ALVARADO, Ver.- Los constantes accidentes vehiculares en la carretera Boca del Río – Antón Lizardo, que conduce a la zona conocida como Riviera Veracruzana, en el municipio de Alvarado, encendieron las alarmas de vecinos de las colonias El Conchal y Playa Libertad.
Los residentes de ambas zonas deben cruzar forzosamente la carretera para tomar el transporte público en parabuses que se encuentran en el tramo entre el puente de la plaza comercial El Dorado y los complejos residenciales.
Jessica Castro, propietaria de una tienda de abarrotes, afirma que, para poder pasar la carretera de un lado a otro, en ocasiones es necesario esperar de 10 a 20 minutos para asegurarse que no viene ningún vehículo, para cruzar de manera segura.
En el lugar, señala, no existe ningún señalamiento vial para advertir el cruce de peatones, tampoco señalamientos que detallen los límites de velocidad en esta arteria. Lo anterior, se pudo constatar en un recorrido realizado en la zona, donde vehículos y autobuses transitan por arriba de los 80 kilómetros por hora.
Zona peligrosa para los peatones
Jessica asegura que es testigo de entre dos y tres accidentes viales diariamente en dicho tramo, que se ubica bajando el puente de El Dorado y en donde hay un retorno en el que mientras algunos autos se detienen para tomarlo, otros no moderan su velocidad.
“Por lo regular se están presentando dos accidentes automovilísticos diarios, además del tráfico que se genera cuando hay un choque. Atropellamientos me llegó a tocar una vez a una moto. Es peligroso porque uno demora en cruzar a la parada porque hay que esperar hasta unos 10 minutos a que no pase ningún carro para pasar a la parada del autobús”.
Jessica indica que apenas el jueves pasado una mujer fue atropellada cuando cruzaba la carretera a la altura de la colonia de El Conchal, para llegar al otro lado en donde se encuentra un parabus. Esta misma zona, afirma, es concurrida por varios trabajadores diariamente.
Aunado a la falta de señalética y falta de precaución de los automovilistas, la comerciante dice que otro factor es que por las noches está todo oscuro, ya que el sistema de alumbrado público se encuentra dañado desde hace varios meses.
Esta situación, agrega, se presenta mayormente en la zona de las colonias populares de El Conchal y Playa Libertad, pues en contraste, en las zonas de fraccionamientos residenciales se cuenta con topes, reductores de velocidad y vigilancia policial. “Pero descuidan la zona popular”.
“ES UN PELIGRO PARA LAS PERSONAS”
Kevin Acevedo Mendoza, vendedor de frutas, coincide con lo descrito por Jessica, aunque ambos no se conocen sus relatos son similares, como testigos diariamente del ir y venir de peatones y autos, afirma que el exceso de velocidad y la falta de señalética son una combinación peligrosa.
“La velocidad que agarra un auto al bajar el puente es de 80 kilómetros por hora, no alcanza a frenar y por eso ocurren accidentes; además, en esta zona está la colonia de El Conchal y eso es un peligro para las personas”.
El comerciante reitera que esta zona es muy concurrida por trabajadores y vecinos, ya que deben cruzar la carretera para tomar el transporte público y en ocasiones deben esperar hasta 20 minutos para asegurarse que no pasen autos.
Otras veces, los accidentes viales que provocan cierres de carriles y largas filas de autos, les permiten cruzar sin tanto peligro, pero significa una incomodidad y pérdida de tiempo para los automovilistas.
“Al mes mínimo son como tres accidentes y me han tocado ver como cuatro atropellamientos, recientemente aquí un trabajador de una obra fue atropellado cuando cruzaba, en esta zona no hay ningún tipo de señalamiento, ya no digamos cruces para peatones”.
Víctor Mejía, quien apenas el martes pasado participó en una manifestación en la zona en la que se exigió resolver las quejas por la falta de cruces peatonales, detalla que se hizo llegar una solicitud de atención al ayuntamiento, en donde lo que más se pide son reductores de velocidad.
Sin embargo, los entrevistados coinciden que no solo se necesita topes y señalética, sino también un puente peatonal, pues en toda la carretera que conduce desde Boca del Río a Antón Lizardo no hay un solo cruce elevado de peatones, como en otras zonas del área metropolitana.