Especialistas advierten que en Xalapa va en aumento el número de personas con estrés crónico laboral conocido inicialmente como síndrome de Burnout y desde 2022 catalogado por la Organización Mundial de la Salud como enfermedad.
El profesional en salud pública Noel Martínez declara que a este padecimiento no se le da la importancia necesaria, a pesar de que se han detectado casos graves de quienes han tenido incluso ideas suicidas.
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Excesiva carga de trabajo o trabajo bajo presión, así como pocos o ningún incentivo laboral son solo algunos de los factores que pueden desencadenar un estado de agotamiento físico, mental y emocional, explica.
Al referirse a las repercusiones de este desgaste ocupacional, detalla que van de lo individual a lo familiar, grupal y, en términos económicos, hasta lo mundial, pues impacta en la productividad de las empresas y en el Producto Interno Bruto.
¿Cuáles son las características del síndrome de Burnout?
En general hay diminución de la energía con altos niveles de agotamiento, falta de interés, reducción de la productividad y sentimiento de impotencia y desesperación.
Además, hay quienes piensan que no son buenos en lo que hacen, se sienten insatisfechos y llegan al desgano, a no sentir compromiso por lo que realizan, detalla la psicóloga María de Lourdes Guadarrama Luce.
Entre los síntomas emocionales y físicos fácilmente identificables enumera los tics nerviosos, irritabilidad, mal humor, dolores de cabeza, problemas de colitis o gastritis, ansiedad y depresión.
Otros signos que menciona son la caída de cabello, sudoración, temblores corporales, aparición de caspa, mareos, insomnio, cambios en el apetito, tensión muscular, náuseas, dolores de cabeza y mareos.
“La sintomatología es distinta en cada persona, por eso la recomendación es acudir con un profesional para determinar si realmente se trata de Burnout o hay otros problemas que atender”, indica.
¿Cuáles son las personas más afectadas?
La psicóloga Margarita Ayala Burgueño comparte que con la crisis sanitaria las personas de entre 25 y 50 años son las más afectadas, además, por ser soporte económico de sus familias, tienden a aguantar condiciones laborales con altos generadores de estrés.
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Manifiesta que en la capital del estado la patología se ha observado más en prestadores de servicios, personal de los sectores salud, educativo y de comunicaciones.
De acuerdo con la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico, México ocupa el primer lugar en estrés laboral a nivel mundial con jornadas de trabajo excesivas, generando pérdidas anuales equivalentes al 4 por ciento del Producto Interno Bruto.
Cifras de la Organización Mundial de la Salud evidencian que con el 75 por ciento de los trabajadores estresados, México está por encima de China y Estados Unidos, las dos más grandes economías.
¿Cómo prevenir el síndrome de Burnout en trabajadores?
Con el fin de prevenir el Burnout, el investigador Noel Martínez recomienda a los trabajadores comunicar a supervisores o jefes las preocupaciones o ansiedades, así como buscar apoyo de sus compañeros, hacer ejercicio y llevar dietas balaceadas.
En cuanto a los jefes, sugiere promover el trabajo en equipo si alguno de los colaboradores presenta síntomas, preguntar sobre el estado de ánimo, recomendar ejercicios de relajación y actividad física para liberar el estrés.
Asimismo, identificar cuando se está llenado de carga el colaborador, distribuir equitativamente las tareas, no dar privilegios y sí, en cambio, crear incentivos, reconocer el esfuerzo y motivar.
¿Cómo es vivir con estrés y presión?
Con demanda ya interpuesta contra la directora del plantel educativo donde se desempeña, una profesora veracruzana comparte su testimonio con el fin de no llegar a experiencias que pongan en riesgo la vida.
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A sus 55 años de edad, la docente de bachillerato asegura haber recibido no solo presión laboral sino también invasión a la vida privada, supervisión excesiva a su labor docente, críticas y desprecio, factores que la llevaron a crisis nerviosas y a tener pensamientos suicidas.
“Al principio solo era molesto el ambiente laboral, pero poco a poco fue impactando. Todo fue gradual. Me sentía sola, desanimada, cansada, sin ganas siquiera de bañarme. Una tarde empecé a ‘rayarme’ los brazos con un compás…”.
En 2022, la profesora estuvo dos veces internada en una institución pública de salud mental y tras ser dada de alta interpuso una demanda. Actualmente el proceso continúa y, aunque ya regresó a dar clases, manifiesta no estar cómoda.
En plática, manifiesta que aún falta mucho por hacer para mejorar las condiciones laborales en México con una perspectiva de derechos humanos. En su caso, la indicación de su psiquiatra incluye medicación y terapia conductual con psicólogo, con el fin de aprender a afrontar el estrés.