En Veracruz no cualquier persona puede ser policía; se requiere de coraje y de vocación porque no es un trabajo fácil, coinciden elementos estatales y municipales, quienes forman parte de las corporaciones de seguridad.
¿Cuál es la historia de Alicia como policía en Xalapa?
Alicia Olarte Hernández tiene dos años dentro de la Secretaría de Seguridad Pública; asegura que desde niña quiso ser policía porque uno de sus sueños siempre fue ayudar a los demás, aun con los sacrificios que ello implica.
Tiene 26 años, pero recuerda que desde que tenía 14 se imaginaba así. Para ella cualquier persona podría ser policía siempre y cuando tenga la vocación y el amor hacia su labor.
Tal como le sucede a Ana Laura, una de las cosas más difíciles ha sido separarse de su pequeño hijo de 7 años pues si bien sus seres queridos la respaldan, confiesa que al inicio no estaban muy de acuerdo porque es la única mujer de la familia que es policía y siempre han sido muy unidos. “En un inicio no querían por el riesgo, por la distancia, pero ahora ya están de acuerdo”, narra.
Alicia tomó un curso inicial de seis meses, antes de ingresar a la corporación, aunque todo el tiempo recibe actualizaciones. Durante ese tiempo estuvo en la Academia de Policías de donde solo salía los fines de semana.
“Lo que fue más difícil para mí, fue el salto de decisión porque le temo un poco al agua. Ahí demuestras tu valentía al lanzarte de la alberca y va por metros, para mí eso fue lo difícil (…) pasan muchas cosas, lo económico, la distancia, la familia. En algún momento es difícil, pero yo quería ser policía”.
Coincide en que entre lo más complicado de su labor es separarse de su hijo pues han pasado hasta dos meses sin verlo, “a veces también se van cancelando franquicias y hay que aguantar”.
Pero Alicia sostiene que lo que más disfruta es ayudar a los demás y que no todo es malo, porque siempre está aprendiendo.
“Algunas de las cosas que tiene esto es que tienes la oportunidad de crecer, en mi caso empecé únicamente para estudiar criminalística cuando era civil, pero por problemas económicos no lo pude continuar, pero aquí sí hay la posibilidad y te dan el espacio para que tú puedas seguir estudiando”.
Entre las experiencias que más recuerda está la del pasado miércoles que en recorrido por Coatzacoalcos, una familia se les acercó para pedirles apoyo porque una mujer estaba en labor de parto; ella cortó el cordón umbilical de la recién nacida.
“A mí me dejaron ingresar porque había puras femeninas dentro del domicilio y nació una nena. Les ayudé a cortar el cordón umbilical, acá tenemos los cursos, pero es lo básico, no me he enfocado en eso, pero sí pude. Me sentí muy bien, es muy grato saber que puedes aportar algo a la ciudadanía y también para que la ciudadanía se dé cuenta que pueden confiar en nosotros, que pueden recibir el apoyo de nosotros en cualquier momento”.
Una de sus metas es capacitarse para poder brindar un mejor apoyo en la unidad de género a través de la cual pueda atender casos de violencia contra las mujeres, “me gustaría capacitarme para tener conocimiento y ayudar a las mujeres que sufren violencia de género”.
Sobre su salario, expuso que, si bien podría ser mejor, a diferencia de otros empleos es bueno, aunque ella sabe del riesgo que implica su trabajo, asegura que nunca piensa en eso, “nunca voy con el pensamiento de que algo me va a pasar, pero sí estoy consciente de lo que puede suceder, estamos expuestos a mucho”.
En la institución te enseñan a que te cuides, a hacer bien tu trabajo, opina explica Maximino
Maximino Calderón Hernández de 50 años, lleva 10 años como policía, aunque es oaxaqueño, trabaja en Coatzacoalcos en la Secretaría de Seguridad Pública. “Esto me nació, como cualquier persona, tenemos vocación de servicio. Lo que más me gusta es lo operativo, patrullajes y prevención del delito”.
Entre lo más difícil de su trabajo, asegura, está el detectar algún delito en la vía pública, pero ello no le quita las ganas de seguir ayudando.
Narra que dependiendo de los programas de las instituciones a las que pertenezca, pues en un inicio participó en la policía municipal, es el tiempo de capacitación que debe recibir.
