morelos, ubicada en la comunidad Tepaxapa, en el municipio de Soledad Atzompa.
Rafael Sánchez Castillo, docente desde hace cerca de 10 años, tres de ellos en Tepaxapa, destaca que los maestros de la Telesecundaria se organizan de forma colaborativa, trazan proyectos transversales y multidisciplinarios donde se abordan distintos temas, tales como el feminismo, conocimiento y manejo de las emociones, adicciones, medioambiente y ciberacoso, entre otros.
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Talleres solidarios para los alumnos
Enclavada en la sierra, en una comunidad nahuahablante donde, de acuerdo con el INEGI, el índice de pobreza es muy alto y la media escolar es secundaria, Tepaxapa tiene características y problemáticas propias que no suelen verse reflejadas en los programas escolares, por lo que el colectivo de maestros se ha dado a la tarea desde hace algunos años de que los contenidos en clase hagan eco de la comunidad.
Dentro de las actividades que planean, explica Sánchez Castillo, se encuentra la gestión de talleres solidarios, donde profesionistas de diversas ramas del saber acuden a la telesecundaria para compartir conocimientos. Así, el estudiantado ha recibido clases de poesía, artes visuales, artes plásticas, serigrafía, fanzin, periodismo, ciencia, entre otros.
“Afortunadamente hemos tenido el gusto de contar con personas que han querido sumarse al trabajo de la escuela, (…) cabe mencionar que quienes van lo hacen de manera solidaria, es decir, no se les paga; las y los encargados de esos talleres van porque quieren dar un beneficio a la comunidad estudiantil, pero no reciben nada a cambio, se podría decir que lo hacen por amor al arte y eso lo notan las y los estudiantes, son conscientes del esfuerzo que hacen por llegar y lo agradecen y estar súper contentos”, indica el docente.
Aprender a ser colaborativos
La Telesecundaria da, en este ciclo escolar, servicio a cerca de cien estudiantes, aunque la matrícula ha sido más amplia, y asisten jóvenes de al menos nueve comunidades, no sólo de Soledad Atzompa, sino de otros municipios serranos.
Entre los asistentes hay quienes caminan de 30 minutos hasta 1 hora para llegar al plantel, por lo que existe el fuerte compromiso de los docentes de dar clases de calidad y con pertinencia social; abunda que la forma de trabajo de la escuela es ya un sello que los identifica entre la población, por lo que, pese a la lejanía, familias de otras localidades prefieren que las niñas y niños acudan a este centro.
Sánchez Castillo señala que tanto los talleres solidarios como las actividades y proyectos que manejan en la escuela tienen como fin principal fortalecer al alumnado. Además, dado que es una comunidad nahuahablante, se fomenta que el alumnado use su lengua y la integre en las actividades que se realizan, como una forma de apropiación y orgullo por su identidad.
“La prioridad siempre es el y la estudiante; el objetivo es otorgarle herramientas que pueda utilizar en su vida para tener un mejor desarrollo; algo que también tenemos claro como docentes es que no podemos llegar con una forma de pensar para implantarles, no les decimos lo que es bueno o malo, nosotros les mostramos el panorama y ya ellos, a partir de diversos procesos metacognitivos, van analizando, reflexionando, enlazándolo con lo que pasa en su comunidad y a partir de ahí ellos decidan”, explica el docente.
Indica que lo que se busca es “que sean críticos de su entorno y de sí mismos, que aprendan a trabajar de manera colaborativa, a apoyarse unos a otros”.
Para finalizar, Rafael Sánchez agrega que pese a las adversidades que se puede tener como docente, el trabajo deja diversas satisfacciones, entre ellas “ver al estudiante ser crítico, ser reflexivo de su contexto, de su entorno y de su territorio; esa es una gran satisfacción y vale mucho la pena”.
