Aunque diciembre es un mes en el que las familias tienen un poco más de recursos no se eleva el trabajo para zapateros, expone Víctor Martínez Rivera, de la Renovadora El Gorila. “No es de nuestros mejores meses, pero por ahí van llegando quienes quieren darle una segunda vida a su chamarra de piel o bolsa, pero la realidad es que son pocos”, señaló.
El propietario del establecimiento en el que se trabaja en la renovación de artículos de piel, comenta que este fue un año complicado, “porque hubo un aumento de más del 15 por ciento a sus insumos: pinturas, pegamentos y químicos diluyentes y menos clientes”.
Este negocio ubicado en el interior del Mercado Jáuregui, tiene muchos años de funcionar, aunque él lo adquirió hace poco más de cinco años; pero era de un conocido quien se los traspasó dado que por años había sido aprendiz en este lugar.
Explica que diciembre no implica mejores ingresos para ellos ya que es un mes normal en el que la clientela llega de vez en cuando. “Así que digamos los esperamos con ansías, pues no, porque es obvio que las familias optan por comprar zapatos, bolsas y chamarras de piel nuevas y ya a medio año vienen para que se les haga alguna compostura que requieran”.
Explica que lo más común ahora es que lleguen algunas personas a reparar su chamarra o abrigo de piel en la que invirtió una buena cantidad y quieren rehabilitarlas ya sea porque se les decoloró un poco o se le cayó algún botón.
“En ese caso, más o menos les cobramos aproximadamente 300 pesos porque se pinta y se les deja como nueva y pues se van contentos porque son cosas a las que se toma cierto cariño”.
Uno que otro trae algunas botas invernales, “pero no son muchos porque ahora mucho del calzado se compran en aplicaciones chinas son de tira y usa porque además tampoco les cuestan mucho y prefieren tirarlas y adquirir unas nuevas”.
Explica que realiza trabajos pequeños por los que cobra cien pesos como cambiar las tapas de zapatilla, cambiar la suela de zapatos. Indica que si le va bien en un día le llegan unos diez clientes para reparar su calzado, “pero la verdad es que son más los días tranquilos en los que solo atiende a unos 4 o 5 clientes al día”.