La vulnerabilidad en la que se encuentran algunas viviendas en temporada de lluvia en la ciudad, se puede volver una fortaleza si se toma conciencia de la situación y grupos de vecinos se organizan para protegerse y se implementan algunas acciones para ello, consideró el integrante del Colegio de Urbanistas Planificadores del Estado, José Antonio Ochoa Acosta.
Explicó que es importante identificar cuáles casas son las más vulnerables a ciertas eventualidades y prepararlas de mejor manera, para afrontar una adversidad.
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Y es que refirió que si bien es la autoridad quien debe guiar las acciones de protección civil, es la solidaridad vecinal que, ante un fenómeno inminente, la primera que deberá actuar y proteger a los suyos.
El también Vicepresidente de Infraestructura Social y Cultural de la CMIC agregó que, en ocasiones, no es necesario que llueva para que las viviendas sean vulnerables.
“Algunas se levantan con cimentaciones hechas de llantas o costales rellenos de tierra, pero en zonas de altas pendientes. También hay viviendas edificadas con polines de madera anclados a la tierra y una mezcla simple de cemento. En estos casos, las fallas son por un escaso sustento para soportar las viviendas. Es decir, fallan en forma de deslave, pero no como consecuencia de la lluvia, pero, con presencia de ella, es mucho menos probable que resistan”.
¿Qué podrían hacer estas familias?
Agregó que, las personas que saben que sus inmuebles son proclives a un derrumbe, deberán abrir la válvula de sus cilindros de gas únicamente para cuando se requiera cocinar y no tenerlos permanentemente abiertos.
Asimismo, procurar que los escurrimientos de agua no pasen cerca de sus cimentaciones ni encima de ellos. Implementar planes de evacuación de las viviendas, observar en dónde están los refugios propuestos por las autoridades y mantener sus papeles importantes a la mano.
“Vale la pena que colonias organizadas busquen asesoría técnica tanto de la propia autoridad en materia de protección civil como de universidades con carreras de ingeniería, arquitectura y protección civil, en colegios y asociaciones de especialistas en edificación que les compartan técnicas y estrategias para sustentar sus viviendas en estructuras menos vulnerables”.
Vulnerabilidad y fortalezas en zonas de riesgo por lluvias en Xalapa
Detalló que los riesgos urbanos que son situaciones que enfrentan las ciudades se han clasificado en cinco grupos: geológicos, hidrometeorológicos, químicos, sanitarios y sociales.
Por ello, las vulnerabilidades se presentan cuando no se tienen las “herramientas” para enfrentar alguna situación de riesgo. “Como ejemplo; ante un sismo es más vulnerable un edificio con una cimentación deficiente que aquel que tiene considerado tanto las medidas como los materiales para ello”.
En el caso de las colonias periféricas de Xalapa, en especial el sector conformado por las viviendas de las colonias Independencia, Colosio, Dolores Hidalgo, Loma Bonita entre otras al noroeste de la ciudad, son más vulnerables a fenómenos hidrometeorológicos debido a la composición del suelo en el que se desplantan, expuso.
Este suelo conocido como barro chicloso o amarillo, está compuesto de arcillas expansivas que, mientras están secos son sólidos, pero con el agua se licúan.
“Las contingencias más comunes al juntarse un periodo de lluvias en asentamientos con este tipo de suelo es la presencia de deslaves y, también, hundimientos irregulares. Además, pueden propiciarse otros riesgos como consecuencia de ello. La presencia de cilindros de gas en algún derrumbe puede convertirse en una fuga de gas (riesgo químico) o el encharcamiento y contención de aguas estancadas en proliferación de mosquitos transmisores de enfermedades (riesgo sanitario)”, agregó.