En los últimos seis meses el costo de los fertilizantes utilizados en el cultivo de café, caña, maíz, frijol y limón incrementó más del cien por ciento, lo que podría derivar en una escalada de precios al consumidor, comentan ingenieros agrónomos y productores.
Ante dicha situación algunos de los productores han tomado la decisión de no sembrar o de buscar alternativas como la generación de abonos orgánicos para poder lograr sus cultivos.
Actualmente, el fertilizante Urea Fertiquim en presentación de 5 kilogramos tiene un costo de entre 320 y 395 pesos; el de 10 kilogramos va de 540 a 570 pesos; y el de 50 kilogramos oscila entre mil 300 y mil 485 pesos.
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El bulto de 50 kilogramos de Urea Yara tiene un precio de 2 mil 850 a 2 mil 995 pesos. La Urea foliar en presentación de un kilogramo oscila entre los 120 y 144 pesos.
La Urea al 46 de nitrógeno de 1 kilogramo oscila entre 230 y 250 pesos, el bulto de 20 kilogramos tiene un costo de entre 900 y mil 050, y el bulto de 50 kilogramos va de los 2 mil 400 a los 2 mil 500. Mientras que el sulfato de amonio en presentación de 50 kilogramos se ubica entre mil 218 y mil 485 pesos.
Aumento que daña al campo y los bolsillos
El ingeniero agrónomo, Raymundo Cerón Cortés, manifestó que el incremento se registró en los últimos meses; sin embargo, se agudizó con la guerra registrada entre Rusia y Ucrania, la cual inició a finales de febrero.
“El costo incrementó sobre todo en los fertilizantes químicos, ya que del precio que se tenía subieron más del cien por ciento. Refirió que el aumento a estos productos es un impacto negativo, dado que los productores no cuentan con los recursos suficientes para poder cubrir su costo.
“Las tierras están muy pobres y si no se aplica el fertilizante a los cultivos bajan el rendimiento, la calidad y, por lo tanto, los alimentos van a encarecerse”, expuso.
Afirmó que ante el aumento en los fertilizantes los productos tendrán un incremento progresivo en su costo, ejemplo de ello es el azúcar que ya ha comenzado a registrar un alza. “No se tiene dinero para adquirir los fertilizantes y la producción será menor y ante la demanda el costo va a escalar”, comentó.
Puntualizó que al aumento a los costos de los fertilizantes se le debe añadir la comercialización de los productos, mismos que, la mayoría de las veces, son pagados a bajos precios.
“Uno de los graves problemas a los que se enfrentan los productores es el cuello de botella que se genera con la venta, ya que muchas veces los pagos por los alimentos son menores y, en otras ocasiones, pasan por intermediarios que desvalorizan su trabajo, estamos en una situación crítica que va a provocar afectaciones en los bolsillos de las familias”, detalló.
Las siembras ya no serán negocio
El productor de maíz, Fernando Moreno, aseguró que ante el incremento en el costo de los fertilizantes será imposible lograr una ganancia, por lo que la mejor opción es dejar de sembrar. Explicó que en su caso un bulto de 50 kilogramos le sirve para media hectárea de milpa y tiene una siembra de 10 hectáreas.
Por cada media hectárea logra una producción promedio de 15 costales de elote o maíz, según lo que decida que va a comercializar. La última vez que sembró, en julio del 2021, tuvo un gasto de 8 mil 520, ya que aplicó 20 bultos y cada uno le costó 426 pesos.
Sin embargo, ante el aumento registrado el gasto sería de 26 mil pesos, al considerar que el costo menor actual del bulto de fertilizante de 50 kilogramos es de mil 300 pesos. A este gasto se le tiene que sumar el matamonte, el cual tiene un precio actual de entre 380 y 450 pesos el litro, cuando anteriormente costaba entre 260 y 320 pesos.
El litro de matamonte, que se utiliza para eliminar la hierba que no permite el crecimiento de la milpa, sirve para 5 bombas con 20 litros de agua, las cuales se echan en media hectárea de terreno.
“Esto jamás va a ser negocio, con estos gastos y la misma producción es imposible que se tenga una ganancia, lo mejor es dejar de lado la siembra y dedicarnos a otra cosa porque se necesita mantener a la familia”, expuso el productor.
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En su opinión, es preferible dejar de producir que incrementar el precio de los alimentos de tal forma que no sólo las familias que los adquieren tengan un daño económico, sino también los productores porque se corre el riesgo de que los productos no se compren.
“Las familias necesitan alimentos de calidad y eso se obtienen aplicando fertilizantes a las tierras, de otra manera no se puede ante la carestía de lluvias que se han registrado desde hace algunos años, además se debe considerar que si los productos se dan caros daña la economía de las personas y se tiene el riesgo de que todo se te quede porque no vendas”, agregó.
