/ domingo 14 de junio de 2020

Trabajar con miedo al coronavirus, así es la vida de Carlos

"Cómo no va a dar miedo, pero si no trabajo no hay dinero, entonces no hay de otra”, reflexiona este joven de 17 años que vive en la populosa colonia Progreso

Xalapa, Ver.- Se llama “Carlos”, tiene 17 años y es de la colonia Progreso, barrio bravo de esta ciudad. Él como muchos jóvenes aprendió a trabajar desde muy temprana edad. Las necesidades de su casa son muchas y pese a que son cuatro en la familia un salario más no les cae nada mal, sobre todo en estos tiempos de pandemia.

Su día inicia a las 5 de la mañana. Su amodorramiento es normal por el horario; pone un pie fuera de la cama, luego el otro y se queda sentado unos segundos pensativo, como para despertar bien o alinear sus pensamientos. El aseo personal no le lleva mucho tiempo, tarda unos minutos y enfila a su trabajo, al que ha asistido durante ya varios años. “Desde que era niño empecé a trabajar, al principio no quería porque levantarme muy temprano nunca me ha gustado, pero tuve que adaptarme, especialmente por ver las necesidades que había y hay en mi casa”, comentó.

“Carlos” entra a las 6 de la mañana y al arribar a su centro laboral donde se venden jugos se olvida de todo. Allí no hay tiempo para pensar o platicar, mucho menos para soñar, sólo para trabajar, trabajar y trabajar.

Sobre sus estudios señaló que debió ponerle un alto, una por trabajar y otra porque su juventud la convirtió en su mayor enemiga al caer en algunas tentaciones que pone la vida en el camino.

Ya no estudio, pero terminé la secundaria, aunque debí dejarla porque ganar algo de dinero para la familia es más importante y también porque empecé a llevarme con algunos amigos que la verdad me hizo ya no ir a la escuela, pero voy a regresar

La jornada de 9 horas es mucha, pero le alcanza para sacar poco más de mil pesos a la semana, cantidad que hoy es oro molido para cualquiera. “Trabajo porque me motiva salir adelante, comprarme mis cosas y mis gustos”, señaló el joven que no tiene apodo a pesar de vivir en un barrio aguerrido y bravo.

Teme a lo que muchos hoy día, al Covid-19, pero si no trabaja no come. “Sí claro, cómo no va a dar miedo, pero si no trabajo no hay dinero, entonces no hay de otra”, precisó. Por último, dijo que la familia es lo mejor, por eso algún día formará la suya. “En un futuro me veo con mi familia, primeramente Dios”.

Xalapa, Ver.- Se llama “Carlos”, tiene 17 años y es de la colonia Progreso, barrio bravo de esta ciudad. Él como muchos jóvenes aprendió a trabajar desde muy temprana edad. Las necesidades de su casa son muchas y pese a que son cuatro en la familia un salario más no les cae nada mal, sobre todo en estos tiempos de pandemia.

Su día inicia a las 5 de la mañana. Su amodorramiento es normal por el horario; pone un pie fuera de la cama, luego el otro y se queda sentado unos segundos pensativo, como para despertar bien o alinear sus pensamientos. El aseo personal no le lleva mucho tiempo, tarda unos minutos y enfila a su trabajo, al que ha asistido durante ya varios años. “Desde que era niño empecé a trabajar, al principio no quería porque levantarme muy temprano nunca me ha gustado, pero tuve que adaptarme, especialmente por ver las necesidades que había y hay en mi casa”, comentó.

“Carlos” entra a las 6 de la mañana y al arribar a su centro laboral donde se venden jugos se olvida de todo. Allí no hay tiempo para pensar o platicar, mucho menos para soñar, sólo para trabajar, trabajar y trabajar.

Sobre sus estudios señaló que debió ponerle un alto, una por trabajar y otra porque su juventud la convirtió en su mayor enemiga al caer en algunas tentaciones que pone la vida en el camino.

Ya no estudio, pero terminé la secundaria, aunque debí dejarla porque ganar algo de dinero para la familia es más importante y también porque empecé a llevarme con algunos amigos que la verdad me hizo ya no ir a la escuela, pero voy a regresar

La jornada de 9 horas es mucha, pero le alcanza para sacar poco más de mil pesos a la semana, cantidad que hoy es oro molido para cualquiera. “Trabajo porque me motiva salir adelante, comprarme mis cosas y mis gustos”, señaló el joven que no tiene apodo a pesar de vivir en un barrio aguerrido y bravo.

Teme a lo que muchos hoy día, al Covid-19, pero si no trabaja no come. “Sí claro, cómo no va a dar miedo, pero si no trabajo no hay dinero, entonces no hay de otra”, precisó. Por último, dijo que la familia es lo mejor, por eso algún día formará la suya. “En un futuro me veo con mi familia, primeramente Dios”.

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