“En mi caso desde 1995 para acá lleva algo de tiempo, y el municipio donde estaba primero, luego la estatal, cada programa que maneja la institución pues nos invitaba a nosotros a que viniéramos al curso a capacitarnos más, a veces eran cursos de un mes, de tres meses o hasta seis meses en que se tienen diferentes materias, lo que es armamento y balística, prácticas de tiros, derechos humanos, derecho penal”.
Aunque sostiene que la formación de la policía es un tiempo fuerte para ellos, logran aprender y en su caso siempre ha contado con el apoyo de sus hijos y su familia. “Mi papá es quien más está atento de mi vida, mis hermanos están fuera. No hay temor porque acá en la institución te enseñan a que te cuides, a hacer bien tu trabajo”.
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Maximino comparte con Alicia que el pasado miércoles en recorrido en la unidad de género, sobre la calle Francisco I. Madero en la colonia Guadalupe Victoria en Coatzacoalcos, cerca de las 4:20 de la mañana, se les acercó una mujer a pedir ayuda porque una familiar estaba por dar a luz.
“La compañera ingresó al domicilio con apoyo de la familia y fue que la ciudadana dio a luz a una niña, mientras que nosotros estábamos afuera con la ambulancia pendiente para que llegara y hasta que llegó la ambulancia se atendió y nosotros apoyamos en cierta manera en eso, es lo más bonito que hemos pasado recientemente”.
Cuando otros se divierten a ti te toca cuidar, señala Ana Laura
Ana Laura Aparicio de 32 años, el próximo 17 de agosto cumplirá 4 años de servicio, y durante este tiempo ha sacrificado mucho, lo más valioso, tiempo con sus hijas.
Al inicio, el ingreso a la policía municipal de Xalapa se dio como una necesidad, porque, aunque es maestra en psicopedagogía, en la pandemia se quedó sin empleo y se vio obligada a buscar un ingreso para su familia. Supo de la convocatoria y tras pasar los filtros y cumplir cinco meses y medio de "muy dura" capacitación empezó a trabajar.
"Por una amistad conocí la convocatoria, metí mis papeles y se me dio la oportunidad. Ingresé a trabajar el 17 de agosto, inicio mi academia y en diciembre comencé operativamente y ya voy a cumplir 4 años en el servicio. La capacitación es pesada, es pesado porque son horarios muy extensos, casi no duermes, el ejercicio físico, muchas clases de armamento, función policial, acondicionamiento físico, de todo, para las personas que venimos de la vida civil, sí es muy pesado".
Narró que después de dejar sus papeles como parte de los requisitos, pasaron cerca de dos meses cuando le llamaron para decirle que ya tenía fecha para que se presentara en el C4 (Centro Estatal de Control, Comando, Comunicaciones y Cómputo) donde debía pasar los exámenes de control y confianza y después ingresar a la academia de policías y así fue. Aunque revela que muchas personas no lo aguantan porque hay días que deben empezar a las 4 o 5 de la mañana, por semanas en las que incluso pueden dejar de ver a sus familias, ella no desistió.
Pese a todo, es un trabajo que disfruta porque tiene oportunidad de ayudar a quien lo necesita. Y es que, aunque al comienzo su trabajo fue totalmente operativo, después de dos años y medio, logró estar en el área de Atención a Víctimas donde asegura puede brindar un apoyo importante a quienes atraviesan por una situación adversa o de riesgo.
Para Ana Laura cualquier persona con valor y decisión puede ser policía, porque es difícil dejar la vida civil, "porque dejas muchas cosas, dejas de compartir tiempo en casa, tiempo con tu familia, las épocas que se deben celebrar con tu familia o festividades, ya no puedes estar al cien por ciento, cuando otros se divierten a ti te toca cuidar entonces sí es un poco complicado".
Aunado a ello, una situación compleja es saber que siempre se corre un riesgo porque saben que salen de casa, pero no tienen la certeza de que va a regresar, lo que como mamá es muy difícil de asimilar.
"El papá de mis hijas me apoya mucho, para mis hijas al inicio fue muy difícil, ellas no querían porque siempre está el miedo de que algo te vaya a pasar, pero yo platico mucho con ellas, les explico mi trabajo y les hago ver que ya no es como antes, a mí me hubiera encantado tener una vida en la que yo me pudiera quedar en casa y cuidar a mis hijas y que no les faltara nada, pero desgraciadamente ya no se puede y si yo quiero un mejor futuro para mis hijas empiezo desde mi casa, a trabajar yo, a hacer un cambio".
