Veracruz, Ver.- Ángel Fletes Valladares es guardavidas desde hace 15 años y aunque reconoce que se trata de un oficio de alto riesgo, lo describe con pasión.
Desde hace tres años forma parte del cuerpo de guardavidas de la Dirección de Protección Civil Municipal en el puerto de Veracruz. Comparte que describió su vocación de servicio, cuando asistía en las urgencias a su padre que era médico cirujano, pero a diferencia de él prefirió prepararse para ser un profesional que atendiera llamados de auxilio en casos de emergencias.
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Fue así que ingresó a la carrera de Técnico de Urgencias por la Cruz Roja, dedicando su adiestramiento académico y profesional al perfil de atención prehospitalaria, para convertirse en guardavidas.
¿Qué se necesita para ser salvavidas?
Y es que de acuerdo a la experiencia de Ángel, para ser salvavidas en las aguas, se necesita tener un perfil que tenga conocimientos en atención en emergencias, sepa de prevención y, además, goce de una excelente condición física, que le permita atender cualquier caso por difícil que parezca.
Como guardavidas en el puerto de Veracruz, ha brindado atención en 11 rescates efectivos, en todos pudo sacar a personas que estaban apunto de ahogarse en la bahía; además de colaborar con atenciones múltiples de emergencia en la zona de playas.
Pero antes de formar parte del cuerpo que vigila las playas jarochas, trabajó por más de una década en embarcaciones que recorrían la sonda de Campeche, prestado servicios de rescate para marinos que sufrían accidentes en las plataformas petrolera.
Fue cuando prestaba servicios en alta mar, que vivió uno de los momentos más difíciles de su carrera, cuando tuvo que contribuir al rescate de cuerpos en la explosión de la plataforma Acatum Alfa.
“Me tocó la explosión de Acatum Alfa, me tocó rescatar los cuerpos, personas quemadas que uno ve ahí, es una experiencia bien fea, a parte es muy triste, porque uno va a rescatar a las personas que ya fallecieron”, comparte.
Sin embargo, en la línea de playa que vigila en la ciudad de Veracruz, el riesgo no es menor que en los mares donde trabajaba anteriormente, ya que debe mantenerse alerta ante cualquier incidente o imprudencia de los bañistas.
¿Cuáles son los riesgos en las playas de Veracruz?
En las playas de Veracruz, afirma que son dos los factores de riesgo más comunes, uno de estos es la imprudencia de las personas, la otra son bañistas en estado de ebriedad, que desatienden cualquier indicación que se les dé, aunque esta sea para salvaguardar su propia vida.
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“Aquí en las playas el riesgo más latente que tenemos son las personas alcoholizadas, ya que son muy imprudentes, les das una indicación o ves que entran en estado etílico y los quieres retirar, se vuelve una pelea constante de sacarlos, ese es el riesgo más latente, el alcohol y la imprudencia de la gente”, declara.
Pese a lo anterior, Ángel no se muestra disgustado por su trabajo, al contrario, se trata de una actividad que no cambiaría por nada, y en la cual ejerce tratando de hacer la diferencia, educando a la población sobre los riesgos que se deben tener en cuenta para prevenir y cuyos consejos afirma han tenido eco entre los bañistas.
“Desde mi parecer ha bajado los factores de riesgo, pero no es por los señalamientos, es porque nosotros implementamos un sistema en el que implementamos recorrido dentro y fuera del agua, para ir corrigiendo las áreas en donde están los bañistas, poco a poco han entendido que no se deben acercar a las líneas de nado o zonas de riesgo”, agrega.
Ángel Fletes comparte que su rutina inicia a las 9:00 de la mañana junto con sus compañeros, en la estación del Heroico Cuerpo de Bomberos recibe las primeras indicaciones del día por parte del Jefe de Guadavida, quien indica las playas que recorrerá en el día para después ser trasladado al sitio.
¿Cómo influye el clima en los rescates?
El estado del tiempo es una de las cosas que poco importa, ya que lo mismo debe custodiar las playas si llueve, hay norte con vientos violentos o un sol intenso que mantiene las altas temperaturas.
En este trabajo, afirma, es cuestión de mantenerse alerta durante toda la jornada, alternando la vigía en las torres con vista amplía al mar, y los recorridos cada media hora en la zona de arena y dentro del mar, atento siempre a cualquier eventualidad.
Aunque dice que cada día puede ser distinto por las condiciones climáticas y el tipo de personas que llegan a bañarse al mar, dice que de algo siempre está seguro, que es poner en riesgo su vida sin importar que no conoce a la persona que necesita su ayuda.
“Cada que entra uno pone en riesgo su vida, esta labor es muy bonita, desgraciadamente es muy minorizada, lo que hacemos nosotros es poner nuestra vida por personas que muchas veces ni conocemos, casi siempre ni las gracias te dan”.