Veracruz, Ver.- La reciente inauguración del Tren Maya y la reactivación del Tren Interoceánico, revivió el deseo de la población que tuvo la oportunidad de utilizar este medio de transporte en su apogeo, de reactivar la ruta Veracruz – México, vía ferrocarril.
Personas que llegaron a hacer uso de este tren, señalan que es positivo el regreso de este medio de transporte que desapareció hace varios años, ya que es una experiencia incomparable que no ofrecen líneas de autobuses ni la vía aérea.
Además de que se trata de un medio económico y seguro y que permitirá la reactivación económica de los pueblos y comerciantes informales.
¿Cuál era el recorrido del tren en los años 60?
"Trayecto largo pero ameno"
Miguel Ángel Vázquez Córdoba, de 73 años, recuerda que entre las décadas de los 60s y 80s hacía uso recurrente del tren para viajar desde el puerto de Veracruz a la Ciudad de México, también lo llegó a abordar en otros municipios como Córdoba y Orizaba.
Recuerda que el trayecto que recorría en el estado de Veracruz le permitía a muchas personas tomar este medio para viajar a la capital del país en las estaciones que existían en la localidad de Tejería, en este mismo puerto, pero también en municipios como Soledad de Doblado, Paso del Macho, Potrero, Peñuela, Fortín, Orizaba, Ciudad Mendoza, Río Blanco y Nogales.
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Vázquez Córdoba reconoce que el trayecto podía durar hasta 12 horas, pero eso permitía no solo conocer el estado, sino también los paisajes naturales y distraerse en un trayecto que resultaba relajante.
En cuanto a precio, detalla que era casi 40 por ciento menor que en comparación a los autobuses en aquella época, por lo que era altamente concurrido por muchas personas que no tenían para pagar la rapidez de un autobús.
“Se van viendo los paisajes y es hasta terapéutico porque es relajante, uno puede ir caminando por los vagones, era bastante demandado. Para entonces ya existían autobuses de ADO, pero de acuerdo a la capacidad económica muchos preferíamos el tren, yo recuerdo que de aquí a Veracruz viajar en tren costaba entre 40 y 50 pesos, que no se comparaba con el autobús que cobraba en ese tiempo 70 pesos”, cuenta.
El entrevistado considera que el tren de pasajeros nunca se debió quitar en el país, pues además aisló a varios pueblos que vivían del paso de este medio de transporte y que se podían transportar más fácilmente.
"Ver del mar a la montaña a través del paisaje"
Por su parte, Jorge Castañeda Delgado, arquitecto con 70 años, detalla que desde niño viajaba con su madre de Veracruz a México y de México a Guadalajara en tren.
Lo anterior le permitió admirar muchas culturas y estilos de vida dentro del país, pues además de la convivencia con las personas que compartían el mismo vagón, era común que vendedores locales abordaran en cada estación y ofrecieran sus productos.
Del mismo modo, afirma que era una experiencia fuera de lo común admirar diversos paisajes y pasar en una misma ruta del mar a la montaña.
“Los viajes permitían conocer todos los pueblos, todos los olores y todos los sabores de México, porque en cada pueblo era distinto, uno llegaba a cada estación y ahí compraba comida del lugar o las mujeres se subían a vender lo que preparaban de comer”.
A todo lo anterior, se le sumaba lo barato que resultaba costear un viaje en tren, algo que ayudaba sobre todo a grandes familias a trasladarse de un lugar a otro.
Exusuarios de este medio de transporte externaron su deseo que los costos del Tren Maya y del Tren Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, sean accesibles a fin de que el pueblo pueda aprovecharlo; mientras que a las nuevas generaciones les hacen un llamado a vivir esta experiencia para que tengan una historia más que contar.