Perote, Ver.- Por pobreza y por usos y costumbres, en Perote el trabajo infantil y adolescente no solo está normalizado y arraigado, sino que también expone a estas poblaciones a otras violencias y al consumo de sustancias psicoactivas, declara Yair Orlando Roldán Pérez.
El secretario ejecutivo del Sistema Nacional de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes (Sipinna) de Perote revela que en reciente foro con adolescentes hubo quien expuso incluso el consumo de cristal para aguantar las jornadas laborales.
“Existen consecuencias físicas, psicológicas y mentales negativas. Además, va de la mano el rezago educativo. Es una especie de embudo”, expresa en entrevista.
¿Qué nivel de estudios tienen los jóvenes en Perote?
De acuerdo con datos del censo de Población y Vivienda 2020 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, en este municipio, 31.9 por ciento de la población cuenta con estudios de secundaria; 21.7, con preparatoria, y solo 10.3 por ciento, con educación superior.
Y es que ya sea como jornaleros agrícolas, como ayudantes en las “blockeras”, en comercios o en las comunidades donde se encargan de llevar a pastorear ovejas o cortar leña, muchos niños y adolescentes contribuyen a la economía de sus hogares.
Lo anterior se constata a simple vista, en comunidades como La Gloria, Los Pescados y El Conejo, pero, apunta el secretario del Sipinna, no es exclusivo de estas comunidades.
Dice entender que un padre campesino u obrero tenga en su subconsciente al trabajo como la única herramienta para salir adelante, “porque todo es circunstancial”, sin embargo, también lo observa en profesionistas.
“A la fecha nos encontramos con profesionistas, maestros, directivos y hasta algunos psicólogos con la idea de que trabajar forja el carácter; creen que trabajar desde pequeños les enseñará a valorar más el dinero y se les aísla de adicciones, cuando es todo lo contrario”.
Estudiantes de preparatoria mencionaron en foro que trabajar no era una decisión tomada por ellos mismos, sino por las creencias y necesidades en casa, comparte.
“Dentro de esos trabajos, dijeron que sufrían más violencia física y verbal, además, tenían mayor contacto con sustancias como alcohol y cigarro, y hasta cristal para aguantar las jornadas”.
¿Qué hace Sipinna en Perote contra el trabajo infantil?
Esta problemática, puntualiza el secretario, “solo se erradicará modificando el pensamiento de la sociedad para volverla más humanitaria. Los niños, niñas y adolescentes necesitan protección y hacer valer sus derechos”.
A pesar del panorama mencionado, dice estar agradecido, pues ya trabajan en el municipio a partir de esta administración.
Apunta que como sistema no pueden lograr avances de manera individual, pero en colaboración con el DIF local y la Procuraduría de la Defensa del Menor han tenido contacto directo con los menores de edad afectados.
“El DIF es más asistencial y proteccionista y el Sipinna (presidente, síndica y regidores con determinadas comisiones) ha tenido sesiones con especial atención en empresas, comercios y negocios, porque no solo es el tema de las ‘blockeras’”.
“Hemos encontrado a niños en lugares no propicios para ellos. La sociedad peroteña tiene tan arraigado el trabajo infantil y adolescente que cuando echamos a andar algún proyecto, hay resistencia; nos han bajado lonas o anuncios”.
Asegura que hacen campañas, difusión y capacitación, como la reciente a cargo de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social con locatarios y con la población menor de edad para informarla.
“El primer paso es la difusión, porque si no se sabe que poner a trabajar es violencia, se sigue normalizando, no hay demandas y no se ve mal”.
- Te puede interesar: Cofre de Perote agoniza: tala ilegal va en aumento pese a trabajos de conservación
Como Sipinna, asegura que hacen trabajo de campo para la detección de casos, la Procuraduría se encarga de visitas domiciliarias, ve la situación en concreto y determina si se debe canalizar a atención médica o psicológica, o es motivo de denuncia. El DIF brinda la atención y prioriza a estas personas para sus programas asistencialistas.
Sobre la reciente conmemoración del día internacional Contra el Trabajo Infantil y el foro “Trabajo Infantil: Mitos y Realidades”, donde fueron los adolescentes quienes hablaron, compartió las conclusiones.
“Quedó claro que las niñas y niños por su naturaleza no cuentan con la capacidad física ni mental para realizar actividades propias de un trabajo; si trabajan, sus derechos humanos son vulnerados constantemente, y para ellos existen consecuencias físicas, psicológicas y mentales negativas”.
Además, reiteró, el trabajo infantil fomenta el consumo de alcohol, drogas y demás sustancias nocivas para la salud; a través de apoyos sociales bien planificados se puede erradicar esta práctica.