William Jensen Díaz es xalapeño, tiene 35 años de edad y con entusiasmo exhorta a todos los estudiantes a no ponerse límites. Hoy él está a unos días de dejar México pues ha sido seleccionado para ingresar a la Escuela de Gobierno John F. Kennedy de la Universidad de Harvard.
La admisión lo llena de entusiasmo, pues además de que cursará su segundo posgrado —maestría en Administración Pública—, también formará parte del "Edward Mason Program", exclusivo para líderes de países y economías emergentes.
Ser considerado para integrarse a uno de los programas de posgrado en gobierno más competidos del mundo le ha requerido esfuerzo, dedicación y disciplina. Además, es necesaria una experiencia laboral de más de 10 años. Él acumula 12 años de trabajo en la cooperación internacional, en el sector energético.
“Estas dos experiencias educativas tienen el objetivo de fortalecer mis capacidades analíticas y de liderazgo para fomentar el desarrollo económico, social y político”, expresa en entrevista.
Desde muy temprana edad, William recuerda que sus intereses estaban centrados en la administración y el servicio públicos. Con esa claridad, concluyó una licenciatura y vino la primera recompensa a su esfuerzo.
En 2015, ganó la beca Chevening del gobierno del Reino Unido para estudiar la maestría en Políticas Públicas Internacionales, en University College London.
El profesional, quien es asociado del Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales, se ha enfocado en los temas de sustentabilidad, energías limpias y cambio climático en el país.
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Con vocación de servicio, tiene entre sus metas seguir aprendiendo sobre cuáles son las mejores prácticas que les han funcionado a otras naciones para aplicarlas en el país.
CRISIS CLIMÁTICA
México, advierte, es uno de los países con más riesgo ante la crisis climática al estar expuesto a los dos océanos, a huracanes, lluvias, sequías y cambios importantes en los patrones climáticos en general.
“La cooperación internacional es clave para enfrentar los retos porque no solamente son de México, son desafíos globales”, expresa para luego explicar que no significa que un país imponga su visión.
Opina que es necesaria una colaboración en igualdad de circunstancias y experiencias para generar una fraternidad entre los países, para poder ver qué posibles soluciones se aplicaron y no funcionaron, y evitar que otros las repitan.
A la pregunta de si cree que hay en México profesionales capacitados para hacer frente a los retos en el tema de crisis climática, asegura que “hay un talento impresionante, tanto en ingenieros en energías renovables como también ambientales y civiles”, sin embargo, no ve mal recurrir a extranjeros.
William Jensen reitera tener la convicción de que una nación no tiene por qué repetir los mismos errores que ya cometió otro país.
“México por sí solo no puede solucionar un problema global y ningún país puede lograrlo, por más poderoso que sea. Esa es una de las grandes enseñanzas del cambio climático y la cooperación internacional”.
Al ahondar en los retos que conlleva la crisis climática, pone en primer lugar el tema social y las afectaciones a las poblaciones más vulnerables, específicamente con lo que se avizora en la escasez de agua.
En segundo sitio menciona que el mundo está yendo cada vez más rápido hacia la transición energética y las energías limpias; las empresas ahora no solo necesitan de la energía eléctrica como un servicio normal, sino que necesitan que esa energía eléctrica provenga de energías limpias y renovables para poder comercializar los productos que producen.
“Si México no avanza lo suficientemente rápido para tener muchas energías renovables, su competitividad podría ser bastante afectada porque nuevas inversiones ya no llegarían y las que están tendrían que desplazarse a otros lugares donde sí se les garantice que se están produciendo con la energía limpia”.
Un tercer punto en el cual le gusta enfocarse es que la transición energética y las energías renovables también sirven para beneficiar directamente al ciudadano.
Las describe como muy democráticas en el sentido de que ya no es tan necesaria la generación de electricidad con muchas plantas enormes, sino que uno en su casa puede tener paneles solares para poder generar su propia electricidad.
Hacerlo de esta manera, indica, le da al ciudadano un poder y un control muy importante y democrático sobre el uso de la energía.
William Jensen se pronuncia a favor de cualquier tipo de colaboración para un bien común.