Con los días de lluvia que se han registrado en esta capital se elevó un poco la venta de sombrillas y paraguas, pero no tanto como se quisiera, explica don Armando Hernández Hernández.
Son más de veinte años los que ha dedicado al comercio de sombrillas, paraguas y “cositas”, como bolsas, calcetines, sudaderas, llaveros y carteras, entre otros, primero lo hizo en la zona de El Árbol y ahora en el mercado Los Sauces.
¿Se pueden reparar las sombrillas?
Las sombrillas y paraguas, comenta, antes tenían reparación, eran artículos que podían prolongar su vida útil por años, pero ahora eso ya no ocurre.
Es más, dice que ya no hay personas dedicadas a su reparación como hasta hace algunos años.
En la zona del centro había dos señores que componían los paraguas sombrillas, pero con la aparición de productos más económicos pues los consumidores prefieren comprar uno nuevo que perder su tiempo en llevarlos para cambiarles las piezas.
Su negocio ubicado en la parte de afuera del mercado Los Sauces se benefició de los días de lluvia que se han registrado durante el primer mes del año, pero tampoco considera que se vendieron como pan caliente porque las familias los ven, preguntan y se van. “No hay dinero para andar gastando”, dice.
Indica que tiene sombrillas económicas desde 150 pesos, que vienen en distintos diseños. Pueden ser las tradicionales de color negro, pero también cuenta con diseños muy modernos y en colores distintos. También tiene en tamaño extra grande que sirve para cubrir a más de dos personas y que tiene la ofrece en 170 pesos, aclara que sus productos son de calidad, no son desechables, púes aguantar varios años.
Otras sombrillas que tiene son las infantiles que tienen un costo de 70 pesos y también tienen diseños adecuados para niña y niño, porque es importante cubrirlos para que no se enfermen.
Sobre el resto de los productos que vende, dice que son “cositas”, como carteras, llaveros, mochilas, productos para la salud, sudaderas, calcetines y calcetas.
Pero nada se vende bien en este mes. Dice que las ventas están por los suelos. No hay para comprar. Los fines de semana aumentan sus ingresos porque la gente compre algunos regalitos, pero bueno da para vivir modestamente este comercio.
Indica que a su edad, mayor de 60 años, debe seguir luchando y buscar el sustento familiar, así que busca productos buenos y baratos para su clientela, concluyó.