Francisco Córdoba Montiel cumplirá 50 años el próximo 4 de octubre. Igual que cualquier otro ciudadano, recorre las calles de su ciudad natal, tiene sus afectos y sus rutinas. Sin embargo, hay algo que lo vuelve especial, se trata del único sismólogo del estado.
Originario de Xalapa, el estudioso e investigador pasa gran parte de su tiempo rodeado de instrumentos que registran y miden los temblores. Sobre sí tiene la responsabilidad del Observatorio Sismológico y Vulcanológico de Veracruz.
Ser el único sismólogo en la Universidad Veracruzana conlleva responsabilidad y compromiso personal y con la sociedad, dice en entrevista en el sitio que es su segundo hogar, el Centro de Ciencias de la Tierra-UV, donde lo que sí hay son otros especialistas pero enfocados en la ingeniería sísmica.
De trato afable, al hablar de sismos busca establecer una comunicación sin tecnicismos, pues su interés es compartir lo que investiga y observa pero de una manera sencilla.
Ejercer como científico le ha hecho enfrentarse a muchos desafíos, pero también le ha dado innumerables satisfacciones, como iniciar el registro de datos y documentos ocurridos en la entidad.
Y es que uno de sus grandes retos cuando inició su monitoreo fue precisamente no contar con datos. Había información sobre sismos fuertes en Xalapa, Orizaba y Jáltipan, pero para ahondar en peligros y riesgos son fundamentales los datos.
“No es que no nos sirva lo histórico, pero si también tenemos el antecedente documentado y datos permanentes podemos hacer muchas más cosas”.
¿Cuál fue la misión de Francisco Córdoba?
Su misión inicial fue tener una red de monitoreo funcional de altura, de lo que el reto demandaba. La Red Sísmica de Veracruz ya existe en 2022.
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“Estoy satisfecho. Los sismólogos siempre vamos a querer más aparatos. Sin embargo lo que se tiene hoy está dando buenos resultados y va a mejorar y crecer”, adelanta.
Para su alegría y beneficio de los veracruzanos y del mundo, menciona que en breve iniciará un proceso donde instrumentarán más densamente el Pico de Orizaba, lo que significa que habrá estaciones sísmicas y estaciones meteorológicas para realizar un monitoreo más completo.
Agradecido, dice que la UNAM y el Servicio Sismológico Nacional han sido muy generosos tanto en lo académico como en infraestructura para lograr lo que hoy hay en el tema de registros de sismicidad.
Incluso comparte que el esquema de trabajo entre el SSN, la UV y la Secretaría de Protección Civil es un modelo que debería aplicarse a nivel nacional.
Tenemos ocho años de operar la Red Sísmica de Veracruz y sigue funcionando y dando resultados importantes no solamente para la región sino para el país. Es la puerta de entrada para una cantidad de estudios que no tendrán fin en tanto nosotros tengamos esta fuente de datos.
En la actualidad, entre sus retos está cómo llegar a la población, cómo trabajar mejor desde la academia y cómo hacer una mejor labor de divulgación ante el interés creciente de la sociedad de por qué y cómo suceden los fenómenos naturales.
Historia de vida
¿Pero cuándo supo que quería ser sismólogo? En realidad, fue sobre la marcha de sus estudios y una serie de circunstancias.
Al terminar su carrera como ingeniero en la Facultad de Instrumentación Electrónica tenía que prestar su servicio pero se le dificultaba porque ya trabajaba para sostener parte de sus estudios.
Recuerda que habló con uno de sus maestros, quien le dio dos opciones. Una de ellas fue trabajar con aparatos sísmicos. Así se acercó a los sismógrafos analógicos y vino un parteaguas en su vida.
Primero empezó con estos aparatos y les tomó el gusto; después hizo una especialización en Microprocesadores con orientación en sismología y una tesis que incluyó el diseño de un aparato sísmico con técnicas digitales. Ese fue su pase de ingreso a la UV. Es maestro y doctor en Ciencias de la Tierra con orientación en sismología por la UNAM.
Estudiar estas áreas del conocimiento es complicado si no hay apoyo del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, dice para luego compartir que es su deseo que pronto haya más especialistas en esta área.
En el Centro de Ciencias de la Tierra, donde es investigador de tiempo completo, ya tienen a la segunda generación y hasta el momento todavía no ingresa un estudiante de sismología. Hay enfocados en vulcanología y ciencias atmosféricas.
Adscrito al CCT, está encargado de la línea de Investigación en Sismología y es profesor del Programa Educativo de Ingeniería en Instrumentación Electrónica. Ha sido responsable técnico y colaborador en proyectos del Conacyt y el Instituto de Geofísica de la UNAM.
Entregado completamente a su pasión, Francisco Córdoba es soltero, no tiene hijos y dice sentirse afortunado de tener a sus padres con vida. Es su deseo que pronto haya estudiosos de la sismología y, como él, investiguen y obtengan resultados en beneficio de la sociedad.