A más de cuatro años de haberse decretado el encierro por la pandemia de Covid-19, que obligó a que los estudiantes de todos los niveles educativos tomaran clases virtuales, hay problemáticas que se deben analizar en los jóvenes estudiantes, reconocen pedagogos y profesores.
Y es que, reconocen que lejos de reducirse, la brecha digital no ha logrado superarse además de que el entorno social y económico de los estudiantes los obliga a enfrentar retos y debilidades cuando llegan al nivel superior porque no tienen las herramientas tecnológicas, hábitos como la lectura y dificultades para socializar con compañeros y docentes.
Encierro hizo a los estudiantes más individualistas
Antonio García Ortiz, catedrático de la Facultad de Pedagogía de la UV, destacó que la pandemia obligó a integrar a todos los estudiantes a la educación a distancia, lo que se creyó que permitiría avanzar en la inclusión de los procesos digitales o virtuales, sin embargo, no fue así.
Expone que se pensó que con la digitalización y tecnología se democratizaría la educación y sus contenidos, pero no fue así, “nos encontramos que persiste la brecha social, cultural, tecnológica y económica, lo que implica que impacta en la educación de los menos favorecidos”.
Un segundo punto es que tras el encierro y de la educación virtual evidentemente a los estudiantes les costó afrontar los contenidos en los planteles, “porque algunos se habituaron a ser individualistas, independientes, sin la agenda rigurosa que se sigue en las escuelas y el aula”.
Entonces, considera que en todos los niveles educativos resultó complicado adaptarse de nuevo a horarios, formas y metodologías. “Fue difícil y se siguen presentando algunas situaciones sobre todo, en lo que se refiere a socializar de parte de los estudiantes", dijo.
Hoy a tres años de esa situación, dijo, que se han superado algunas circunstancias, como cumplir tiempos y la distracción, pero poco a poco se retoma el camino. “Todavía en términos de comunidad no hemos superado el reto de llevar las herramientas educativas digitales y tecnológicas a los alumnos veracruzanos”, concluyó.
Doble esfuerzo
La pedagoga María Isabel Miranda Landa, maestra en Educación Intercultural, explica que los estudiantes que ingresan a la universidad sin tener acceso a las herramientas tecnológicas más que presentar deficiencias tienen debilidades por lo que tienen que enfrentar retos como realizar un doble esfuerzo durante su trayectoria educativa.
Por ejemplo, comenta que en las zonas rurales, como en zonas urbanas, los estudiantes tienen una debilidad porque no tienen el hábito de la lectura. “La verdad es que poco se promueve esta práctica desde el nivel básico, así que cuando llegan a la universidad se les satura con lecturas, lo que es un desafío para ellos”.
Lamentablemente no tener acceso a las nuevas tecnologías, como es Internet o redes sociales, que son parte ya los procesos educativos es algo común en zonas indígenas donde carecen de estas herramientas, “es una deficiencia en la infraestructura del sistema educativo nacional. Se carece de computadoras en planteles, lo que los limita y los pone en desventaja cuando ingresan al nivel superior”, explica.
Por ello apunta que estudiantes de las zonas marginadas tanto en las urbanas como rurales, requieren hacer un mayor esfuerzo académico y muchos lo logran, pero se requiere brindarles las herramientas tecnológicas, dice.
“Claro que hay desventajas que son resultado de la situación social y económica que afectan a las familias y a los alumnos en el ámbito educativo, así que es necesario atender las causas de esas desventajas”, subraya.
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Rezagos educativos y problemas para socializar
Sobre el tema, la profesora María Fernanda Ramírez Colín, de la Universidad Popular Autónoma de Veracruz (UPAV), expone que definitivamente hay un rezago en la trayectoria educativa, principalmente, en lo que respecta a las habilidades básicas de comprensión lectora y pensamiento crítico, que son fundamentales en la etapa formativa.
Apunta que los estudiantes que llegan en este momento al nivel superior vivieron el aislamiento social y la enseñanza a distancia en el nivel medio superior y secundario, por lo que muestran un impacto no solo en cuestiones educativas sino en tema social.
Dice que una proporción de los alumnos muestra una formación menos sólida, porque considera que se exigen menos que en otras generaciones. “Pareciera que la ley del menor esfuerzo impera en muchos jóvenes, que no van más allá de lo que se les indique y no les gusta salir de su zona de confort”.
Indica que se les complica el tema de resolución de problemas de la vida diaria “es algo que les cuesta”.
Subraya que a las nuevas generaciones les cuesta socializar con compañeros y profesores, claro que esa situación obedece a su entorno familiar.
"Pero como no todo es negativo, un punto positivo es que los alumnos pueden ahora más autogestivos en sus procesos educativos y desarrollaron sus habilidades digitales, los que tuvieron acceso a estas herramientas, los que no avanzaron son los que por cuestiones económicas no están inmersos en las nuevas tecnologías de la información, pero siempre habrá rezagos que tienen que ver con el entorno socioeconómico de los alumnos”, concluyó.
Diferencias entre zonas marginadas
Al respecto, Carlos Luna Gómez, rector de la universidad IVES, de esta ciudad señaló que por el sistema educativo nacional deficiente en materia de acceso a información y tecnologías, en zonas marginadas hay innumerables jóvenes con un bajo nivel de conocimientos que se hace presente cuando llegan al nivel superior.
Explica que, en general, no ha habido una preocupación por tener una política pública que se encamine a darles a todas las comunidades rurales el acceso a las tecnologías de la información, mientras que en los centros urbanos tienen una mayor infraestructura que garantizan a los estudiantes lo necesario para estar actualizados en materia educativa, en las zonas marginadas todavía hay un grave rezago, dice.
Expuso que para acabar con los rezagos educativos es necesario que, a través de la educación pública y privada, se logre el total acceso a la tecnología desde los planteles de nivel básico, porque de lo contrario pega cuando estos alumnos llegan a instituciones de educación superior.
Cuestionado sobre si siguen apareciendo escuelas privadas que no ofrecen la calidad requerida, dijo que sin duda hay todo tipo de instituciones. El tema es que algunos directivos deciden incorporarse a alguna secretaría para tener un Registro de Validez Oficial de Estudios y otros no lo hacen.