Igual que en Mexicali, donde se registró un enjambre sísmico, en la región Xalapa-Coatepec está documentada una secuencia de 15 sismos de magnitud entre 3.1 y 3.9, entre el 10 y 14 de febrero. ¿Hay que preocuparse? El sismólogo Francisco Córdoba Montiel lo explica en entrevista realizada en el Observatorio Sismológico y Vulcanológico de Veracruz.
¿Qué está pasando en Veracruz con los sismos?
El experto, integrante del Centro de Ciencias de la Tierra de la Universidad Veracruzana, declara que a nivel científico se trata de un momento importante pues estos eventos permiten empezar a entender cómo es el comportamiento sísmico en la zona sureste de la capital del estado.
¿Por qué se llama enjambre sísmico?
Confirma que el término adecuado es enjambre para el tipo de secuencia actual porque no hay un evento principal, a diferencia de cuando hay un gran sismo y a veces hay eventos anteriores y posteriores (réplicas).
El enjambre, que se puede revisar en los datos del Servicio Sismológico Nacional, indican que casi todos se encuentran en un mismo rango de magnitud y casi todos tienen la misma profundidad, entre los 10.3 y 13.8 kilómetros.
Al mapear los epicentros, Francisco Córdoba detalla que se encuentran confinados en un área específica, el sureste de Xalapa-Coatepec, zona donde hay un grupo de fallas activas, no totalmente identificadas, al no tener la suficiente instrumentación para hacerlo, pero sí con cierta evidencia de que hay actividad sísmica.
“Este enjambre pudiese ser incluso alguna de las fallas en particular que se está acomodando y concuerda con algunas de las imágenes que en la zona del sur-sureste-suroeste de Xalapa hemos tenido; nos tendríamos que remontar forzosamente al sismo de 1920 porque vamos a encontrar que se encuentran dentro de la misma área”.
¿Cómo se detectaron los temblores en la región Xalapa-Coatepec?
En la zona donde están ocurriendo los temblores, a propósito del sismo de 1920 -con magnitud aproximada de 6.4-, da a conocer que hay una estación de banda ancha explícitamente instalada para la captura de la información.
El especialista menciona que hay mucho por aprender todavía, pues solo se cuenta con diez años de monitoreo: “En la escala geológica es menos que un instante, apenas estamos aprendiendo a conocer, pero ya tenemos algunas pistas y del pasado está el sismo grande e histórico de 1920; al menos sabemos que podría ocurrir un sismo igual”.
¿Es el primer enjambre sísmico en esta zona?
La respuesta es incompleta pues solo se puede hablar de 2014 a 2024. Antes no se podría saber. Lo que sí está confirmado es que en este periodo hubo otro enjambre en 2019, en la misma zona, pero fueron 17 sismos en un año.
“Estamos viendo que superamos esa cantidad pero en una semana. Se presentó de manera inesperada, pero ¿qué tanto ocurrió en el pasado? No lo sabemos porque no había los suficientes equipos, de hecho son sismos que la mayoría de la población no percibe”.
¿Por qué se habla de un antes y un después con referencia en el 2014?
Porque fue en este año cuando la Secretaría de Protección Civil, la Universidad Veracruzana y el Servicio Sismológico Nacional coordinaron esfuerzos para contar con una red de banda ancha, con más sensores.
Esta banda, dice el investigador, tiene una cobertura local y estatal bastante buena, sobre todo hablando comparativamente con lo que se hacía en el pasado, pues era una zona no tan monitoreada y de la cual no se conocía la sismicidad. De 1900 a 2014 solo se sabe que hubo 30 eventos en la misma región.
“En la UV tenemos muy claro lo que es la construcción social del conocimiento, ahondar sobre este tipo de fenómenos y entenderlos mejor, porque el beneficio principal es sobre la población civil”, expresa.
Prevención
En materia de prevención, considera que hablar de sistemas de alertamiento para sismos que están tan cerquita no da el margen como para pensar en evacuar un edificio. Sin embargo, el ejercicio recomendado es el mismo de siempre: identificar los sitios seguros, en las casas, trabajos, centros comerciales, etc.
En cuanto a las viviendas, “deben ser como un traje a la medida”. Si se sabe el tamaño del evento que puede ocurrir, hay que construir dependiendo de cómo está el área y tomando en cuenta las condiciones específicas.
En tiempos en los cuales se habla de una crisis en la salud mental, menciona que las aplicaciones de sistema de alerta sísmica sí son eficientes pero pueden ser un factor de estrés.
Subraya que no necesariamente un evento que está ocurriendo en otra parte de la República se va a percibir significativamente en la ciudad de origen, por lo cual, son elecciones personales.