Veracruz, Ver.- Después de varios años siendo voluntaria, en 2019 Susana Lara García asumió la presidencia de la Asociación Mexicana de Ayuda a Niños con Cáncer (AMANC), dando un giro importante a su vida al conocer a cada familia que atraviesa por esta enfermedad y encariñarse con los niños, incluso a llorar cuando no lo logran; uno de los casos que marcó su vida es un pequeño de nueve años que falleció a causa del cáncer cuando faltaban pocos días de su operación para salvarse.
En entrevista para Diario de Xalapa, comenta que sus inicios dentro de esta asociación se dieron como voluntaria, recolectando tapitas y haciendo algunas obras de asistencia social, nunca se imaginó asumir la presidencia, ya que su trabajo dentro de la industria azucarera y sus deberes de madre la demandaban.
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En el 2017 fue invitada por la expresidenta a incorporarse como tesorera de la asociación y aunque ya jubilada de su trabajo, aún tenía como pendiente su hija y cuidar a su abuela, una mujer de 101 años que para ella había sido su madre.
“Recordemos que AMANC se establece en Veracruz hace 17 años luego de una lucha de María Guadalupe Alejandre Castillo, que es la fundadora, y el programa se replicó en varios estados; actualmente hay 23 en todo el país. Aquí sus inicios se dieron como un cuartito en el área pediátrica del Hospital Regional que le llamaron “La escuelita” (..) en 2017 cambia la presidencia y me proponen para tesorera, yo ya jubilada pensé en dedicarme a cuidar de mi hija y de mi abuela, que fue como mi madre, y dos años después la presidenta decide retirarse y me dice que asuma yo el cargo, yo no podía, tenía el compromiso de mi abuela y mi hija estaba por entrar a la universidad, pero en julio mi abuela fallece y me dicen que ya no había pretexto, así que al final acepto. Empiezas a conocer cada detalle de las familias y te cambia la vida, no te puedes imaginar todo lo que una familia envuelve, bien dicen que cada familia es una historia, te vas encariñando con los niños, como madre ver que un niño tan pequeño está cursando con una enfermedad tan delicada”, explica.
Reconoce que al principio fue difícil, luego de conocer a cada una de las familias que se incorporan y sus historias era inevitable derramar lágrimas y pedir a Dios para que pudieran recuperarse y en este tiempo ha visto a niños tocar la campaña, lo que representa que vencieron al cáncer, pero también algunos han muerto porque no lo logran; en los últimos dos años han fallecido 38 menores.
Relata que uno de los casos más dolorosos en su vida es la pérdida de un pequeño de nueve años, quien estaba a días de su operación de trasplante de médula, pero falleció debido a una recaída a pesar de estar muy vigilado por los especialistas.
“Un caso que me ha marcado es el de Juanito, que comenzó a los seis o siete años con nosotros, su mamá es sorda y él era el que se comunicaba desde el hospital cuando requería sangre o alguna otra atención, estuvo aquí en el albergue viviendo como dos meses con su mamá, me acompañó a algunos eventos; una vez fuimos a un evento de fisicoculturismo y le dieron un trofeo, lo tenemos en la recepción, puedo decir que se le dio la mejor atención, se cuidó mucho en su alimentación, porque su papá le iba a donar y estaba ya casi listo para su operación que era en abril pero por una diarrea y que no comentó nada, tuvo una deshidratación y se nos fue, nos deja un gran ejemplo de lucha, él me dolió mucho, es una experiencia muy fuerte en mi vida, fue un caso muy especial solo que él no dijo lo de la diarrea porque no quería internarse y se dañaron sus riñones, falleció en marzo”, narra entre lágrimas.
Otra gran experiencia que comparte con esta reportera es el fallecimiento de una chica de 15 años, quien requería sangre pero desafortunadamente no se logró recolectar la suficiente y la menor tuvo una recaída.
“Son muchas situaciones, hacemos todo con amor para que los niños salgan adelante, no sabes la emoción que es para mi cuando un niño o niña toca la campana, cuando se recuperan, pero hubo un caso, ya tiene bastante, de una niña con leucemia que necesitaba sangre y lamentablemente no todo el mundo quiere donar, hacemos campañas, nosotras mismas voluntarias y de la asociación donamos, pero en ese caso no y la mamá de la pequeña nos culpó, se le dio todo el apoyo pero no puedo manipular ni comprar gente, fue una situación muy penosa y de verdad que estuvo fuera de nuestras manos”, menciona.
A pesar de situaciones como estas, Susana sigue luchando por ayudar a más niños, ya que actualmente apoyan a familias de 65 municipios de Veracruz y algunos entre los límites con Oaxaca.
En AMANC además de que se paga el pasaje de ida y vuelta para los niños y sus acompañantes, también se cuenta con un albergue para las familias de los niños que requieran de vigilancia y que deban quedarse en el hospital por varios días.
El albergue se ubica en la calle de Iturbide 641, entre Carranza y Flores Magón, en la ciudad de Veracruz. Todos los interesados en apoyar pueden comunicarse al 2299317264 y 2291544814.