Orizaba, Ver.- La caravana migrante que pasó la noche en la Alameda de esta ciudad reanudó esta mañana su camino. Los cerca de 500 hombres, mujeres y niños se dirigieron a la autopista para continuar la ruta que los lleve al Norte del país.
Descansados y con alimento que de manera espontánea les proporcionaron familias e instituciones como Cáritas y Casa de la Misericordia, hondureños, guatemaltecos, nicaragüenses, salvadoreños, venezolanos comenzaron a andar cargando sus sueños en la mochila y empujando las carriolas donde transportan a los más pequeños de la caravana.
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Los dos grupos que llegaron ayer por la tarde-noche a Pluviosilla pernoctarían en el Complejo Deportivo Orizabeño (CDO) que había dispuesto la autoridad municipal para que se protegieran del frío, sin embargo, aunque inicialmente llegaron a ese punto, desistieron de quedarse, pues temían que llegara personal de Migración y los regresara a su país.
Por ello eligieron pasar la noche en la Alameda Gabilondo Soler Cri-crí, que consideraron es un sitio seguro. Ahí, durante la noche llegaron familias y voluntarios de Cáritas Orizaba y Casa de la Misericordia para entregarles ayuda alimentaria que les ayudara a reponer fuerzas para continuar su camino.
Autoridades municipales, dispusieron que en ese lugar el servicio de sanitario permaneciera abierto toda la noche y fuera gratuito para los migrantes; así como que personal de limpia pública colocara botes para que en ellos depositaran la basura y personal de Protección Civil permaneció de guardia para brindarles atención de emergencia, en caso de que la requirieran.
Nuestro gobierno no nos da trabajo, dice Gerson
“Salimos de nuestro país porque no tenemos empleo, la opción que nos queda es buscar una mejor vida, nuestro gobierno no nos da trabajo, se han puesto feas las cosas”, dijo Gerson, de 21 años, quien dejó su país, Honduras, hace más de un mes.
Él, como muchos jóvenes que van en la caravana, dejó a su familia en su país de origen. Su intención, como la de todos, es llegar a los Estados Unidos y trabajar para reunir dinero, enviarlo a sus padres y poco a poco llevarlos con él. “Dejé a todos allá (Honduras), pero tengo fe en Dios de que voy a llegar hasta el destino que queremos”, dijo.
Mientras descansaba junto a dos amigos que también van en la caravana mencionó que en camino llevan mes y medio; la mayor parte del tiempo camina, a veces avanzan con algún raid, pero por seguridad no lo hacen. “Para nosotros ha sido cruel porque hemos pasado dificultades, nos han asaltado, golpeado; no es fácil, pero con la ayuda de Dios vamos a seguir adelante”, dijo.
Gerson, como el resto de sus compañeros, después de descansar retomó su camino en busca del sueño americano.