Los que se quedan o los que se van de Tonalá; la historia

Tonalá, comunidad pesquera al sur de Veracruz del municipio de Agua Dulce guarda la historia de dos migraciones

Ricardo Martínez | Diario de Xalapa

  · lunes 26 de diciembre de 2022

Lancha cruza de Tabasco a Veracruz | Foto: Ricardo Martínez | Diario de Xalapa

Tonalá, comunidad pesquera al sur de Veracruz del municipio de Agua Dulce guarda la historia de dos migraciones: la de sus habitantes que se van del pueblo a buscar mejores condiciones de vida y la de cientos de centroamericanos que atraviesan sigilosamente sus calles para continuar el viaje hacia Estados Unidos.

Los primeros parten porque hay escasez de empleo y la pesca no alcanza para sostener a las familias, ya que solo tiene algunas temporadas buenas en el año y no hay empresas petroleras asentadas en los alrededores. Los segundos llegan porque su río es frontera con Tabasco y es paso natural para seguir el trayecto hacia la zona norte del país.

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La migración no es un fenómeno nuevo en la zona. Y es que la historia del lugar lo coloca como el punto de llegada de los primeros exploradores españoles a la entidad, quienes visitaron la zona en 1518, según cuenta Bernal Díaz del Castillo, para continuar su viaje hacia San Juan de Ulúa.

Aunque su ubicación pone a Tonalá como un espacio privilegiado, la falta de desarrollo dejó a la comunidad estancada, muy lejos de ser ese puerto estratégico que se esperaba.

PASO DE MIGRANTES, ALGO HABITUAL


Para Olivia del Valle, encargada del restaurante El Majagual, el paso de migrantes ha bajado, pero es “algo de todos los días”. En su mesa, desde donde da órdenes a sus empleados, explica que las personas que pasan nunca molestan a los habitantes.

Sin embargo, reconoce que la zona es “foco rojo” por la inseguridad. Sobre el cobro de piso “a mí nunca me han molestado pero el miedo ya existe. Eso empezó en el 2010; sí me hablaron pero afortunadamente nunca pasaron”, señala.

Asentada a la orilla del río y en la punta en donde converge el mar, el recinto cumplirá 50 años en 2023, pero las ventas ya no tienen la bonanza de las décadas pasadas: “Nos llegan visitantes de Agua Dulce, Coatzacoalcos, Villahermosa y Cárdenas, pero ya no es como antes”.

Actualmente las mejores temporadas son de marzo a agosto; repunta en las vacaciones de diciembre y comienza a bajar nuevamente en enero y febrero, explica.

Además no todos los insumos pueden conseguirse en la zona debido a la falta de pesca y mal clima: “El pulpo y calamar viene de Ciudad del Carmen, Campeche; de Santana, Tabasco nos traen el camarón. Las mojarras vienen de los viveros de este río y robalo; los demás pescados sí son de Tonalá y nos ayudan las lanchas de aquí, aunque a veces no cae nada”, admite la restaurantera.

Tonalá, comunidad pesquera al sur de Veracruz del municipio de Agua Dulce guarda la historia de dos migraciones | Foto: Ricardo Martínez | Diario de Xalapa



Sobre por qué la zona no ha tenido un repunte económico importante, Del Valle dice que el cruce entre el río y el mar es muy caudaloso: “La barra es traicionera. Aquí antes se surtían de agua piratas y barcos. Incluso mi familia me contó que se hundió una embarcación que había sitiado al puerto de Veracruz y lo creo, porque se hallaron 2 anclas de esa época”.

Con 43 años en el giro, recuerda que cuando construyó su casa hallaron porcelana china, botellas de vidrio soplado y vestigios: “Mi abuelo me contó que en Tonalá había un casino y las personas pernoctaban para ir a Las Choapas. Era una zona con mucha vida por los lanchones y los barcos de vapor que transportaban madera”.

“Tonalá es antes que Coatzacoalcos. Antes los petroleros iban a vivir aquí, luego no les gustó y se fueron a la comunidad El Muelle, después terminaron en Agua Dulce, pero Tonalá sí fue un lugar importante”, expresó Olivia Del Valle.

