Xalapa, Ver.-Cientos de católicos llegaron a bendecir sus palmas este Domingo de Ramos a la Catedral Metropolitana de Xalapa con el que inicia la Semana Santa y con el que se recuerda la entrada de Jesús a Jerusalén.
Familias completas se reunieron para celebrar esta festividad para la que compraron sus ramos o palmas que bendijo el arzobispo de Xalapa Jorge Carlos Patron Wong y que después se llevan a sus hogares.
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En esta ocasión el rito inició en las afueras de Catedral donde se hizo una lectura para recordar la entrada de Jesús en un burro a Jerusalén y donde el prelado bendijo las primeras palmas de los fieles.
Después entraron en procesión a la catedral donde ya había otros creyentes esperando que iniciara la eucaristía y el arzobispo siguió bendiciendo.
Ya en su homilía dijo que este domingo inicia la Semana Mayor y la más importante para los seguidores de Jesús.
“Y lo hacemos no únicamente con una catedral repleta, de familias, de niños, de personas adultas y ancianas que vienen de diferentes partes de la arquidiócesis de Xalapa, sino lo hacemos también en comunión con los cientos y cientos de jóvenes y adolescentes misioneros y las familias misioneras, de los niños y de los jóvenes que en sus comunidades y parroquias vivirán la pascua infantil y juvenil, por los seminaristas, religiosas que vivimos unidos los misterios de la pasión, muerte y resurrección de Cristo (…)”.
¿Qué mensaje da la iglesia católica en Semana Santa?
Refirió que esta es una gran celebración en toda la iglesia católica en la que se recuerdan dos momentos, el Domingo de Ramos la entrada de Jesús a Jerusalén y la versión más original y pequeña de la pasión y muerte de Jesús redactada por San Marcos.
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“Tomemos dos enseñanzas del domingo de Ramos y la pasión y muerte de cristo, la primera Jesucristo entra a Jerusalén con un burrito, de la manera más humilde, más sencilla, no con los cabellos triunfantes del imperio Romano y de todos los imperios, no con un ejército avasallador sino de manera humilde y sencilla, así es la vida de Jesús”.
Por ello dijo que la vida cristiana debe estar distinguida siempre por la humildad y la sencillez pues todo orgullo, vanidad y prepotencia no viene de Dios. La segunda enseñanza, abundó, es que al final Jesús se queda solo al momento de la pasión y muerte después de que una multitud lo alababa, por lo que llamó a no alejarse de él ni ser indiferentes en los momentos difíciles.