XALAPA, Ver.- Nacido en Xalapa, el cardenal Sergio Obeso Rivera sirvió a la Iglesia católica desde todos los cargos de esta institución.
Fue diácono, sacerdote, obispo coadjutor, arzobispo, presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano, arzobispo emérito de Xalapa y más recientemente cardenal de la Iglesia católica.
En Veracruz y fuera del estado, el sacerdote fue reconocido como un hombre sencillo, austero, sumamente servicial y atento a las realidades sociales de México y entregado a su labor como pastor. Fue además un gran impulsor de la causa de la canonización del primer santo obispo latinoamericano, san Rafael Guízar y Valencia, que fue elevado a los altares por el papa Benedicto XVI, el 15 de octubre de 2006.
Dentro de sus labores destaca su trabajo en la construcción de la paz, pues el cardenal Obeso Rivera participó en las negociaciones de paz y reconciliación de los Acuerdos de San Andrés, en los esfuerzos de restablecimiento de las relaciones entre el Estado mexicano y la Santa Sede al promover la ley reglamentaria del artículo 130.
En Xalapa y Coatepec —lugar donde vivió hasta su último día— se le recuerda como el arzobispo y cardenal que siempre manejó sus propios vehículos, “vochitos”, Tsuru y en fechas recientes un March, la mayoría de ellos blancos. La costumbre de manejar la mantuvo hasta sus últimos años, llegando al volante incluso a la conferencia de prensa que ofreció el 28 de mayo de 2018 al Colegio México en Coatepec, donde ofreció una conferencia de prensa tras el nombramiento como cardenal de México.
VIDA DEL CARDENAL
Sergio Obeso Rivera nació en Xalapa el 31 de octubre de 1931. Hijo de Emilio Obeso, originario de Asturias, España, y Estela Rivera, nativa del municipio de Las Vigas, Veracruz.
El 23 de enero de 1944 ingresó al Seminario para seguir su vocación y tras concluir sus estudios se trasladó a Roma, donde cursó Filosofía y Teología en la Universidad Gregoriana, como alumno del Pontificio Colegio Pío Latino Americano. Terminó la Licenciatura en Filosofía y obtuvo el Doctorado en Teología. Recibió la Ordenación Sacerdotal en Roma, Italia, el 31 de octubre de 1954.
Su primera misa la celebró en la Basílica de Guadalupe en la Ciudad de México. Desempeñó sus servicios en el seminario de 1955 a 1971. Durante ese período fue prefecto de filosofía y teología, director espiritual y rector. Al mismo tiempo, se desempeñó como capellán del Convento de las entonces Monjas Capuchinas del Santísimo Sacramento (ahora Misioneras Eucarísticas Franciscanas).
El 18 de noviembre de 1982 resultó electo presidente de la Conferencia Episcopal Mexicana (CEM) en la XXX Asamblea Plenaria para el período 1983-1985; ese año fue reelecto para un segundo trienio, que duró hasta noviembre de 1988, y finalmente de 1995 a 1997.
El 30 de abril de 1971, el papa Pablo VI lo designó obispo de Papantla. Recibió la Consagración Episcopal el 29 de junio de 1971 en Teziutlán, Puebla. Sirvió durante dos años y ocho meses en esa diócesis.
El 18 de enero de 1974, Pablo VI lo nombró arzobispo titular de Uppenna, con el cargo de coadjutor con derecho a sucesión del arzobispo de Xalapa, Emilio Abascal Salmerón, a quien tras su fallecimiento sucedió en el cargo de pastor de la Arquidiócesis de Xalapa el 12 de marzo de 1979.
En noviembre de 1988 fue nombrado presidente de la Comisión Episcopal del Clero, cargo que desempeñó durante dos trienios. Nuevamente, en la LVII Asamblea Plenaria del Episcopado Mexicano (CEM) fue nombrado presidente para el período 1995-1997. En la Asamblea Plenaria LXX de la CEM, realizada en noviembre de 2000, fue nombrado presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social para el trienio de 2001 a 2003. Fue reelecto con el mismo cargo para el trienio 2004 a 2006 y lo desempeñó hasta noviembre de 2005.
El 10 de abril de 2007, Benedicto XVI aceptó la renuncia de Obeso Rivera al gobierno pastoral de la Arquidiócesis de Xalapa, siendo relevado por Hipólito Reyes Larios y pasando a ser arzobispo emérito desde entonces. En 2008 tuvo que afrontar una de las mayores penas de su carrera eclesiástica al despedirse de un amigo de toda su vida desde el seminario, Guillermo Ranzahuer, obispo emérito de San Andrés Tuxtla.
El papa Francisco lo nombró cardenal el 28 de junio de 2018 desde el aula de las bendiciones del Vaticano, en la basílica de San Pedro, junto a 13 nuevos cardenales, procedentes de 11 países.