Xalapa, Ver.- Fueron miles los fieles católicos que este Viernes Santo acompañaron a la Virgen María en su luto por la muerte de su hijo Jesucristo. La Procesión del Silencio iluminó por cerca de dos horas las principales calles del centro de la ciudad donde una de las principales plegarias fue encontrar a las personas desaparecidas y acabar con la violencia.
Ésa es la celebración más concurrida de esta Semana Mayor dentro de la Iglesia Católica cuyo objetivo es rememorar el dolor y sufrimiento de la madre de Dios.
En el trayecto, había familias que esperaban con sus velas para unirse al contingente donde mujeres cargaban la imagen de la Virgen María vestida de negro y varones la del cuerpo de Jesucristo con el toque que, apenas se percibía, de la banda de guerra.
Encabezada por el arzobispo de Xalapa, Hipólito Reyes Larios, acompañado por religiosas y sacerdotes, la procesión concluyó como cada año en las afueras de la Catedral Metropolitana de Xalapa donde el prelado elevó una plegaria a la madre de Dios: "Queremos saber dónde se encuentran nuestros familiares desaparecidos, vivos o difuntos, para consuelo de los corazones desangrados".
La plaza Lerdo y parte de las calles Enríquez y Lucio fueron cubiertas por miles de personas que contagiadas por su fe se sumaron a la oración del arzobispo que también pidió cuidar "nuestra casa común", el entorno ecológico libre de minerías tóxica y represas destructoras.
Con veladoras en mano, respondían al llamado para respetar la vida humana en todas sus etapas, desde el vientre materno hasta la vejez. El líder de la Iglesia Católica de Xalapa pidió por la paz y la justicia para el estado, que ha sido azotado por la violencia.
Reyes Larios le pidió a la Virgen María interceder por las familias que no tienen vivienda, las madres que abortan, los niños de la calle maltratados o asesinados o quienes han perdido a sus hijos jóvenes víctimas de la delincuencia, por quienes han sido "levantados", secuestrados o ejecutados así como por los migrantes, quienes enfrentan todo tipo de atropellos en búsqueda de mejores condiciones de vida.
También oró por los desempleados, quienes viven en condiciones deplorables, por quienes ganan el salario mínimo o quienes lo tienen todo y no se preocupan por los demás.
Pidió a la Virgen también interceder por los gobernantes, militares y fuerzas del orden para que el Espíritu Santo les ilumine y otorgue sabiduría, por las víctimas de la violencia y las familias que han sufrido la pérdida de sus seres queridos.