Xalapa, Ver.- Debido a la emergencia sanitaria provocada por la pandemia de SARS-CoV-2 causante de la enfermedad por coronavirus (Covid-19), el Centro de Estudios e Investigaciones en Conocimientos y Aprendizaje Humano (CEICAH) de la Universidad Veracruzana (UV) ofrecerá —a partir de mañana y en línea— el taller “Modificación de conducta en niños con autismo y trastornos del desarrollo”.
La capacitación está dirigida a padres y cuidadores de niños con trastornos del espectro autista (TEA) y trastornos generales del desarrollo (TGD), informó Varsovia Hernández Eslava, coordinadora del CEICAH; agregó que tendrá una duración de cinco semanas y excepto la primera sesión del 30 de abril, las demás continuarán los días viernes de 10:00 a 12:30 horas.
Por su carácter introductorio, no es necesario que los participantes tengan conocimientos previos de análisis conductual aplicado (ACA), pero sí se requerirá compromiso, ya que cada semana se les asignará una actividad para poner en práctica lo aprendido durante la sesión del taller, además de una evaluación.
La doctora en Análisis del Comportamiento por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) consideró que por la contingencia sanitaria varias instituciones prestadoras de servicios a población con trastornos de desarrollo tuvieron que cerrar sus puertas.
Estar aislado por la contingencia por Covid-19 implica retos adicionales para padres de niños con estos trastornos, pues al no contar en casa con el apoyo de profesionales en manejo conductual, o poner en pausa los tratamientos conductuales con los que se cuenta de manera regular, dificulta significativamente la relación entre los cuidadores y los niños con desarrollo atípico (autismo u otros trastornos del desarrollo); sin embargo, esta situación también presenta una valiosa oportunidad de aprendizaje para los padres en el manejo de conductas de sus hijos
Respecto a la prevalencia de este tipo de padecimientos, Hernández Eslava dijo que en México no existe mucha información, pero un estudio realizado en 2016 identificó que uno de cada 115 niños tendría las características conductuales para ser identificado con TEA, mientras que en Estados Unidos (EU) la prevalencia es de uno por cada 59 niños.
De las causas del padecimiento Varsovia Hernández indicó que no están muy claras, pero involucran una amplia diversidad de patrones conductuales, por lo que se trabaja desde un enfoque que permite identificar las funciones del comportamiento, y no basando los tratamientos en diagnósticos o etiquetas que no proporcionan informes de casos individuales.
De su sintomatología refirió que se identifica a partir de observaciones del comportamiento, localizando déficits en habilidades sociales, de comunicación y presencia de conductas repetitivas y estereotipadas. Aunque cada caso es particular, se pueden presentar algunos “severos” (niños sin habilidades de comunicación ni interés social con patrones conductuales altamente repetitivos y estereotipados) que afectan las esferas de la vida de las personas que la padecen; existen también casos “poco severos” en los que apenas es identificable algún déficit de comunicación o interacción social.
Con relación al taller que iniciará el 30 abril, la investigadora universitaria apuntó que comprende una introducción a los principios y técnicas que se han desarrollado desde el ACA —que han demostrado ser altamente efectivas— para el tratamiento de conductas problemáticas y la enseñanza de habilidades básicas; el objetivo es proveer de herramientas a padres y cuidadores para el trabajo directo con sus hijos en la enseñanza de habilidades de autocuidado y comunicación, así como para el manejo de conductas problemáticas como la negativa a realizar actividades de autocuidado.
Fungirán como facilitadoras en el taller: Varsovia Hernández, que cuenta con una estancia posdoctoral en la Clínica de Investigación en Análisis de la Conducta de la Universidad de Florida y una estancia corta de investigación en el Centro de Investigación en Autismo de la Universidad de Texas, en San Antonio; Mariana de los Santos García, directora clínica del Bloom Children’s Center de Monterrey, y María Teresa Contreras Gamboa, estudiante del Doctorado en Ciencias del Comportamiento de la UV.