La reparación de alhajas de oro y plata y de relojes es una actividad que se mantiene, porque las familias buscan salvaguardar los recuerdos de generaciones anteriores.
Gerónimo Morales May, propietario del Taller de Joyería Zafiro, quien tiene 35 años componiendo y reparando joyas y relojes, opina que es un oficio que perdurará porque es importante y por ello espera heredar el negocio a su hijo para que no se pierda la tradición.
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¿Cómo inició Gerónimo Morales en el oficio de reparación de alhajas y relojes en Xalapa?
Arreglar alhajas de oro y plata, comenta que fue un oficio que aprendió hace más de 35 años, “fue por amistades que empecé como chalán y con esfuerzo en algún tiempo pude aprender y tener mi negocio propio es que estoy aquí”.
No hay día en que no llegue alguien que solicite un trabajo, aunque sea pequeño. “No creo que sea un trabajo que se pierda con el tiempo porque las joyas son algo que tienen las familias, porque son una excelente inversión”.
Señala que en Xalapa hay una buena actividad para los reparadores de alhajas y relojes. “No me puedo quejar. En estos años me ha ido bien y considero que hay mucho trabajo por realizar”.
Aunque pareciera que no es una actividad primordial porque las alhajas y los relojes no son artículos de primera necesidad, “son muchos los que tienen como una tradición regalar a sus seres amados y al tenerles cariño optan por reparar las piezas antes de perderla. Son recuerdos”.
¿Qué objetos son los que más llevan a reparar?
Cadenas, anillos, pulseras y dijes son las piezas que más le llevan para repararlas. Cuenta con una laminadora para hacer las láminas de oro o plata que se utilizan para arreglar las joyas. Después se dibuja y recorta las piezas que requerirá, de acuerdo a lo que requiera la joya. Hay piezas que hay que soldar y eso lleva un poco más de tiempo y atención, pero se hace.
Indica que su trabajo es metódico, requiere de mucha paciencia y precisión. “Eso me gusta y creo que es algo que pueden aprender los jóvenes interesados en tener este oficio”.
De los relojes, pues ahí sí la situación es distinta. Ya son pocos los que lo llevan , "porque venden unos tan económicos que son prácticamente desechables. Sí los traen pero son menos cada año.
Hay quien tiene relojes que son recuerdos de sus padres y abuelos y buscan repararlos, "pero los jóvenes ahora optan por los baratos, tal vez por la falta de recursos, pero los hábitos en ese sentido han variado. "Son menos los que utilizan un reloj de pulso de calidad".
Don Gerónimo Morales dice que se siente orgulloso de la profesión que tomó en la edad de juventud, “este oficio me ha permitido crecer y ser alguien y creo que será algo bueno para mi hijo que ya empieza a aprender todos los pormenores y cómo funciona este comercio, ubicado en el mercado Jáuregui, de esta ciudad”.