El sueldo de los policías municipales es de 16 mil pesos y asegura que tener un sueldo en un trabajo estable es suficiente porque le da tranquilidad.
“En la actualidad tener un trabajo donde tu ganes un sueldo seguro ya es suficiente. No me conformo porque siempre quieres progresar más para tu familia, pero considero que es un muy buen sueldo, nos están apoyando mucho entonces se va compensando un poco el sueldo y el trabajo”.
Ana Laura sostiene que lo que más le gusta de su trabajo es poder apoyar en este momento en Atención a Víctimas, y tener un contacto cercano con la ciudadanía a quienes se les apoya y asesora en cuestiones jurídicas e incluso emocionales; de lo más difícil que debe enfrentar son los horarios porque como ellas, las policías que son madres deben dejar a sus hijos hasta por 48 horas porque los turnos pueden ser de 24 por 24 y sábado y domingo de 48 horas lo que puede resultar complicado para muchas.
“Porque es buscar quien cuide a tus hijos, tener que pagar un poquito más para ver con quién se quedan, qué comen, dónde están y es pesado, pero es de lo que único que digamos, a mi me cuesta un poquito (…) pero yo creo que si tienes una gran necesidad y la vocación te quedas, yo dije que venía por un tiempo y ya llevo cuatro años, me gusta, te acostumbras a estar aquí y generas hermandad”.
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El policía entre mejor pagado sea, mejor policía será, afirma Luis
Luis Urdanibia es actualmente el jefe de la Unidad de la Brigada de Vigilancia Animal de Xalapa y tiene 44 años, cinco de ellos en la Policía Municipal. Él tiene claro que ser policía es una profesión difícil, pero también apasionante.
“Pero pienso que cuando uno cumple con todas esas características para ser un servidor público no tiene ningún tipo de problema para pasar esos filtros. En mi caso, al día de hoy he cumplido con todos los requisitos en cuestión de salud mental, física, conocimientos y en general, y me gusta”.
Llegó a la corporación por invitación del ex director de la corporación Francisco Villa Campa pues anteriormente trabajaba en la Policía Municipal de Nezahualcóyotl; ingresó a la corporación para implementar la “policía de barrio, de proximidad” por lo que fue de los iniciadores de ello.
“Y estoy actualizado en mis competencias básicas, en mis constancias de formación inicial de diferentes policías. Como tenía vigentes mis controles y confianzas, mi formación inicial y demás, el proceso de ingreso es más breve”.
Luis inició su trabajo al interior del Ejército Mexicano, después en la Policía Federal donde estuvo un año, en la policía del Estado de México, en Sonora y finalmente en Xalapa.
“Llegando a Xalapa nuevamente vuelvo a presentar exámenes de control y confianza y me mandan a mis competencias básicas que son documentos que tenemos que tener actualizados todos los policías”.
Como Ana Laura, sostiene que su ingreso a la primera corporación de seguridad a la que perteneció obedeció a una necesidad de un empleo, pero después hay un amor a su labor que los hace permanecer.
Luis está seguro de que no cualquier persona puede ser policía pues debe cumplir con muchos requisitos, contar con muchas cualidades y tener aptitudes que le permitan servir a la ciudadanía.
“Porque lo que hacen las academias es cambiar tu vida civil a una policial. Donde un tiempo estás entre semana internado, te levantan a diferentes horas, tu alimentación no es exacta, el acondicionamiento físico para la resistencia, hay técnicas, temas teóricos y demás”.
Aun con lo que implica dice que él no inicia su día con temor sino con ánimo y entusiasmo de salir a proteger la vida de la ciudadanía que es su primera misión.
Para Luis, los policías son los que mejor pagados deberían estar pues es una profesión difícil y siempre están expuestos a todo tipo de situaciones, “siempre he pensado que el policía entre mejor pagado sea, mejor policía será, libre de los malos hábitos que se han dado”.
Agrega que para su familia también ha sido difícil la adaptación porque tiene hora de entrada, pero no de salida, “a veces hay que trabajar en días festivos y demás, pero mi familia siempre me ha apoyado en esta profesión”.