EMIGRAR FUE UNA NECESIDAD


Para Domingo González de los Santos salir de Tonalá fue necesario para cumplir sus metas académicas y de desarrollo laboral: “Yo salí desde los 11 años de edad para vivir en la comunidad Villa Allende y luego a Coatzacoalcos donde viví 7 años más, siempre trabajando y estudiando”.

Pero para conseguir un mejor salario decidió viajar a Cancún donde tenía amigos de Tonalá que ya estaban afincados: “El primer paisano que salió fue Humberto Cruz Martínez hace 46 años. Los primeros buscaban mejor calidad de vida. La mayoría eran hombres y luego regresaron por sus esposas”.

Tonalá, comunidad pesquera al sur de Veracruz del municipio de Agua Dulce guarda la historia de dos migraciones | Foto: Ricardo Martínez | Diario de Xalapa



En ese momento, explica, había trabajo como albañiles y ayudantes, “gente de construcción sin conocimiento del quehacer turístico”.

Con los papeles en mano, explica que llegó a Cancún el 4 de septiembre de 1990. “Tuve una entrevista en el Hotel Coral Beach; buscaban personal para abrir. Después tomé un camión y decidí bajarme en el palacio municipal. Para mi suerte entré y lo primero que vi fue a un amigo que conocí en Tonalá, pero que era de Las Choapas”.

“Le comenté que buscaba trabajo y justo me dijo que su jefe requería un ayudante”, y tras una breve entrevista con el director de Desarrollo Urbano fue colocado en un escritorio donde inició sus labores municipales.

A partir de ese momento fue inspector, luego jefe del área técnica, subdirector e incluso director. Desde esos puestos señala que recibió a muchas personas de Tonalá que lo buscaban para recomendaciones de trabajo, asilo e incluso apoyo económico: “Pero eso ahora ya no pasa porque ya hay más gente aquí del pueblo, entonces todos salen y buscan a sus familiares que viven en Cancún. Hay gente de Agua Dulce, de Las Choapas o del pueblo al otro lado del río, de Cuauhtemoczín, Tabasco”.

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La migración siempre ha existido en Tonalá, enfatiza, y el paso de centroamericanos en la zona “no es algo reciente, es añejo. Ahora tengo 58 años y de niño yo veía el paso de personas, incluso de chinos”.

LA TRAGEDIA QUE ENSOMBRECIÓ AL PUEBLO


Después de Tabasco, Veracruz es el estado con más desapariciones de centroamericanos y en los últimos años se han reportado más de 70 mil casos; de estos 35 mil son oriundos de Guatemala, Honduras y El Salvador, reveló Talía Vázquez Alatorre, presidenta del Movimiento Migrantes Mesoamericano en la última caravana que pasó por la entidad.

Este dato se ilustra con la tragedia que ocurrió el 23 de mayo de este año, donde una embarcación con 11 tripulantes migrantes volcó frente a las playas de Tonalá debido al fuerte oleaje que provocó la entrada de un frente frío.

El caso fue confirmado por el gobernador Cuitláhuac García y aclaró que la lancha de 23 pies provenía de Tabasco: “Fueron 3 personas ahogadas, 4 aún no localizadas y 4 rescatadas de nombres Wilmen Escoto de 41 años; José Perdomo de 16, Francisco Castañeda de 39 y Mauricio Galdamex de 12 años”.

Explicó que todas las personas provenían de Honduras y entre ellas venía una mujer embarazada. Dato que fue corroborado al siguiente día, ya que el mar arrojó un menor de 3 años, un hombre y la persona gestante. Del último desaparecido se dijo que era el conductor de la embarcación.

Según testimonios de habitantes, la muerte de los centroamericanos frente a sus costas provocó indignación en el pueblo debido a la forma en la que los “polleros” transportan a las personas, sin la más mínima precaución pese al fuerte oleaje.

