Lo más recomendable es planear nuestras compras, no dejarnos llevar por la mercadotecnia, conocer cuáles son las fechas de corte de nuestras tarjetas, las fechas de pago, y cuáles son las tasas de interés que manejan nuestras tarjetas, señala el asesor financiero Jesús Lima Hernández.
Apunta que hoy no está regulado en el mercado una tasa tope de intereses en una tarjeta de crédito, por lo que en cualquier momento la institución financiera puede cambiar la tasa de interés lo que repercute en nuestro bolsillo y podría pasar de 35 por ciento a 70 por ciento de acuerdo a la situación económica nacional o mundial.
El contador xalapeño, quien ha sido gerente de una conocida institución bancaria, aconseja que lo más recomendable es pagar lo que se compre en la siguiente fecha de pago. Es decir, la tarjeta de crédito ayuda a financiar las compras durante 20 días.
Opina que en nuestras casas no nos enseñan a utilizar a nuestro favor los créditos, por lo que muchas personas les tienen pavor a los créditos, pero otras, por el contrario, los usan indiscriminadamente. Se debe tener un sano balance entre el temor, así como informarse para tener finanzas personales buenas o sanas, señala.
Explica que las tarjetas de crédito son instrumentos financieros que actúan a nuestro favor y que nos proporcionan crédito a corto plazo, “nos dan la posibilidad de endeudarnos pero de maner responsable, pues una mala administración nos puede llevar a falta de liquidez, sobreendeudamiento, e incluso a sufrir situaciones de responsabilidad penal, puesto que las tiendas departamentales e instituciones financieras ya pueden actuar sobre el patrimonio del titular de una línea de crédito".
Lo que sí se puede aprovechar son las compras a plazos sin intereses, apunta, pues muchas de las instituciones participantes en el Buen Fin permiten acceder a artículos de uso duradero, que sería lo mejor en lo que se podría utilizar el crédito, como una sala o pantalla, algo que no sea de primera necesidad como la despensa.
Insiste en que se puede aprovechar la temporada y planear las compras, aprovechar el crédito, aunque tarde o temprano se tendrá que pagar, pues y si no pagamos de manera puntual y rigurosa, la compra que se podría aprovechar con un gran descuento se nos podría convertir en una “bola de nieve” con todo lo demás que traemos en nuestra tarjeta de crédito.
Aclara que se debe considerar que no sólo es la compra de este Buen Fin, sino que probablemente los usuarios tengan otros pagos que ya vienen arrastrando de otros plazos y que probablemente todavía no paguen las compras del Buen Fin anterior.
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Reitera que desde hace algunos años en los contratos de las tarjetas ya viene estipulado que en caso de no pagar la institución puede actuar sobre el patrimonio de los titulares de las tarjetas. “Se debe entender que el banco o la institución está confiando en la capacidad que tenemos de comprar y que ese dinero regresará a sus arcas. Lo que no hemos entendido muchas veces es que ese dinero es prestado, que no es una extensión de nuestros ingresos, es dinero que no nos pertenece y por no tenerlo tenemos que pagar un interés".
Dicen que el dinero más caro es aquel que no se tiene y precisamente este es el negocio financiero en el que estamos inmersos
Concluye que es de vital relevancia saber cuánto cobra nuestra tarjeta de crédito, puesto que todas se manejan de manera diferente. “Hoy no está regulado en el mercado una tasa tope de intereses, se dice que las tasas de interés son variables, por lo que se debe tener en consideración que en cualquier momento la institución financiera puede cambiar la tasa de interés de acuerdo a los mercados nacionales e internacionales. De acuerdo a la situación volátil que pueda estar atravesando el país o la economía mundial las tasas de interés podrían variar y de un mes a otro se podría pasar de pagar un interés del 35 por ciento a uno del 70 por ciento".