Tonalá, comunidad pesquera al sur de Veracruz del municipio de Agua Dulce guarda la historia de dos migraciones | Foto: Ricardo Martínez | Diario de Xalapa



Además hubo incertidumbre debido al arribo de elementos policiacos y de la Guardia Nacional; incluso del Instituto Nacional de Migración, que peinaron la zona costera, pero solo fue de forma temporal por los operativo de búsqueda y no para paliar el problema.

Cruzar la frontera entre Tabasco y Veracruz cuesta tan solo 10 pesos. Sin la mínima vigilancia de los dos lados, el transporte lo realiza una lancha adaptada con capacidad para 14 personas y que conduce Fermín en el turno matutino.

Del otro lado, en Cuahtemoczín, ya aguarda otro conductor que también espera a que se “llene” el cupo para iniciar el viaje de 4 minutos. “Yo inicio en la mañana y termino a la una de la tarde. Cobramos $10 y por turno serán $600 pesos”.

Explica que viven de los trabajadores que van y vienen, estudiantes, familias y cuando es temporada alta, como Semana Santa, de los turistas: “Viajeros no hay orita; mucho mal tiempo”.

Mientras se acomoda la cangurera donde guarda solo el dinero, ya que no da boletos, cuenta que a veces pesca y sacrifica cerdos; “también conduzco una combi del otro lado que va de Cuauhtemoczín hacia Magallanes. Lo que te echa la mano es el paso de algunos 80 clientes que pasan para acá y ya con el pasaje que llega normal te acomodas. Hay semanas buenas y malas; la vida siempre ha sido así”.

En la ruta que tiene casi 50 años
“nunca ha habido accidentes; a veces gente que se tropieza o se golpea, pero a pique nunca. Antes eran lanchas sin motor o incluso canoas”.

Sobre la ayuda gubernamental, expresa que en elecciones “vienen y te hablan bonito pero el problema es que todo se le queda a los políticos; dicen ‘te vamos a ayudar y vota por nosotros’, pero los apoyos se lo quedan los líderes y cuando llega acá es poco. Deben de ayudar a la gente porque gracias a ellos están en el poder”, concluye.

NO ES EL ÚLTIMO RINCÓN DE VERACRUZ, TONALÁ ES EL PRIMERO


Tonalá data de los tiempos de la conquista. En 1518 Bernal Díaz del Castillo, acompañando a Juan de Grijalva, exploró todo el litoral del Golfo desde Yucatán a San Juan de Ulúa, pero al parecer los sorprendió un norte y tuvieron que fondear en la laguneta del río, al cual le pusieron San Anton, hoy Tonalá”, puntualiza César Arroyo Meléndez, director de la única primaria en la congregación, la Leona Vicario.

Recordó que el asentamiento original no estaba tan cerca de la unión del mar y el río; “es a cinco leguas; yo hice un recorrido con un arqueólogo por el kilómetro 6 hacia Agua Dulce. Era un rancho donde se reportaron vestigios de un juego de pelota que quisimos rescatar pero nadie apoyó la zona en su momento”.

Allí observaron los “pies de casa” y un cerro que en realidad era una pirámide, le explicó su acompañante, pero “ahora ya metieron vacas y eso ya no se cuidó ni protegió”.

La zona también fue partícipe de la Revolución, pues expresa que hubo batallas como la de Cerro Moro donde se enfrentó el general carrancista Benito Torruco y que quedó en la memoria de los abuelos y ha pasado de generación en generación.

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Señala que esta comunidad con poca urbanización, solo con una calle pavimentada, ha logrado sobrevivir con el paso de las décadas.

“La gente vive de la pesca, la agricultura y algunos del trabajo en Pemex.También del empleo informal como la venta de comida, pues se venden empanadas, tortas y quesadillas; hay expendios de pescado frito con tortillas hechas a mano o menús con jaiba y camarón. Sin dejar de nombrar a los restaurantes tradicionales a la orilla del río como El Majagual, El Marino o El Arca Perdida”.

Tonalá, dice el director, viene del náhuatl “Tonallan” que significa “donde sale el sol” o “lugar por donde sale” y “vaya que si hay sol”, concluyó.